“¡España está en peligro, acudid a salvarla!”
FN.- El sistema no es capaz de solucionar sus carencias porque al cifrar toda su fuerza en un elector un voto -líbrenos Dios de decir “un hombre un voto”-, se hace muy difícil, casi imposible, aglutinar un estado de ánimo, y más cuando la confusión, unida a la ambigüedad y a la descomposición, se han adueñado de una sociedad sometida a tratamiento psiquiátrico desde hace 40 años. Todo queda en manos de la voluntad popular, y aquel famoso “moderador”, que era el Jefe del Estado de la Transición, se ha convertido en el mirón número uno del Estado, que seguramente se lamenta mucho de la situación cuando se levanta por la mañana pero que no ve posibilidades de actuación por ninguna parte, maniatado por una Constitución anticonstitucional de una nación y de un Estado.
Los partidos han realizado bien su función, que es partir, unos con su inepcia galopante, otros con su latrocinio en desarrollo, algunos con su soberbia rampante y todos con su sectarismo a flor de piel, habitados por analfabetos con dos carreras y varios máster y con un desconocimiento prodigioso de la res pública y de la rectitud de gobernar. Otra cosa sería que el Rey, que está para algo más que para encabezar el símbolo supremo del Estado, actúe pensando en el bien común y habilite la fórmula enérgica y sin tapujos para que quien sea se ponga de acuerdo y forme gobierno, con o sin consentimiento constitucional, porque los españoles están por encima del sistema y de la propia Carta Magna cuando ésta se declara por sí misma inhábil para ordenar la vida y la hacienda de sus gobernados.
Lo malo de todo este embrollo es que ya están en los ayuntamientos y en algunas comunidades autónomas los precedentes de los desastres históricos padecidos por España. No comienzan por corregir la corrupción, apartar a los indeseables o cuidar la gestión de las ciudades y pueblos. No. Su seña de identidad es asaltar los templos -sólo los católicos-, ensalzar a los asesinos de inocentes, situar en las calles otros nombres -casi todos despreciables-, propagar y subvencionar el escándalo público, ahogar a los vecinos con radares para la circulación viaria que sancionan con multas de infarto el haber sobrepasado en 5 kilómetros por hora la velocidad permitida -ya de por sí menguada- y, por último, anunciar en los barrios de las grandes ciudades una especie de policía política que lleve como fin elaborar una ficha completa del vecindario, copiando al pie de la letra el plan puesto en marcha por Fidel Castro en La Habana con los denominados Comités de Defensa de la Revolución.
Ante este panorama no existe solución aparente porque el sistema electivo no puede corregir nada, cuando el tejido social se identifica en muchos casos con los actuales mandatarios de las instituciones. Se ha conseguido una España que por medio de la degradación moral de los maestros del espíritu y de la cosa pública ha devenido en un pensamiento liquidador de todo lo que hasta ahora era considerado como bueno, de tal modo que el situar en el poder lo contrario de lo anterior no sea la solución, ya que puede estar tan degradado o más que aquello que se intenta rectificar. Y así es imposible formar gobiernos, ni coaliciones, ni entendimientos, aunque sea de mínimos, para sacar adelante un país al que las instituciones internacionales, de las que formamos parte, le instan de manera apremiante a buscar salidas.
No existe, por todo lo expuesto, una línea de conducta eficaz para superar el problema planteado. Los dirigentes políticos al uso, bien aireados por las distintas televisiones y medios de comunicación, no hacen más que añadir hartazgo a los españoles mejor dotados, que engrosan las cifras de la abstención no sólo a la hora de votar sino a la de tomar una decisión sobre su propia vida personal, acuciados por el paro, la falta de futuro para los universitarios más brillantes o para la formación de una familia, a la que se persigue sin piedad mediante la disolución de los vínculos, la falta de oportunidades o una fiscalidad pavorosa que imposibilita su creación y, si ya está constituida, su mantenimiento con un mínimo de dignidad.
El grito desesperado del legendario alcalde de Móstoles -“¡España está en peligro, acudid a salvarla!”- es tan necesario hoy como entonces, cuando nos invadían los ejércitos de Napoleón, que teóricamente eran nuestros aliados. Y sólo es posible si aquellos que hemos tenido el privilegio de beber en las mejores fuentes del pensamiento nos empeñamos en buscar los caminos de la justicia, que llegan siempre que la honradez con el propio concepto de patria -tierra de padres- se hace consecuente con el mejor legado recibido desde la tradición y el culto a los mejores.
En esta casa, después de medio siglo de combate, por lo menos hemos dejado constancia de ello, aunque jamás haya sido reconocido por los partidarios del interés o por los de la traición a unos ideales.
El buen lacayo “Isidoro” cumplió a la perfección los encargos que le hizo al principio de la década de los 70 “el amigo americano”, para cuando llegase al poder después de la muerte de Franco. Isidoro fue aupado hasta la cúspide a cambio de desmantelar el país, destruyendo la industria metalúrgica, la industria naval, destruir a la clase media y diezmar el tejido industrial de nuestra España. Kissnger argumentaba que “UNA ESPAÑA FUERTE ES PELIGROSA”. Isidoro y los que le siguieron cumplieron muy bien su cometido de desguazar España. A ESPAÑA NO LA CONOCE NI LA MADRE QUE LA PARIÓ.
