Por Luys Coleto.- El tantas veces brillante Michael Allen “Mike” Adams – 1967, Lawrence, Kansas -, fundador y propietario de Natural News. Acostumbrado a que le llamen de todo. Ya saben, negacionista y chorradas y paparruchas varias de los repugnantes colaboracionistas del genocidio mundial que se aproxima. Mike, tan certero en tantas ocasiones. Y nos explica las diferentes y sucesivas fases del exterminio poblacional que se va acercando.

El gran objetivo, sistemáticas reducciones poblaciones

Por supuesto, el gran objetivo de las psicópatas y demoniacas élites. Sueños húmedos. Puesto durante décadas negro sobre blanco. En sus satánicos y secretos cenáculos. Y fuera de ellos. Y sin cortarse un pelo. Porque ellos lo valen. Recordemos al terrorista Kissinger, premio Nobel de la paz (juas, rejuas). “Sí, mucha gente va a morir cuando se establezca el Nuevo Orden Mundial, pero será un mundo mucho mejor para los que sobrevivan”.

El pináculo de la pirámide del poder en la Tierra ha ordenado a los globalistas de todas las naciones delinear un plan en el que miles de millones de humanos puedan ser eliminados sin mucho esfuerzo. Y sin combate. Acabar con la humanidad, creen algunos iluminados con enorme poder, es necesario para salvar la Tierra. Y este es el plan al que estamos asistiendo en este momento.

Obviamente, no es la actual falsa pandemia lo que realmente está matando a la gente: son los criminales y terroristas gobiernos. Y aquellos que jamás nos someteremos a tiranía alguna seremos señalados como “amenaza terrorista” a la salud pública. Primero, silenciados. Más tarde, aniquilados por la fuerza. Mañana en la batalla piensa en mí.

Más objetivos

Y más objetivos, obvio. Corto y medio plazo. Crear crisis sistémicas tras crisis sistémicas. De toda índole. Y ofrecer, en el ínterin, la “solución”. Vamos, las cuchipandas de los bomberos pirómanos. Por ejemplo, esas revoluciones de colores del degenerado Soros, (comprando previa y minuciosamente a todas las élites de cada país). Por supuesto, también, aniquilar las identidades/soberanías nacionales. Colapsar y derrumbar económicamente las naciones. Caos, caos, caos. Y su orden. ¿Recuerdan el masónico ordo ab caos, orden desde el caos? Su orden, claro, of course.

Economías pulverizadas, camino de hambrunas. Y leviatanes limosneros. Mientras, con los antiguos estados-nación en manos de entidades bancarias, tras bancarrotas planificadas y consumadas. Solo a través de este colapso proyectado se podrá exigir, a miles de millones de personas en el mundo, a someterse y participar de la agenda de despoblación globalista. Y más leyes neo-orwellianas y próximos campos de concentración/ exterminio para verdaderos disidentes. Aquellos que siempre diremos NO a cualquier tiranía, tiranía de cualquier color, disfraz y/o condición. O vigilar y controlar tecnológica y perrunamente a todo ser humano que habite el planeta. Y, de cabeza, derechitos, hacia el gobierno (y religión y moneda digital) mundial. Como siempre les digo: si no lo impedimos.

Vacunas, armas de exterminio

Objetivos: inmediatos, mediatos y más lejanos. Con nuestra actual plandemia seremos testigos de algunos. Lanzaron un órdago.

“Aceleraron” el proceso. Un deliberado apretón para obligar al domesticado corderito, mientras se va cambiando el dodotis, al suicidio masivo mediante la vacuna, asegurándose de que no se pueda “funcionar” en sociedad – recibir paguitas gubernamentales, por ejemplo- a menos que alguien se vacune. Por supuesto, vacunas, clave: minucioso programa de exterminio global disfrazado de programa de salud público.

Vacunación masiva. Y forzada. Infertilidad generalizada para comenzar. Y muertes posteriores. Efectos colaterales, obsceno lenguaje militar. Lo propio de las operaciones psicológicas militares de falsa bandera, como la actual. Vacunas muy chulas. Juas. Descojonación. A las sustancias mortíferas y tóxicas de toda la vida, agreguen nanotecnología (puntos cuánticos) y secuencias de ARN que alterarán irreversiblemente nuestra biología humana. Hacia el transhumanismo y más allá.

