Una madre marroquí mata a dos bebés en Zaragoza porque creía que su casa estaba endemoniada
La joven marroquí de 27 años acusada de haber asfixiado hasta la muerte a dos de sus tres hijas creía que la casa zaragozana en la que vivía estaba endemoniada y que los espíritus malignos querían apoderarse de las bebés. Así lo ha dicho la mediadora cultural Amina Kamal durante el juicio que sienta en el banquillo a esa joven madre, Ikram Benhaddi, para la que el fiscal pide 55 años de prisión. Fue detenida en noviembre de 2014, tras haber estado ya bajo sospecha un año antes.
Kamal ha afirmado que tanto la joven como su suegra y su cuñado estaban convencidos de que la casa del zaragozano barrio de Las Fuentes en la que vivía la joven con su familia estaba poseída por los demonios. Así se lo dijeron personalmente a esta mediadora cultural, a la que incluso pidieron que participara con ellos en un ritual para «limpiar» la vivienda de malos espíritus, algo a lo que la mediadora se negó. Ha dicho que les recomendó que leyeran persistentemente el Corán, y ha relacionado esas creencias con leyendas propias de la zona marroquí de la que es originaria la familia de la acusada.
La joven, por su parte, ha negado que matara a sus hijas y ha dicho desconocer esas leyendas demoníacas. «Quiero a mis hijas», ha afirmado ante el tribunal de la Audiencia Provincial de Zaragoza que la juzga, presidido por el expolítico y magistrado Juan Alberto Belloch.
Madre de tres hijas, solo una sobrevivió tras sufrir cuadros de asfixia similares a los que acabaron costando la vida a otras dos pequeñas. La primera muerte se produjo en el verano de 2011, una niña de menos de tres meses de edad. Y en noviembre de 2014 fallecía otra hija de esta joven marroquí, también tras haber acudido en varias ocasiones a urgencias en estado muy grave, con insuficiencia respiratoria.
Era el mismo cuadro que en 2013 presentó la otra niña, la que ha sobrevivido después de que fuera declarada en situación de desamparo por los servicios sociales y su custodia quedara en manos de la Administración autonómica.
Dos de las pediatras que atendieron a las niñas, Paz Ruiz y María Concepción García, han subrayado durante el juicio que los cuadros clínicos de las pequeñas eran anormales y que acabaron por hacer sospechar de que no eran fruto de patologías sino de causas externas. De hecho, en una de las ocasiones se instalaron cámaras de videovigilancia en la habitación del hospital en la que una de las pequeñas quedó ingresada.
Tanto el marido como la suegra de la acusada y otros familiares han cerrado filas con la joven. Durante el juicio, todos ellos han testificado que desconocían la leyenda sobre los malos espíritus que se cree estuvo vinculada a la muerte provocada de esas niñas por parte de su madre. El marido de la acusada ha afirmado que nunca sospechó de su mujer.
Las han matado, en colaboración por omisión de las autoridades sanitarias y sociales. No se han atrevido a acusarles desde el primer síntoma. Cobardía nacional.
Toda la razón, ahora que los expulsen de aquí .