Se hacen llamar “Iniciativa para la reforma horaria” y son uno de esos grupos satélites del separatismo catalán que tanto están proliferando y que tienen como denominador común marcar diferencias con el resto de España. Para ello recurren a teorías más inverosímiles como la defendida por el citado grupo: dejar el horario español para “aumentar las natalidad”.

De entrada dicen que se proponen “fomentar el diálogo, la conversación y la reflexión con el objetivo de generar un consenso amplio social y político que permita presentar estrategias concretas de transformación reales en el Parlamento de Cataluña, a la Generalidad de Cataluña, así como los gobiernos de ciudades y pueblos”.

Tras señalar que apuestan por “el trabajo colaborativo, desde la aceptación de la diversidad social e ideológica en el ámbito de actuación que hace referencia las políticas del tiempo”, explican que la iniciativa que plantean pretende “caminar hacia un nuevo paradigma de los horarios en Cataluña”.

“En la idea de reclamar el impulso de estrategias que permitan alcanzar la reforma horaria, la iniciativa trabaja principalmente en cuatro dimensiones: la interlocución política, la fundamentación del discurso, de intercambio de conocimiento y hacer de altavoz de los acuerdos. Queremos incidir en la reforma de los horarios de manera que se logre la adaptación a unos tiempos más humanos y cívicos en el marco del impulso de las transformaciones de la Cataluña que viene. Trabajamos para consolidar el factor tiempo como variable relevante en la búsqueda de equidad y bienestar. Esta iniciativa se basa en las virtudes de la austeridad, el bienestar, la calma, la coherencia, el diálogo, la felicidad, la flexibilidad, la igualdad, la lentitud, la memoria, el pacto, el progreso, la responsabilidad, la serenidad”, añaden.

Entre las ventajas que llevaría aparejado el cambio horario en Cataluña, se refieren a cuestiones tan diversas como “incrementar el nivel cultural y el éxito escolar, bajar la siniestralidad, mejorar la calidad de vida y aumentar la natalidad”.

Por el momento se desconoce si la insólita propuesta ha sido debidamente subvencionada por el Gobierno catalán que preside Carles Puigdemont.