Asier Martiarena.- Ni el juez Ruz, ni mucho menos el magistrado Garzón, ni los papeles de Bárcenas, ni el ‘te quiero, Alfonso, coño!’, ni el escándalo de la Púnica, ni el viaje a Eurodisney de su amiga Ana Mato, ni los despidos en diferido, ni la destrucción del disco duro de Bárcenas… la puntilla que le faltaba a Mariano Rajoy es un yonqui del dinero reconvertido en ‘hippy’ que tras ver la luz celestial y haber recibido la ‘inspiración del árbol donador’ está dispuesto a reventar el PP valenciano en pleno calendario de pactos para investir al nuevo presidente del Gobierno de España.

Hablamos de Marcos Benavent, el hombre de confianza de Alfonso Rus -expresidente de la Diputación de Valencia y exalcalde de Xàtiva ahora imputado en la causa Taula- que fue gerente de la empresa pública Impulso Económico y Local (Imelsa) y que ha dado un vuelco a su vida dejando atrás los trajes, la corbata y la gomina para lucir una imponente barba blanca, pulseras, anillos, pendientes… un hippy de manual.

El salto al gran público llegó cuando se filtró una grabación en la que, presuntamente, contaba dinero con Rus en el interior de un coche “…Uno, dos mil, tres mil, quatre mil, cinc mil, sis mil, set mil, vuit mil, nou mil, deu mil, onze mil, dotze mil euros… dos milions de peles“.

Según la Fiscalía Anticorrupción, este dinero procedía del pago de comisiones a cambio de amañar un concurso de viviendas de protección oficial.

Benavent fue detenido por un delito de malversación de caudales públicos a través de Imelsa. Había creado, supuestamente, sociedades pantalla para cobrar comisiones a varias concesionarias y contratistas de la Diputación de Valencia.

Durante los años del ‘pelotazo’ fanfarroneaba por tierras de Levante mientras llevaba un tren de vida anormalmente alto. Se sentía intocable por haber acumulado horas de grabaciones de dirigentes del PP envueltos en actividades irregulares: “Si caigo yo, caerán todos”, repetía a cualquiera que tratara con él.

Y parece que tenía razón. Después de un primer interrogatorio, y unos meses desaparecido durante los cuales ha viajado por medio mundo, Benavent volvió avisando que iba a provocar “ mucho daño” con su testimonio. Dicho y hecho. Empezó a colaborar con la investigación de la Guardia Civil al tiempo que confesó ser un ‘yonqui del dinero’. De hecho llegó a decir en mayo pasado ante los juzgados: “Me he llevado de todo, dinero y caja y comisiones. Era un yonqui del dinero, casi todo el mundo está en movidas. Pido perdón. Lo siento mucho. Me he equivocado. Asumiré lo que sea, la pena de cárcel que me corresponda, e intentaré reponer todo lo que me he llevado. Voy a contar la verdad, mi verdad”.

Benavent ha cumplido la promesa poniendo en manos de la Justicia sus grabaciones a altos cargos del PP valenciano. El resultado ya lo conocen: 24 detenidos entre los que se encuentran el citado Alfonso Rus, Emilio Llopis -exjefe de gabinete de Rus- y María José Alcón -exconcejal popular del Ayuntamiento de Valencia y antigua asesora de la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá-. Un nuevo caso de corrupción que ya está encima de la mesa de negociaciones y que dificulta que Rajoy pueda lograr acuerdos para salir investido presidente del Gobierno. En el PP ya le piden que se eche a un lado para facilitar las cosas.