¿Cómo se supera la depresión postparto?
La psicóloga Itxaso Martínez ha recordado que en casos “puramente depresivos” en un postparto es recomendable utilizar la psicoterapia y solo recurrir al tratamiento farmacológico “cuando sea necesario”.
Por ejemplo, si la afección es grave, como una psicosis postparto, deberá administrarse medicación. En cambio, la psicoterapia está orientada a enfrentar los pensamientos, sentimientos y conductas característicos de la depresión postparto.
Hay “sesiones familiares, con la pareja, y en algunos casos con los padres de la afectada”, ha explicado Martínez. “A los familiares les damos pautas de cómo tratar a la enferma y hay mujeres que también llevan al bebé a las sesiones para mejorar su relación con éste”.
No obstante, episodios de irritación, desánimo o tristeza pueden ser normales tras haber dado a luz, ya sea por la intensidad del momento o la vulnerabilidad que vive la madre. De hecho, casi el 80 por ciento de las parturientas pueden llegar a pasar esta situación y dura dos o tres días.
Es la duración, precisamente, el indicador más fiable para saber si se está “ante una reacción normal o si se padece una depresión postparto”, ha indicado Martínez.
“Si los síntomas, la tristeza, fatiga, cansancio, insomnio y la irritabilidad persisten diez días después después de dar a luz y se incrementan con ideas de culpa o incapacidad para cuidar al recién nacido o a sí misma”, ha explicado la psicóloga. A los síntomas pueden añadirse una ganancia de peso o la disminución de la concentración.
Es la opinión de los manuales clínicos, pero siempre hay que prever que “cada mujer tiene diferentes tiempos y es un medidor que hay que completar con otros, como la situación vital o la vivencia del embarazo”, ha especificado.
Factores que predisponen a la depresión postparto
La depresión postparto se presenta en entre un 5 y un 10 por ciento de las mujeres, porcentaje que se eleva al 13 por ciento en las primerizas.
Hay que tener especial cuidado “si existe un antecedente familiar, dado que puede haber causas genéticas, o si la madre ha padecido antes algún tipo de trastorno anímico”, ha explicado Martínez.
Además, hay factores sociales, como las dificultades económicas o si el bebé es deseado o si ha habido complicaciones el embarazo.
Las alteraciones químicas que tienen lugar en el cerebro por el rápido desplome de los niveles de estrógeno y progesterona, sumadas al agotamiento por la dificultad para dormir también juegan un papel preponderante en la aparición de la depresión postparto.
El último elemento que afecta a las mujeres en este sentido es el “ideal de maternidad ligado al bienestar y la felicidad”, según la psicóloga Martínez.
“Un concepto que no incluye la vulnerabilidad y el proceso de adaptación que tiene que vivir la mujer y que choca a veces con la realidad”, ha explicado. Ejemplifica sus palabras con que “hay veces que no se le puede dar pecho y que no se puede dedicar tanto tiempo al hijo”.
La psicóloga forma parte del movimiento internacional que pretende que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declare el primer miércoles de mayo Día Mundial de la Salud Mental Materna que tiene como objetivo sensibilizar a la población sobre el tema.
Además, también quiere mejorar los recursos destinados por los gobiernos a la prevención, detección y tratamiento de los trastornos mentales durante el embarazo y el primer año de nacimiento.
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Mi madre parió cuatro hijos,el primero en el 1945,el resto cada cuatro años,en un cortijo,en Sierra Morena.despues nos vinimos a un pueblo,comíamos todos los días garbanzos y verduras,éramos más pobres que las ratas,pero jamás se deprimio, cuando hablaba de sus hijos decía que re a lo mejor que le había pasado en la vida.
Curiosa epidemia esta, la de las depresiones. Curioso también que ni nuestras abuelas, tías… tuvieran todos estos problemas que las mujeres modernas y preparadas de hoy en día sufren.
Mucho blandenguerío y poca fibra, cosa que les sobraba a las mujeres de antaño. Princesismo y postureo diario, gente endeble… ¡a doblar la espina como hacían vuestras madres, ya íbais a ver qué rápido se os pasaba la depresión!
Los negros que saltan la valla de Melilla ni se deprimen ni se suicidan, todo lo contrario, están llenos de energía conquistadora y expansiva, y es que como ya he dicho muchas veces, el aburguesamiento y el hedonismo, sólo generan sociedades e individuos débiles y ridículos, cobardes, por esto principalmente seremos conquistados..