SM.- A pocas semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el presidente Donald Trump sigue enfocando sus esfuerzos en combatir al socialismo en medio de la amenaza que representaría que Joe Biden gane la contienda electoral.

A través de sus redes sociales, el mandatario estadounidense advirtió una vez más que una victoria del Partido Demócrata representaría abrir las puertas al socialismo en Estados Unidos:

«Nuestro país no puede sobrevivir como nación socialista, y eso es lo que los demócratas quieren que sea. Estados Unidos nunca se convertirá en una versión a gran escala de Venezuela. Ya se le está quitando todo el control a Joe (Biden). ¡Tiene cero para decir!».

No es la primera vez que el presidente advierte sobre la amenaza que representa Biden para el país norteamericano; sobre todo luego de conocerse que el candidato demócrata alguna vez mostró afinidad por Nicolás Maduro quien, al igual que Hugo Chávez, destruyó Venezuela.

«Nosotros podríamos convertirnos en Venezuela. Miren cómo estaba Venezuela hace 20 años, tenía un futuro tremendo, y entonces cambió de ideología y hoy por hoy tenemos que mandarles agua, comida y medicinas, porque no tienen, y eso que tienen crudo, pero han fracasado, el país es un desastre absoluto, y todo por la ideología, algo que podría pasar aquí, podríamos acabar siendo Venezuela pero con anabolizantes», dijo Trump el pasado 2 de octubre en una visita al sur de Florida.

El Gobierno de Donald Trump ha dejado grandes evidencias de lucha frontal contra los regímenes socialistas y autoritarios como los de Venezuela, Cuba y Nicaragua; entre tanto, Biden ha dejado huellas de haberle sonreído a líderes corruptos y de izquierda, mientras que se rodea de los más socialistas de EE. UU.

Hay que recordar el encuentro de 2015 entre Biden y Maduro durante una toma de posesión de Dilma Rousseff en Brasilia. En las fotografías se les ve sonrientes en un ambiente de cordialidad. Varios testigos han dicho que Biden alabó la frondosa cabellera del tirano.

Uno de los mayores pecados izquierdistas de los demócratas fue el acuerdo de Obama —del que Biden fue vicepresidente— con la tiranía cubana; el acuerdo llevó al restablecimiento de relaciones diplomáticas lavándole el rostro a los crímenes del catrocomunismo.

La gran afinidad de Biden con la izquierda socialista

Junto a Biden se postula como vicepresidente a Kamala Harris, la senadora más radical entre la extrema izquierda estadounidense. Tal y como lo ha hecho el socialismo, Biden y Harris tienen políticas populistas y poco liberales convirtiéndose en una amenazante versión de izquierda o socialismo para Estados Unidos.

Un análisis objetivo del historial de Harris en el Senado revela que es una de las políticas más izquierdistas de América. Según el sitio web de vigilancia GovTrack.us, Harris es la senadora más izquierdista de todos los senadores, junto con el autoproclamado socialista Bernie Sanders.

Entre las normativas populistas más parecidas a las presentadas por el chavismo en sus inicios, Harris presentó un proyecto de ley en el que enviaría a la mayoría de los americanos cheques por 2 000 dólares mensuales, sin importar las necesidades o circunstancias relacionadas con COVID-19.

Durante las primarias presidenciales demócratas, Harris apoyó «Medicare para todos», que es básicamente una asistencia sanitaria socializada, y apoyó abiertamente la abolición de todos los seguros médicos privados. Sin embargo, más tarde rechazó esa propuesta ante las críticas generalizadas. Al igual que el castrochavismo, Harris todavía quiere que el Gobierno federal tome el control de la atención médica de los estadounidenses y aboga por la transición a un sistema mayormente socialista.

Harris además fue una copatrocinadora a los inicios de la resolución del Green New Deal en el Senado, compañera de la resolución de la representante Alexandria Ocasio-Cortez (AOC) en la Cámara de Representantes. Durante su campaña presidencial, la demócrata de California apoyó a viva voz una versión del plan climático de la extrema izquierda de la AOC.

Harris ha apoyado repetidamente las estrictas leyes de «control de rentas» que imponen al gobierno controles de precios en las viviendas; otra medida que se asemeja a las tomadas por el chavismo en Venezuela.