¿Por qué cada vez más cristianos apoyamos a Donald Trump?
Emilio Yitzhak.- Una de las preguntas que constantemente recibo al mostrar públicamente mi apoyo al presidente Trump es, “¿Cómo siendo cristiano puedes apoyar a una persona cuya forma de ser es contraria al carácter cristiano?”, generalmente expresado sin tanta cordialidad.
La manera más sencilla para comenzar a contestar esta pregunta es aclarar que el apoyo a Trump no es por su carácter, sino por sus políticas. No vemos en él un guía moral, ni lo vemos como el pastor de la Iglesia, ni el párroco de la Catedral; lo vemos como lo que es: el mandatario de la principal potencia mundial.
John MacArthur, uno de los pastores más reconocidos de la actualidad, al decir que votaría por el candidato republicano para la presidencia del 2016, se le preguntó que si no estaba preocupado por lo que Trump podría hacer si llegase al poder, a lo cual el teólogo bautista respondió,
“No me preocupa lo que Trump podría hacer, me preocupa más lo que Clinton va a hacer”.
Cabe destacar que MacArthur se ha convertido en un personaje controversial durante esta pandemia ya que se negó a cerrar los lugares de cultos los domingos, al considerar que la Iglesia “es una actividad esencial para muchas personas” y no debe “ceder ante la tiranía del gobernador”, en referencia al demócrata Gavin Newsom, quien viene imponiendo estrictas cuarentenas en el Estado de California.
Otro referente actual de la cristiandad estadounidense, Wayne Grudem (reconocido por sus libros “Política según la Biblia”, “La Pobreza de las Naciones”, “Teología Sistemática”, entre otros), fue cuestionado sobre qué debería hacer Trump para que perdiese su apoyo, a lo cual respondió: “Dejaría de apoyarlo si comienza a estar a favor de mayores impuestos, más regulación gubernamental, una Ejército más débil, fronteras abiertas, jueces que creyesen en el concepto de la ‘Constitución Viviente’, derechos de aborto más extensos, restricciones a la libertad religiosa, hostilidad contra Israel.”
Nótese que su respuesta se concentró puramente en sus políticas, y en ningún momento menciona algo acerca de su moral personal o su religión.
Grudem, además le respondió al teólogo John Piper, quien habló en contra de Trump: “A lo sumo, con Trump vamos a tener buenas medidas políticas y una personalidad defectuosa, pero con Biden vamos a tener malas medidas políticas y una personalidad defectuosa.”
Si bien creo que existen conductas y declaraciones de Trump que son evidentes contradicciones contra la ética cristiana, en particular en su vida antes de ingresar en la política, deberíamos introducir otras dos preguntas al dilema: “¿Puede Dios utilizar a personas con defectos tan escandalosos para el bien? y ¿El futuro de EE.UU., del mundo y de la cristiandad, estaría en mejores manos en caso de que el contrincante de Trump ganase?”
Para responder la primera, recordemos que las Escrituras están llenas de hombres con grandes defectos morales que a pesar de ello fueron utilizados por Dios para la bendición. Uno de los más destacados es el rey David. Mencionado como “un hombre conforme al corazón de Dios” y elegido para guiar a Israel, cometió gravísimas faltas como adulterar con una mujer casada y al embarazarla intentar cubrir su error mandando a su marido al frente de batalla en la guerra para que muriese. El relato bíblico nos muestra que si bien el rey David tuvo serias consecuencias por estos actos, se arrepintió y siguió siendo usado por Dios para guiar a Israel. Preguntémonos con honestidad, ¿acaso alguno de nosotros estamos libres de defectos?
Para contestar la segunda incógnita, sobre si Joe Biden sería mejor opción que el candidato republicano, lo juzgaré con la misma vara con la que medí a Trump: no por su carácter por sino sus políticas.
Al cristiano debo de preguntarle, ¿puedes estar a favor de un candidato que está a favor del aborto e inclusive extenderlo hasta los nueve meses? ¿Consideras que debería haber mayor intervención estatal, no sólo en la economía, sino en las creencias individuales de las personas? ¿Podemos apoyar a un Partido como el Demócrata que incita protestas violentas buscando así desestabilizar a un gobierno?
¿No es preocupante que personajes como Nicolás Maduro, Alberto Fernández, o regímenes dictatoriales como los de China e Irán apoyen al candidato Demócrata? Recordemos que el cristianismo además de ser el fundamento de Occidente, ha sido el mayor muro en contra de la izquierda, ¿es correcto traicionar el legado de nuestra historia?
El titular de la Iglesia Bautista Internacional, Miguel Núñez, infectólogo y otro de los grandes defensores de Trump, especialmente en esta época de pandemia, marcó correctamente a la agenda demócrata como “anti-cristiana”.
Núñez también ha declarado que en estas prontas elecciones, está en juego la libertad de culto, la dignidad de la vida, el diseño de la familia, la autoridad parental frente al Estado, la estabilidad económica y la misma seguridad nacional.
Apoyar la lucha de Trump en contra del socialismo es estar a favor de la cristiandad y del mundo libre.
Si bien sabemos que Dios seguirá siendo soberano gane quien gane la siguiente elección, hay mucho en juego hoy en día.
La situación ha llegado al punto en que si cae Trump, cae Estados Unidos; si cae Estados Unidos, cae Occidente; y si cae Occidente, cae el resto del mundo junto con él.
*Cristiano protestante; estudiante de Psicología en el ITESO de la Universidad Jesuita de Guadalajara