Enrique Ortiz y la exalcaldesa de Alicante, Sonia Castedo.

Por Fernando Sempere.- Escándalo y mayúsculo: Alberto Fabra ha aprobado y sacado a exposición pública el macroproyecto de Ikea en Alicante, pelotazo del capo del PP de Alicante, el empresario imputado, Enrique Ortiz; pelotazo de 70 millones de euros.

Ahora hay 45 días para alegaciones. Los comerciantes ya han manifestado que se oponen al macrocentro comercial añadido. El PSOE ha mostrado su rechazo a un proyecto que “es un pelotazo que va a hundir a la ciudad de Alicante”.

La dimisión de la bi-imputada Sonia Castedo de la alcaldía de Alicante no ha sido otra cosa que una maniobra para sacar adelante, a toda costa, en el tramo final de la legislatura, el pelotazo del imputado Enrique Ortiz con la instalación de un macrocentro de Ikea en Alicante.

Lo que está en juego no es ninguna broma. El pelotazo dado por el auténtico capo del PP –devenido en Valencia es una estricta mafia-, Enrique Ortiz –él mismo se define como “mafioso” en sus conversaciones telefónicas grabadas- asciende a 66,9 millones de euros, que le fueron ingresados en su cuenta por la empresa sueca de Ikea en el año 2008, por la compra de terrenos en la zona de Rabassa de Alicante y el compromiso de que el centro tendría todas las bendiciones municipales y de la Generalitat. Así fue. Pero los tribunales paralizaron la ejecución final del escándalo y Enrique Ortiz se encuentra en la delicada situación de ser llevado por Ikea a los tribunales exigiéndole penalizaciones por incumplimiento de contrato.

Enrique Ortiz ha sido el principal financiador de las campañas electorales del PP y ha tenido literalmente a sueldo a los dos últimos alcaldes de Alicante, Luis Díaz Alperi y Sonia Castedo, ambos imputados y sin juicio ni ingreso en la cárcel por una Justicia lentísima y controlada políticamente por el PP (algo que para sí hubiera querido Al Capone en el Chicago de los años treinta). Ortiz llegó a pagar también varios mítines de la campaña madrileña de Esperanza Aguirre. Y el chalet de una hija de Luis Díaz Alperi que ahora es diputada autonómica. Alperi llegó con cuantiosas deudas al Ayuntamiento de Alicante –aupado por Eduardo Zaplana- y pronto tuvo varias propiedad inmobiliarias, dos yates y una millonaria cuenta corriente. Incluso pasó una semana en la Isla de Creta con una concejala, llevados en jet privado, todo a costa del bolsillo de Enrique Ortiz.

A pesar de sus problemas con la Justicia, Enrique Ortiz sigue siendo quien manda en la mafia en la que ha degenerado el PP de Alicante y del conjunto de la autonomía valenciana. El PP no puede permitirse que tire de la manta. También parece que algunos se quieren subir al carro de las comisiones a última hora. Los peperos son conscientes de que van a perder las elecciones y quieren asegurarse su retiro.

Para satisfacer el pedido del capo Enrique Ortiz, la Generalitat valenciana se ha inventado sólo para ese proyecto una figura que denomina Actuación Territorial Estratégica, de modo que la aprobación urbanística del macrocentro de Ikea llegaría hecho desde Valencia.

El de Enrique Ortiz no es el único interés económico en juego -66,9 millones de euros- sino que consta, como desveló Alerta Digital, que también resultaría lucrado José Antonio Peral, esposo de la alcaldesa de Elche, quien adquirió unos terrenos colindantes al proyecto de Ikea, que se revalorizarían exponencialmente. Y con él, un concejal del PP de la localidad de Benferri.