Comedero para pájaros
Tratar de sobrevivir es un derecho natural del hombre, pero que no le invadan su espacio, también. Lo que sucede, es que últimamente la defensa de estos derechos se confunde, por motivos meramente políticos, con racismo y xenofobia. Ellos, los políticos, lo saben; saben que la reacción desatada por la impotencia, es simple sentido común. Esta es, aunque no se publicite, la situación que vivimos en España. Y para ilustrar un poco esta situación, permítanme que comparta con ustedes algo que me contó un amigo hace ya algún tiempo:
-“Un día me compré un comedero para pájaros. Lo colgué en la terraza de mi jardín y lo llené de granos y semillas. Un comedero precioso, pero aún más bonito resultaba ver el espectáculo de los pajaritos acudiendo a comer.
Al cabo de una semana, eran ya centenares los pájaros que acudían hasta mi casa y se aprovechaban del aprovisionamiento constante de comida gratuita y disponible, sin que las aves encontraran ninguna dificultad para procurarse el alimento.
Más tarde, los pájaros empezaron a confeccionar sus nidos y procrearse en los alrededores de la terraza: en la parra, sobre la fuente; cerca de la barbacoa; e incluso en el pino que tengo junto a la mesa.
Como es natural, los pájaros defecaban por todas partes. Sobre las baldosas de la terraza; sobre las sillas, la mesa…, o sea, por cualquier sitio.
Acudían al comedero piando y trinando a todas horas, de noche y de día. Era su manera de recordarme que rellenara el comedero.
Al cabo de cierto tiempo, no conseguía ni siquiera poder sentarme en mi propia terraza, por lo que decidí quitar el comedero. En dos o tres días, la gran mayoría de los pájaros desaparecieron de mi jardín.
Hice una limpieza a fondo y puse todo en orden, eliminando incluso los nidos de los alrededores. Pronto mi terraza volvió a ser aquello que siempre había sido: Un lugar tranquilo y sereno, sin ninguna bandada alborotadora reclamando “el derecho a comida gratis”.
Ahora, reflexionemos por un momento. Los españoles, después de salir de una guerra civil, sufrir una hambruna no solo como consecuencia de esa guerra sino derivada del expolio socialista que se llevaron nuestro oro hasta Moscú, después de un terrible cerco internacional, y tras décadas de esfuerzo, trabajo y sacrificio, levantamos nuestra propia nación hasta convertirnos en la novena potencia industrial en el mundo, dándonos a nosotros mismos unos derechos y ciertas conquistas sociales como la sanidad pública gratuita; enseñanza pública gratuita; una seguridad social y un sistema de pensiones que han sido la envidia del mundo; propiedad privada; justicia y seguridad; viviendas subvencionadas para los trabajadores y personas sin recursos; hospitales públicos; red ferroviaria; red nacional de carreteras, etc.
Gracias a un “efecto llamada socialista” de papeles para todos, aplaudida por el resto de formaciones políticas, comenzaron a llegar millones de inmigrantes como mano de obra barata so pretexto de satisfacer la demanda de una burbuja inmobiliaria que nos llevaría al desastre, pero alentada y auspiciada por todas aquellas administraciones que llenaban abundantemente sus arcas.
Estos inmigrantes, de la mano de los partidos políticos, sindicatos y oenegés, gozaron y gozan, de más derechos incluso que los propios contribuyentes españoles. Obligaciones para adaptarse, ninguna.
Tras la explosión de la burbuja inmobiliaria, miles de inmigrantes principalmente hispanoamericanos, abandonaron nuestro país dejando tras de sí las deudas contraídas. Sin embargo, el goteo constante de inmigrantes procedentes del continente africano no ha cesado desde entonces. Entran ilegalmente en un país con casi cinco millones de desempleados, con 17 voraces gobiernos autónomos, y con una nómina de 450.000 cargos políticos. Esto, no solo provoca un déficit y un colapso en los servicios públicos y sociales, sino que los españoles sin empleo ven seriamente mermadas sus prestaciones, y la posibilidad de conseguir un trabajo digno y bien remunerado. Y, como consecuencia de todo ello, los que todavía conservamos un empleo, los que dirigen una pequeña o mediana empresa, o los que son responsables de su pequeño negocio, somos víctimas de una presión fiscal por parte del gobierno, que llega a ser confiscatoria.
