Un tercio de las agresiones a personas sin hogar las perpetran jóvenes que estaban de fiesta
El 47 por ciento de las personas sin hogar que viven en España -más de 30.000- han sufrido algún tipo de agresión o vejación por parte de desaconocidos que, en casi un tercio de los casos, eran jóvenes que estaban de fiesta, bien cambiando de local, bien terminando una noche de copas.
Es la principal conclusión del primer estudio acerca de la violencia sobre el colectivo de personas sin hogar elaborado el Observatorio Hatento, que desmonta la creencia de que el grueso de los delitos de odio contra las personas que no tienen un techo son imputables a colectivos neonazis e incide, con la erradicación del ‘sinhogarismo’ como prioridad, en que hay que tomar medidas urgentes para proteger al colectivo.
En el estudio se han analizado en profundidad las experiencias de violencia de 114 de los entrevistados, todos personas que llevaban viviendo en la calle o en un recurso de emergencia al menos tres meses, y con ellas se ha podido trazar “el patrón de los agresores, que en más de un 80% son varones entre 18 y 35 años de edad”.
“Identificamos un patrón claro de chicos jóvenes que salen de fiesta y cuando les cierran el garito se encuentran con una persona que está viviendo en la calle y les parece tremendamente divertido agredirla o insultarla. Es un delito de odio convertido en delito de ocio: cosifican a estas personas, las convierten en objetos y en objeto de su diversión”, señala Ramos.
Otro dato que destaca Ramos es que en el 40% de los casos, los agresores llevaban consigo “algún tipo de elemento intimidatorio”, desde botellas recogidas quizá sobre la marcha en la propia zona de ocio –cuenta un caso de un hombre contra el que lanzaron este tipo de objetos unos jóvenes desde una zona de botellón– hasta porras y material que indica cierta premeditación.
El 58 por ciento de las agresiones analizadas tuvieron lugar en plena calle y otro 15 por ciento en un espacio cerrado a pie de calle, como un cajero o un portal. Seis de cada diez tuvieron lugar por la noche y en el mismo lugar en el que dormía la persona sin hogar.
En cuanto a las víctimas de esas agresiones, las más vulnerables son las mujeres españolas que llevan tiempo ya en la calle y tienen problemas de adicción: el 60,4% padecen delitos de odio por estar sin hogar, frente al 44,1% de los hombres. Sin embargo, sólo el 13 por ciento lo denuncia. La mayoría cree que hacerlo no sirve para nada, conforme explica la investigadora.
En este sentido, el estudio apunta que el 10 por ciento de las agresiones que detallan los entrevistados se atribuyen a fuerzas policiales. “Entendemos que tiene que ver con cuando la policia desaloja a alguien de un sitio y llegan con los servicios de limpieza y el modo en que lo hacen acaba siendo vejatorio. Una persona nos contaba que un policía le habia dicho ‘quien te va a creer a ti si yo soy la autoridad'”, explica.
Desde el Observatorio inciden en que “las políticas de seguridad que se ponen en marcha para el resto de la población también tienen que desplegarse para personas sin hogar”. “Si en determinadas zonas de ocio de la ciudad hay también personas sin hogar y tenemos identificado que se dan estas cosas, hay que poner medidas”, plantea la experta.
Asimismo, incide en la necesidad de “perseguir de una manera clara y contundente el ‘sinhogarismo'” dado que el problema de extrema vulnerabilidad y violencia sobre estas personas “desaparece” si su situación mejora.
A uno de los pobres, llamados técnicamente “transeúntes”, que acogemos en el Comedor Social todos los días, unos chicos pijos, de familias bien, borrachos y con ganas de hacer alguna machada antes de irse a su casa y meterse en la cama, le tocó defenderse de un ataque de un grupo de estos jovenzuelos en la zona de Princesa, en Madrid, que venían ya contentillos por no sé cuántas copas y no se les ocurrió otra cosa cosa más…¿divertida?, ¿original?, ¿positiva? que ir a darles una paliza a los hombres y mujeres que estaban viviendo en la calle en un… Leer más »
Fiesta es el seudonimo que usan los diablos para divertirse. tales sujetos deberian ser convertidos en los esclavos de las victimas. sino garrote vil hasta mitad de potencia.
Con lo de esclavos me refiero a que cada sujeto condenado por un delito de estos debería ser obligado a convivir con él desgraciado pero en su propia casa. El Estado pondría el colchón y hala a vivir con “el sin techo” una temporada. Cualquier mal rollo o incumplimiento ¡a la cárcel!. Lo del garrote vil (que tanta injusticias zanjó) mejor sustituirlo en estos tiempos de pusilánimes por unas “collejas” en la plaza pública manumitidas por un funcionario y a cargo del contribuyente.
Pero es que esto es lo que hay. Esto es lo que se enseña. No hay más que ver la tele-mierda que parece que es lo que más se da en todas esas cadenas de telebasura. Como por desgracia el nivel cultural, y sobre todo en nuestra juventud, está llegando a niveles que ni se podían soñar pues el resultado son estas muestras de “solidaridad” y “buenas maneras” que ensalza a la juventud de hoy en día en nuestras calles. No hace falta seguir repitiendo que se han perdido los valores, que si no hay educación, que si no se… Leer más »