La tragedia ronda la plaza de toros de La Malagueta: Roca Rey se sobrepone de una espeluznante cogida en la feria de Málaga
Silencio. Se rueda. Una película real, pero con hechos de otra galaxia. Protagonista: Andrés Roca Rey, un torero nacido en Lima hace diecinueve años. La Malagueta fue testigo de un filme no apto para cardíacos. Aquello no era un valor terrenal ni de hoy, era un valor de otra dimensión, de otro tiempo. Pero no era solo valor, eran tantos los valores… Valores para enseñar en una escuela, desde el sacrificio a la superación, desde el esfuerzo a la ambición para lograr lo que parece (casi) imposible. «Los que piensan que es imposible dejen trabajar a los que estamos intentándolo», se leía al fondo. Roca Rey no solo lo intentó, sino que lo consiguió tras ser cogido de manera espeluznante por el tercero de la deslucidísima y mansa corrida de Garcigrande, vacía de casta.
Tampoco apuntaba este garcigrande notas de bravura, pero Roca lo atacó en corto en dos series en redondo. Un cambio de mano y la zurda, por donde llegó el percance. «Fermentado» le puso los pitones en todos lados. No hubo zona que no le lamiera en una escena escalofriante. Grogui, se lo llevaron a la enfermería, con sangre en la boca, como un boxeador noqueado, como Rocky en su combate más duro. Cuando su compañero se disponía a matarlo, se obró el milagro: Roca volvió al ring para ganarle la partida a «Fermentado» y al propio destino. Sin chaquetilla, con el chaleco hecho añicos, un boquete por la barriga, otro en el pecho, uno más por encima de la ingle y otro en la parte trasera de la taleguilla. El vestido, ni para el sastre. Y el torero, hecho un eccehomo, haciendo de tripas corazón.
En un gesto de amor propio, regresó al mismo sitio, con series diestras que calaron hondo y el atrevimiento de coger otra vez la izquierda. Se quedaba corto el garcigrande y le lanzó un nuevo recado, pero Roca ni se inmutó pese a notársele mermado físicamente. Además, el calor era asfixiante. Ni la temperatura ni la cogida parecieron importarle a la joven figura, que conectó una barbaridad con el público, puesto en pie. El termómetro de la emoción se disparaba. La plaza era un clamor. El héroe del Perú tenía ganado ya todo, más allá de las orejas que no fueron, pero quiso marcarse unas manoletinas milimétricas. Se perfiló para matar y pinchó. No podía ni con su alma y se desplomó en la arena. Quiso incorporarse, pero volvió a desmayarse. Y las cuadrillas se lo llevaron. Fue trasladado a una clínica para realizarse un estudio. En una primera exploración se le apreció una herida en el abdomen y otra en la boca.
La tarde no tuvo buenos principios. Morante, que había recibido el Capote de Paseo a la mejor faena de la pasada feria, se dejó el primer toro vivo. «Pillito» no le agradó desde que pisó la arena con esa manera de irse al capote. Aun así, se le cantó una verónica y un bonito inicio de faena. Inicio que fue final. Escarbaba el toro, se quedaba corto y se defendía por sus justas fuerzas. Y el de La Puebla, con el mismo vestido celeste y azabache de su tarde maestrante con tres avisos, abrevió y se preparó para darle matarile. Tuvo que tomar el olivo cuando «Pillito» pegó un arreón de manso al sentir el pinchazo. No era fácil descabellarlo. Y tras perseguir al toro, que se fue a chiqueros, Morante se alejó hasta que sonó el tercer aviso. La vuelta a chiqueros tardó más que la formación de Gobierno… Y la bronca para Morante fue monumental.
Visto lo visto luego, más vale que se hubiese quedado todo el sexteto en toriles, porque ¡vaya corridita! El genio de La Puebla, que tuvo que matar otros tres por el percance de Roca Rey, sopló al cuarto unas verónicas con su aquel y un broche por bajo de lujo. Gotas de arte en un mar de mansedumbre, como el último de la noche.
La actitud de figura de El Juli en el segundo hizo presagiar esperanzas. Un quite por chicuelinas de manos bajas, con remates ralentizados, se antojó una maravilla replicada con gallardía por Roca. El madrileño brindó y lo imantó a su muleta en una ronda, pero en el de la firma se rajó con descaro. Con un quinto que iba y venía sin gracia, desgranó algún momento lucido, aunque con semejante encierro no había modo de remontar la jornada.
La tarde fue del heroico Roca Rey, que obró el milagro de una faena imposible y de vivir para contarla.