Es como una torre de babel que se va inclinando cada vez más. Los ricos siempre pueden seguir horizontales gracias a sus dineros, pero las masas cada vez pierden más el pie y caen como en el titanic, deslizados al agua fria con impactos previos. Quisieron ser como dioses, ja, Aviaos estamos
Todo este destrozo que hay ahora en España se diseñó desde la Casa Blanca en los años 70 en vida todavía de Franco. Kissinger afirmaba que “una España fuerte es peligrosa”. Desde la Casa Blanca se diseñó un estado federal para España. La CIA puso a Felipe Gonzalez “Isidoro” al frente del PSOE en el congreso de Suresmes, en detrimento de Nicolás Redondo con el compromiso de que cuando llegase al gobierno después de la muerte de Franco, destruyera la importante industria del metal y naval que había en esos mementos en España y diezmase el abundante tejido industrial, destruyendo… Leer más »
En España Un elector no es un voto. Vienen dando pucherazos electrónicos en las últimas. No se hacen los prescriptivos “escrutinios generales” y se aceptan las opacas sumas provisionales de la tarde de las elecciones deempresas como Indra, puesta a dedo por Sánchez y controlada por su señor Soros. En eleccionestransparentes.org hay mucha información sobre estos pucherazos
No se que hacer,…si acudir a salvarla o contribuir a que muera lo antes posible.
Un pueblo como el español que lleva mayoritariamente,mas de 40 años votando mierda y basura politica y que ha sido asquerosamente invadido por extranjeros, ha demostrado de sobra que no tiene orgullo ni dignidad y sinceramente creo que lo mejor es acabar con todo esto lo antes posible….R.I.P
Esto, en mi opinión, es una república con rey desde el 78. Si se quiere monarquía, tiene que aprobarse en el gobierno.
Habría que votar por cambiar la república con rey por una monarquía constitucional o parlamentaria.
Estaría bien que el rey pudiera presentar su propio equipo político, y un candidato para ser votado como candidato ante una moción de censura.
“Esto en mi opinión es una República con Rey…”Si, algo así dijo John Ellis “Jeb” Bush, que fué Gogernador de Florida.. Se ve que lo que hay lo vió venir. Un lince, vaya…
Dicho de otra manera, en función de aquello que el sistema y aquello que se puede votar puede legitimar una dictadura de la masa contra los individuos, es que el sistema está fallando, se llame como se llame. Aquel que es rico tiene poder para evadir impuestos y crear empresas, porque puede pagar abogados para realizar todos los tramites necesarios. A la clase media, el socialismo criminal la cruje por todos sitios, es torturada hasta el extremo, el colectivo que paga el pato de la demagogia socialista, que es una cleptocracia. El conjunto, un estado fallido, un estado latinoamericanizado, en… Leer más »
Es un sistema electoral liberal, yo no diria democracia porque creo que eso es una utopía. En otros sitios dicen que este sistema es una república de gobierno representativo. Eso mismo, partitocracia. Los problemas de este sistema en referencia al valor del voto del ciudadano tienen que ver con que este vota como manada, sin capacidad de interactuar de manera inteligente con el sistema. El socialismo es como una estafa psicológica para lograr que un ciudadano que no piensa demasiado le vaya a apoyar con una idea muy básica. “Vamos a ser buenos, vamos a dar dinero a la gente,… Leer más »
Qué casualidad, el artículo recuerda poderosamente a los protocolos, en lo que a se refiere al sufragio universal como instrumento de control y a la manipulación de las adiminitraciones, partidos, dirigentes, etc… de los goyim. Hace ya muchos siglos que las monarquías son meros invitados de piedra, animadores para los pueblos, algo caros eso si.
“un hombre un voto” es incorrecto: “Un ser humano, un voto” es correcto.
Huuuy se nos ofende doña Pelaya…
la falacia democratica de que cada voto es equivalente e igualitario a otro voto es solo eso,una gran mentira! por eso se nos viene la hecatombe encima! y mucha falta que hace ,ya es mas que a buen tiempo
Librarse de la clase politica actual para reemplazarla por gente honrada es sumamente sencillo, solo tenemos que encerrarles un mes sin cocaina y todos se habran suicidado antes de los treinta dias.
Y donde encontrar a esa gente honrada??en que partido??
O tomar el congreso y senado,confinarlos y ponerles un dictado nivel universitario.
A la primera falta de ortografìa a la puta calle.
Usted es mas tonto y no nace, la gente honrada hace tiempo que no quiere nada que hacer con el fango de la política, y los pocos honrados que había en la política ya los echaron o se fueron.
Yo soy honrado y me interesa la politica, me interesa en concreto la desinfeccion del tejido politico actual, completamente gangrenado. Como yo hay muchos. El tonto es usted.