Las viviendas sociales o de protección oficial, aquellas a las que antes en España tenían derecho y libre acceso los españoles de las clases más desfavorecidas y sin recursos, hoy son entregadas a los extranjeros con familias numerosas -que son la mayoría-, aunque no hayan cotizado jamás a la Seguridad Social, o son okupadas por la fuerza por cualquier individuo sea cual sea su situación y su nacionalidad, sin que los propietarios de dichas viviendas puedan desalojar a los okupas, aun acudiendo de inmediato a la Policía y a la Justicia.
Por otra parte, si tienes que ir por ejemplo a un servicio de urgencias de cualquier hospital en la región española de Cataluña, primero deberás esperar horas para ser reconocido por un facultativo; en segundo lugar, serás atendido solamente en lengua catalana; y, en tercer y último lugar, te encontrarás con que dichos servicios estarán colapsados e invadidos por extra comunitarios.
En las escuelas, los niños españoles tendrán problemas a la hora de comer y desenvolverse libremente, porque las actividades en el recreo e incluso el menú en el comedor, estarán condicionados por imposiciones religiosas ajenas a las nuestras.
Se eliminarán todos los crucifijos y símbolos católicos, y no se celebrará la Navidad para “no herir la sensibilidad” de los extranjeros de otras religiones, que no le tienen ningún respeto a la nuestra.
La criminalidad crece hasta límites insospechados. Sin embargo, esa criminalidad, no se da en las urbanizaciones y zonas de lujo donde residen jueces, fiscales, diputados, senadores, y demás “inmortales” de la política; esa criminalidad, que cuando sus autores son extranjeros su condición es omitida por los medios informativos al servicio de los partidos políticos, se cebará indiscriminadamente con los barrios obreros asaltando sus viviendas, con los pequeños agricultores y ganaderos apropiándose de sus cosechas, y arrasarán polígonos industriales aun estando vigilados. Todo esto, con la inestimable ayuda de una Justicia politizada, perezosa e ineficaz, que pone en libertad a los criminales antes de que la Policía, que los puso a disposición de su Autoridad, abandone los Juzgados.
Pero, cuando a alguien se le ocurre o busca la manera de frenar esta trágica, dramática y caótica situación, se alzan de inmediato las voces de protesta de muchos imbéciles, que gritan contra la violación de los derechos humanos de los criminales, porque los otros derechos, los de las personas decentes, les importan literalmente un cojón.
Y, para poner la guinda al pastel de todo este cúmulo de despropósitos, el gobierno de Rajoy y su nuevo “equipo socialista”, quieren aumentar la edad de jubilación hasta los 67 años como medida, dicen, de garantizar el futuro de las pensiones ¿Qué pensiones, la de una viuda envejecida y maltrecha harta de limpiar escaleras y con síntomas claros de enfermedad que percibe 400 euros mensuales, o las pensiones vitalicias de Aznar, Felipe González o Zapatero, que ascienden a más de 6.000 euros todos los meses?
En mi modesta opinión, quizás haya llegado el momento de exigir “que se vayan retirando los comederos de pájaros de nuestros humildes jardines”. Pero, para que esto sea posible, hay que tener muy en cuenta un detalle, que la única manera de hacerlo es, una de dos, o decimos ¡basta! y dejamos las urnas vacías en las próximas elecciones, o nos afanamos en la creación de un movimiento de reconstrucción nacional, que vele por los intereses y los derechos de los ciudadanos españoles.
De lo contrario, continuaremos, con el dinero que nos esquilman y que es producto de nuestro esfuerzo, nuestro sudor, nuestro trabajo, y nuestro sacrificio, llenando los comederos y limpiando la mierda de los que, al margen de la situación social y económica de nuestro pueblo, son recibidos por los “profesionales” de la política, para que parasiten junto a ellos en la más que enfermiza, escuálida hucha de las pensiones y prestaciones sociales.