Para lluis si le interesa:
https://youtu.be/5OVfHLjZv90
Por cierto, aplaudo desde aquí la gallardía y el valor de Roca Rey, un hombre ARCAICO en el más positivo sentido del término. Ese arcaísmo positivo, que nos remonta a los tiempos gloriosos de la Iliada o a los de las batallas de Marathon y las Termópilas. Los animalistas que se ríen y aplauden cuando muere un torero, son coherentes con su indigencia moral y mental, al ser un subproducto de lo peor de la modernidad. Son individuos para los que el honor y el coraje no tienen el menor sentido. Son conceptos que desconocen, y que no están en… Leer más »
Personalmente lo que no me gusta de los toros, es la figura del picador. En cuanto a los banderilleros, su función es estéticamente muy bonita, pero tampoco me gusta que al toro se le claven las banderillas que lo van machacando poco a poco. Un toreo puro a capote, con la muerte final del toro a espada, me parecería óptimo, si bien es verdad que debo reconocer que la muerte de un animal como espectáculo jaleado por el público, no me gusta. Y no por la muerte del toro en sí, pues esa muerte me parece mucho más digna que… Leer más »
Efectivamente. Los banderilleros y los picadores son los actores más impopulares de la fiesta, lo que no obsta para que sean en este arte, absolutamente necesarios. Para que el torero se explaye en el llamado Arte con toda la gama de pases , tienen que ponerle el toro asentado y eso se consigue con el castigo previo de banderilleros y picadores, de lo contrario parecería más una cabra hostil que un toro . Eso es lo que hace tan impopular el toreo para la gente que o no entiende o no le gusta. Personalmente no me gusta, pero considero que… Leer más »
Sala tiene toda la razón cuando escribe que los toros son un anacronismo. Las corridas son propias de otra época pasada, cuando los hombres entendían que lo peor que te puede pasar en esta vida no es morir sino vivir sin honor; cuando se apreciaba el sacrificio, el valor y la hombría. Eran tiempos no tan remotos, que desgraciadamente terminaron.
Bien dicho.
Agradezco a AD que sea un periódico valiente que cuenta noticias que el NOM no permite a otros medios, pero no me gustan los toros, ni creo que haya que gustarlos necesariamente para ser un patriota decente. Gracias.
Nota del administrador: Opinión absolutamente respetable. Usted, por ejemplo, rechaza los toros por cuestiones que nada tienen que ver con el repudio de la identidad y la tradición españolas. Y eso, insisto, merece el máximo respeto. No así los que libran una cruzada contra la Tauromaquia en tanto Fiesta Nacional.
Efectivamente, estoy de acuerdo con el Administrador no como los que censuran los toros, porque representan a España y luego van a los Correbous que son una tortura atroz.
El toro es un artista muy culto.
Les falta aprender de las niñas que mandan en pacma, esas luminarias de nuestro tiempo.
Mire. A mi no me gusta que muera nadie . Ni me alegro que un torero sea cogido por un toro. Pero debo decir que el que se mete delante de un toro de 500 Kilos, aparte de ser irracional es una gilipollez. Luego lamentamos cosas que no se debieran producir. Los toros son una especie de tradicion anacrónica que deberia ser erradicada de raiz.
Ahí radica el arte, el de enfrentarse a un animal mas fuerte que el hombre y por muy irracional que le parezca, es lo que puede ocurrir y de hecho ocurre, porque si no, si sería maltrato, no como le achacan los falsos animalistas ahora. Es el riesgo que corren, como lo hacen los pilotos de F-1 o motos, enfrentándose a altas velocidades.
El que quiera torear que lo haga, es su vida, es su pasión.
Claro, como el que quiere violar niños, porque no?
Comentario asqueroso. Eres un tipejo infecto.
Eres un HIJO DE PUTA, Eufrasio. Un auténtico HIJO DE PUTA
Pues yo creo que los que no entendemos el arte del toreo, no deberíamos opinar.
correcto, y los que no entienden el arte de la pedofilia o el arte de ETA, no deberían opinar claro.
Cosas claramente comparables, matar toros es igual que violar niños y asesinar personas, por eso los animalistas utilizais siempre los mismos argumentos. Hay que joderse con la miseria moral que impera en España.
Bravo por Roca Rey y por el articulo de AD, que hoy en dia es imposible encontrar fuera de la prensa especializada taurina, por ser politicamente incorrecto.
Cierto, los toros son una tradición anacrónica. Menos mal que la modernidad del S.XXI nos ha traído el arte, convertido en ya en tradición veraniega, del balconing, esa es una de las tradiciones veraniegas del S.XXI.