La cuñada de Javier Moragas editó “Todas putas”, un libro que “es una apología de la violación”
La editorial propiedad de la exdirectora del Instituto de la Mujer, Miriam Tey, publicó hace unos años el libro “Todas putas”, de Hernán Migoya, autor que afirma de su propia obra que “es una apología de la violación”, según informó el diario La Vanguardia.
El autor afirmó que el libro “fue un encargo personal de Miriam Tey, que leyó en Internet el relato ‘El violador’, le encantó, y me dijo: ‘Quiero un libro entero así’. Yo ya le dije en broma que la iban a denunciar”.
Así, el primero de los cuentos del volumen, precisamente ‘El violador’, incluye frases como esta: “Ahora que los negros son buenos y los maricones unos seres muy simpáticos, a ver si la sociedad decide de una vez que no todos los violadores somos mala gente”.
Migoya admitió que su cuento es “una apología de la violación, pero desde el punto de vista del personaje, que por suerte no soy yo. Es un relato satírico sobre un violador que quiere que se reconozcan sus derechos”.
El personaje narrador de Migoya criticó que las mujeres “hacen creer a todo el mundo que no hay cosa peor que una violación. (…) Y, entre nosotros, yo que he violado a muchas mujeres, déjenme decirles algo: no es para tanto”. El relato finalizó de una manera que enlaza con el título del libro: “Eso sí, las mujeres son todas unas putas. Seguro que ustedes lo han pensado también alguna vez, ¿verdad? ¿Lo ven? Entonces estamos todos de acuerdo”.
Otro de ellos, titulado “Porno del bueno”, narra cómo un adulto viola con todo detalle a una niña tras regogerla en la escuela y le ruega: “No se lo digas a mamá, mi vida”.
Un autor misógino
Migoya reconoció a La Vanguardia: “Soy misógino, y estoy orgulloso de ello, es algo muy sano”. Admite que “Todas putas” es “políticamente incorrecto, me sale esa vena en todas mis obras, ya sean cuentos, cómics o cortometrajes”.
Migoya admitió que “incluso amigos míos se han sentido muy ofendidos con este libro”, pero argumenta que “en este país los escritores suelen ser muy políticamente correctos y todos pierden el culo por declararse en contra de la guerra y el chapapote. Yo no tengo esa ansiedad por demostrar lo buena persona que soy, sino sólo por ser buen escritor. Y los mejores escritores suelen ser unos hijos de puta”.
“Cada lector lee el libro a su manera”, afirma Migoya. “Para mí, es peor la mediocridad que la maldad. Prefiero a una persona malvada pero brillante, porque a mí una persona buena, gris y mediocre no me transmite nada. Por desgracia, estamos en una sociedad que premia el ser cordero, lo gris, el estar con la masa.”
Giro irónico
Por su parte, Miriam Tey afirmó a La Vanguardia que “el libro tiene un giro irónico” que debería guiar su lectura, y argumentó que “es una denuncia del comportamiento de los hombres desde la voz de un hombre. Es poco ético utilizar mi labor como editora para criticarme en mi función pública, una prueba más de que el periodismo sigue en manos masculinas”.
Míriam Tey, exdirectora del Instituto de la Mujer, es propietaria, junto con otros socios, de la editorial ‘El Cobre Ediciones’, que sacó a la luz esta obra.
Destitución
Tras conocerse la noticia, la secretaria de Igualdad de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, Micaela Navarro, pidió la destitución inmediata de Tey. Navarro aseguró que “espero que en estos momentos ya no sea directora del Instituto de la Mujer” y agregó que el libro “hace una apología clara y rotunda de la violación”.
“Me parece inadmisible que en un país donde se presentan anualmente miles de denuncias por violencia doméstica se publique un libro como éste”, dijo Navarro.
Lo paradójico de esta historia es que el cuñado de Miriam Tey pretenda ahora imponer medidas disciplinarias contra un concejal de su partido en Palafolls por unos supuestos “comentarios machistas” contra la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.
Se lo dedicaría a su madre, probablemente
No habrá temas de los que hablar mejores que estos.
Entonces su madre es puta, más claro que el agua, parió a un hijo de p…
Que asco de gentuza, ese libro es una basura.
«Míriam Tey afirmó a La Vanguardia que … Es poco ético utilizar mi labor como editora para criticarme en mi función pública, una prueba más de que el periodismo sigue en manos masculinas».
Le ha faltado decir que el periodismo es machista. Que le pregunte a sus amigos de las bases de Bildu cómo se las apañan para intentar evitar y para amenazar a las mujeres que participan en el Alarde de Irún, sin ser regañados por ello.