Don José Luis, esto no es nada comparado a lo que va a ser dentro de pocos años. Esto es un paraíso en comparación. Veremos cosas que, si sucedieran ahora, nos parecería estar en el infierno de Dante. Pero la gente a lo suyo, a comer, a regalar y a repetir consignas dadas. Eso sí, Feliz Año, que es la frase importante, claro.
Efectivamente, con menos “ayudas sociales” el pais es menos interesante para los inmigrantes, pero los que ya están aqui… creo sinceramente que para echarlos habria que usar al ejército, que por cierto, también tiene soldados extranjeros. Muchos días me pregunto si hemos alcanzado el punto de no retorno.
Se nota y mucho que el que escribe el articulo no ha tenido un comedor de pájaros en su vida, yo los he tenido y no uno ssi o 5 en invierno, las autoridades nos los daban y nos aconsejaban ponerlos, pues venia un máximo de 10 pájaros no más, ni hacían ruido ni venían de noche, y en cuanto llego la primavera ya no volvieron hasta de nuevo las primeras nieves, ni hicieron sus nidos cerca ni a centenares.
Alicia la historia es en modo irónico sobre lo que está pasando con los autóctonos y los de afuera, si les cortan todas las ayudas que reciben que incluso se creen con el derecho de reclamarlas mas de uno se va.
me da igual, no se puede ilustrar algo con algo no es cierto, tome ejemplo mejor de palomas en un parque, pero no de comederos para pájaros.
Alicia eres una antisemita, si Hitler levantara la cabeza te pondria de ministra de propaganda, creo que voy a delatarte a la Asociacion Catalana de Amigos de Israel presidida por Ruben Novoa, el mismo que amenazaba de muerte en internet a Albert Rivera, pistola en mano. Veras como esa gente si que sabe hacerte desistir de tu nefasta actitud hacia el Pueblo Elegido.
Mar, no se caliente la cabeza. La tal Alicia Romero va en automático. Usted le da una explicación muy sensata, pero ni aun así, sigue en sus trece. Si desde un principio piensa que “un auto judicial” es el coche de un juez, no habrá nadie que le haga ver otra cosa.
Saludos, mar
Es hora de dejarse de gilipolleces y hablar claro: los españoles estamos siendo exterminados. Vivimos en directo un genocidio, el nuestro. La unica forma que tenemos de salvarnos es quitar del poder a los lacayos de los rabinos (PP, PSOE, IU, PODEMOS, VOX, CIUDADANOS, etc) o de lo contrario acabaremos todos como los palestinos, asesinados en su propia tierra.
yo creo ya es tarde, me he dado cuenta estas navidades, la gente solo piensa en fiestas, regalos, ver a la guarra de las campanadas, las ciudades tomadas por la policía y la gente como si fuera normal…ya nada se puede hacer, yo voy a emigrar a alguna isla del atlántico a miles de km de Europa.
Me confundes con alguien a quien le interesa lo que tu creas. Ademas te equivocas, aun no es tarde, eso es derrotismo puro ademas de una mentira. Como digo bastaria con quitar del poder a los lacayos del mundialismo y poner en el gobierno a alguna persona honrada. Estados Unidos acaba de dar ese paso, Hungria Polonia y algunos paises europeos mas estan a punto de darlo, no veo por que no puede pasar lo mismo aqui. Lo que esta claro es que emigrando a alguna isla fuera de Europa no vamos a arreglar nada.
No deja de ser un concepto tan sencillo como supervivencia legitimo para todos, dentro de la legitimidad hay otros aspectos, el equilibrio si se rompe colapasa de un lado u otro, en cualquier ecosistema donde ecologistas protestan por la especie invasora ya que se extinguen las propias autóctonas son numerosas referencias a esta hecho o daño medioambiental, la reflexión no es otra del cálculo hasta donde es posible que una sociedad con identidad propia puede albergar otras para imponer y arriesgar los pocas retribuciónes vía trabajo, si aceptar sin previa demanda de la compleja sociedad es positivo o el concepto… Leer más »