Los frutos de la devoción salafista-yihadista
EY.- Un kuwaití fiel devoto musulmán de 23 años de edad apuñaló mortalmente a su hermano mayor por considerarlo al apóstata por no rezar ni ayunar durante el Ramadán. Él fraticida manifestó a la policía que apuñaló mortalmente dos veces en el cuello a su hermano porque lo consideraba apóstata.
El ferviente creyente del Islam empleó el castigo que los yihadistas destinan a los apostatas basadas en la lectura del Corán 8:12: Cuando vuestro Señor inspiró a los ángeles: «Yo estoy con vosotros. ¡Confirmad, pues, a los que creen! Infundiré el terror en los corazones de quienes no crean. ¡Cortadles del cuello, pegadles en todos los dedos!»
Se podría argüir que esto es excepcional, pero es lo que perpetran constantemente los yihadistas de Estado Islámico con los familiares que no apoyan a esta organización y lo mismo con los que son calificados de “infieles”y todo aquel que no sea musulmán como los yihadistas consideran que han de ser “musulmanes como Alá manda”.
El diario Arab News informaba el 25 de junio de 2016 de dos hermanos gemelos de Arabia Saudita de 18 años de edad y vinculados a Estado Islámico, a los que califica de monstruos por haber asesinado a su madre, herir a su padre y un hermano de menor edad. Los gemelos yihadistas habían abandonado la escuela y se habían aislado en su habitación estudiando continuamente el Corán y leyendo libros y periódicos que trataban del Islam.
Arabia Saudita ha adoctrinado en el salafismo y yihadismo a través de las madrassas y las mezquitas y financiado, entre otros, como Turquía y Qatar, a Estado Islámico, como el Dr. Frankenstein a su monstruo, y éste se ha vuelto contra su creador.
El monstruo yihadista adquiere diferentes nombres, de entre ellos los más conocidos: Al Qaeda, Boko Haram, Hamás, Hisbulá, Estado Islámico, Frente Moro Islámico de Liberación. Este engendro yihadista se deleita en la muerte de sus víctimas, como es el caso del adolescente árabe-palestino yihadista que asesinó a la enfermera quirofanista israelí Dafna Meir en su casa en Otoniel en enero de 2016, delante de sus hijos. La víctima, Dafna Meir, era madre de seis hijos y trabajaba como enfermera quirúrgica en el Hospital Soroka en Beer Sheva. Dafna luchó contra su asesino, para salvar la vida de sus hijos. El asesino yihadista, un adolescente palestino, ha explicado que “tenía ganas de seguir matando judíos hasta morir (él) como mártir. Cada musulmán espera morir como mártir”.
De acuerdo con las transcripciones de los interrogatorios de la policía israelí con el islamoterrorista, que recientemente se dieron a conocer por Walla Noticias, Dafna Meir tuvo problemas con el asesino durante el encuentro fatal; cuando se hundió el cuchillo en su víctima, el islamoterrorista no pudo sacarlo del cuello, lo que no le permitió continuar su matanza.
“Luchó contra mí,” dijo el criminal devoto musulmán a los interrogadores: “Yo le clavé el cuchillo hasta que no pude sacar el cuchillo de su cuerpo, y cuando vi que otra mujer venía, me escapé y me fui a casa y vi una película saudíta”.
El criminal palestino añadió que “Si hubiera sido capaz de sacar el cuchillo habría continuado asesinando judíos hasta “morir (él) como un mártir ya que cada musulmán espera morir como un mártir. Quiero entrar en el cielo y tener 70 vírgenes”.
¿Qué religión adoctrina a sus fieles al asesinato de aquellos que considera infieles?
El veneno que reciben estos criminales está en la doctrina que se les suministra, una ideología nihilista que afirma “amar más la muerte que lo que los judíos (y ahora añaden a los cristianos) aman la vida”. El salafismo y el yihadismo es la ideología de la muerte. Si Occidente quiere mantener sus valores y bienestar, tendrá que tomar consciencia de que no se puede tolerar una ideología, la salafista y la yihadista, que predican la violencia contra las mujeres, los judíos, los cristianos y los musulmanes que no siguen el salafismo y el yihadismo.
La mayor parte de las víctimas del yihadismo son cristianas, como en Siria, Irak, Nigeria, Egipto y tantos otros países de Oriente Medio, y Occidente, sus líderes de opinión y políticos continúan desviando la mirada para no ofender a los musulmanes, cuando son precisamente los musulmanes la mayoría de las víctimas mundiales del yihadismo, asesinadas por ser calificados como musulmanes desviados de “la senda del Profeta Muhammad”.
Es necesario clausurar las mezquitas salafistas y yihadistas y no permitir imames wahabbitas, ni que las mezquitas en Occidente reciban dinero de Arabia Saudita, Qatar, así como no permitir la edificación de madrassas wahabitas ni la emisión de canales de televisión, como HispanTV, de la República Islámica de Irán, país que presta sosténm financiero, material y apoyo logístico a grupos islamoterroristas y yihadistas en todo el Oriente Medio y Asia Central.
Así como no se permite en nombre de la libertad de expresión la apología a la violencia de género, ni la incitación al asesinato racista, tendría que ser prohibida -por la misma razón- la ideología supremacista salafista y yihadista que considera que es imposible vivir en pie de igualdad con otros credos, ideología, las salafista que incita al exterminio de judíos, cristianos y de aquellos musulmanes a los que considera “desviados del camino de Alá y de la senda del Porfeta Muhammad”.
Están deseando venir a España a cobrar la renta básica de podemos.
Por desgracia, tal como dice Domo, el español medio puede creer que es un nuevo tipo de Cuscús, o un régimen alimenticio de la Nueva Era, chapoteando en el limbo de la ignorancia, incapaz de ver los negros presagios y nubarrones que se ciernen sobre Europa.
para el español medio un salafista es un tipo nuevo de kebab, para los buenistas extremos es el equivalente a los nuevos luchadores de la paz y la libertad