Poco a poco, exterminio de miles de millones de seres humanos. Idealmente, los globalistas ansían reducir la población mundial a unos 500 millones de personas- ains, los pedruscos de Georgia- , lo que representa, aproximadamente, una disminución del 95% de la población humana actual. Y las vacunas, perfectas para la vaina genocida. ¿Por qué asesinar humanos en masa con vacunas cuando las armas nucleares serían mucho más rápidas y, en principio, eficientes? Respuesta sencilla de entender: especificidad del organismo. Además, que no salpique la sangre que luego hay que limpiarla. Las vacunas modificadas genéticamente devienen arma ideal para el exterminio de la humanidad: son muy específicas para dichos sapiens sapiens.

Vacunas, cual armas biológicas

Las armas biológicas utilizan tejido humano para replicar el “arma” en sí, permiten que el arma sea específica de la especie, valga la redundancia, y concentre una “tercera ola” (o cuarta o quinta…)de muerte en las áreas más densamente pobladas. No deviene casualidad que las ciudades sean donde los programas de vacunación se estén anunciando de manera mucho más totalitaria. En sus anheladas smart cities, no lo duden, cumplimiento exacto y masivo de sus exterminadores planes.

Primer paso. Se “conectan” las vacunas con nuevas cepas virales de armas biológicas para asegurar la continuación de la tiránica narrativa de los “brotes”. En particular, esto solo requiere que se mezclen menos del uno por ciento de las vacunas chutadas. Segundo paso. Se diseñan las vacunas para causar una tasa de mortalidad muy elevada al exponerse a una infección secundaria futura, en una atroz reacción denominada “tormenta de citocinas”. Traducción: hiperinflamación que conduce a una muerte vertiginosa y fulminante.

Covid-21, pisando aún más el acelerador

La gente no morirá inmediatamente después de recibir las vacunas. Y surgirá el próximo truño pandémico. Y este será real. ¿Y cómo se llamará, tralarí, tralará? Hace unos días se lo comenté en un artículo. Covid-21, muy originales, di que sí. Podría estimarse, verosímilmente, como les comenté antes, como la segunda parte de un sistema de armas “binarias” que lograría tasas de mortandad extremadamente altas de seres humanos en todo el planeta.

Y esta vez nos encontraríamos con pandemia real. Hogaño, plandemia y falsa pandemia. Ambas. Fase de pruebas para el futuro.

Mañana, las muertes masivas serán reales. Y justificarán, aún más, el liberticidio estatal-gran capitalista. Y la inhumana dictadura médica, más sádica: inyectar a gente por la fuerza, secuestrar personas, encarcelarlas e incluso exterminarlas a capricho. Como les plazca.

Y proseguirá la histeria masiva de los corderitos que se dirigirán hacia el matadero, todo ello cruelmente inducido por los terroristas de los mass-mierda. Más muerte, más paranoia, más tiranía. Cuanta más gente muera, más histeria difundida por los medios de infoxicación y más tiranía propugnada por el Estado opresor.

Esto, a su vez, dará como resultado un mayor número de chutes de vacunas, que propagarán más cepas virales “armadas”, lo que derivará en otra ola de histeria. La estafa perfecta y hábilmente combinada de tiranía y despoblación: los mismos gobiernos militares que están “fabricando” las armas biológicas las usarán para exterminar a las indefensas masas mientras, de paso, usan las infecciones para justificar su propio y despótico poder para administrar las vacunas, sus armas de exterminio.

¿Lo consentiremos?

Una vez que las grandes masas de ovejas humanas hayan sido eliminadas sobre la faz de la tierra, las fuerzas de resistencia humana que todavía pululen serán barridas del todo (¿lo conseguirán?) en “quirúrgicas” operación de “limpieza”, preparando progresivamente el planeta para la colonización post-humana (robótica, sobre todo, obvio) y otros delirios transhumanos. Y, no lo duden, los globalistas que colaboraron en la agenda de exterminio, por supuesto, serán eliminados. Roma no paga a traidores. Y los amos de la barraca, a disfrutar solo ellos del planeta que tanto ambicionan.