Emmanuel Macron asumió oficialmente la presidencia de Francia
Hollande recibió a Macron en Palacio del Elíseo
El ganador de las elecciones presidenciales francesas, Emmanuel Macron, asumió el domingo oficialmente el cargo en la ceremonia del traspaso de poderes con el jefe del Estado saliente, François Hollande, realizada en el Palacio del Elíseo.
“La responsabilidad que el pueblo francés me ha confiado es un honor, y entiendo su gravedad”, señaló Macron durante su discurso de inauguración, durante el cual también aseguró que los franceses eligieron “la esperanza y el espíritu de conquista”.
“El mundo y Europa necesitan hoy más que nunca una Francia fuerte y segura de su destino, que porte la voz de la libertad, que sepa inventar el futuro”, dijo.
El mandatario también aseguró que la Unión Europea será “reformada y relanzada”. “Europa lleva por el mundo nuestros valores”, agregó.
El flamante presidente, había sido conducido en un Renault Espace blindado hasta el Elíseo bajo una ligera lluvia, y recibido por Hollande en el patio, en el que se desplegó una larga alfombra roja.
El presidente saliente lo esperó en las escalinatas del Elíseo. Posteriormente se reunieron en el despacho presidencial para una encuentro en el que Hollande le transmitió los códigos nucleares y abordaron algunos temas de política internacional.
Macron junto a su esposa Brigitte Trogneux
Tras la reunión de una hora el presidente saliente de Francia fue visto dejando el Palacio del Elíseo. El socialista, de 62 años, terminó su mandato como uno de los jefes de Estado más impopulares de Francia, dejando detrás de sí un escenario político muy complejo.
Su impopularidad récord lo llevó a que renunciara a presentarse a la reelección, algo inédito desde 1958.
En el interior del palacio esperaban decenas de personalidades de las principales instituciones políticas, judiciales o económicas, pero también del mundo de la cultura o del espectáculo. Minutos antes había entrado al Elíseo la esposa de Macron, Brigitte.
Macron, de 39 años, hereda un país profundamente dividido, con grandes desafíos por delante, como la lucha contra el desempleo y el terrorismo.
