El impactante secreto que una veterinaria escondía en el sótano de su tienda
Una veterinaria y su ayudante han sido declarados culpables después de que la policía encontrara a 12 perros de raza Husky viviendo en la miseria en el sótano de su casa.
Gary James Cassius Samuel y Rochelle McEwan, de 49 y 28 años respectivamente, trabajaban como veterinarios en una clínica de Leeds (Reino Unido).
El pasado martes 24 de febrero la policía acudió a la casa después de recibir una llamada alertando de que Samuel estaba tratando de golpear con un martillo a McEwan. Pero al llegar a la propiedad, los agentes quedaron más preocupados por el estado en el que se encontraban los perros que vivían allí.
Fue Samuel quien alertó a la policía del estado en el que vivían los perros y quien les indicó donde estaba la puerta, ubicada bajo una mesa y cubierta con una alfombra, que tenía acceso al sótano.
La abrió y les dijo a los agentes: “Estos son sus animales. Ella nunca les da de comer, simplemente los recoge”.
En total había 12 perros viviendo en un sótano. También había tres gatos en el cuarto de atrás, los cuales fueron descritos por los agentes como sacos de piel y huesos, debido al lamentable estado en el que se encontraban.
La policía se puso en contacto con miembros del RSPCA y todos los animales fueron sacados de la casa esa misma noche.
El magistrado dijo que la pareja cometió seis delitos contra los animales, incluidos causar un sufrimiento innecesario y no proporcionar un entorno adecuado.
“No había luz natural o ventilación en el sótano, parecía un calabozo”. “La mayoría de los perros estaban muy delgados y sus condiciones de vida allí eran de total miseria”, explicó un miembro del RSPCA.
Samuel negó cualquier responsabilidad con los animales, pero el tribunal consideró que ambos eran culpables de la negligencia. Ambos fueron declarados culpables y serán sentenciados el próximo 12 de febrero.
Estos dos tipejos, se merecen que los metan en una celda con luz artificial. Y durante un largo tiempo.
Igual, que ellos tenían a esos pobres perros indefensos.
Menuda catadura moral, y ética. Tienen estos dos bastardos.
Y otros tantos como estos dos individuos.