Cuentas opacas
La filtración de los más de 11,5 millones de documentos relativos a más de 200.000 sociedades offshore, que tienen conexiones con más de 200 países, han puesto al descubierto una red para ocultar patrimonio, y ocultar información a las agencias tributarias de muchos estados. Incluso contando con la presunción de inocencia los paraísos fiscales se utilizan, habitualmente, para fines ilícitos y operaciones financieras ilegales.
Los denominados papeles de Panamá han dado a conocer la existencia de miles de nombres que han depositado sus fortunas, o parte de las mismas, para pagar menos impuestos, o evitar tributar a Hacienda. Es lógico, por tanto, que el mismo Montoro haya dicho, públicamente, que todos los ciudadanos deben cumplir las leyes tributarias sin excepción.
Considero vergonzoso que en la lista de nombres aparezcan 72 jefes o exjefes de Estado y también deportistas famosos, artistas, etc. Por ejemplo, en el caso de Messi, no tiene ninguna necesidad de ocultar sus multimillonarios ingresos anuales, porque cumpliendo sus obligaciones tributarias en el territorio español, podría seguir ingresando cantidades fabulosas de dinero en sus cuentas. Y en relación con las otras personas sucede lo mismo. Me parece bien que la Agencia Tributaria investigue a Messi y la Infanta Pilar de Borbón, y también a Almodóvar y a la familia Domecq. Aunque también es verdad, que mientras no se pruebe la culpabilidad, hay que mantener la inocencia de los investigados. Los papeles de Panamá parece, según los indicios existentes, que han dejado al descubierto numerosas maniobras económicas ilegales.
Como se puede observar esta filtración ha producido un escándalo mundial de enormes dimensiones. Lo que pone de manifiesto que los países deben ser mucho más activos y diligentes para tomar medidas que imposibiliten la existencia de los paraísos fiscales. Ya que perjudican, muy gravemente, los legítimos intereses de todos.
Porque se defrauda muchísimo dinero que podría ser empleado para fines sociales que son absolutamente necesarios. Y tampoco es justo que una parte considerable de la población de cada país contribuya pagando los impuestos que le corresponde, y una minoría se evada de sus obligaciones, respecto a las leyes tributarias.
Por ejemplo, es significativo que el premier islandés se niegue a dimitir por estar en la famosa lista. Por razones de responsabilidad política ya lo tendría que haber hecho. La falta de principios morales queda puesta de manifiesto en este tipo de conductas.
La avaricia y el excesivo egoísmo parece que explica esta clase de comportamientos. Ya que acudir a paraísos fiscales es una práctica perniciosa e innecesaria. Y más si hablamos de cantidades de dinero inmensas. No está justificado en ningún caso. Los gobiernos de los países occidentales tienen mucha tarea por delante, para hacer imposible que sigan existiendo estos privilegios injustos e ilegales. Con las investigaciones de los diferentes países se depurarán responsabilidades.
El fraude fiscal sale a la luz en la ocultación de patrimonio y en el blanqueo de dinero, etc. Aunque existan otras formas de intentar engañar a Hacienda. Las personas que disfrutan de grandes fortunas deben ser ejemplares, y dar a la sociedad parte de lo que han conseguido, ya que su dinero no ha surgido de la nada. Las cuentas deben ser transparentes y cristalinas.