Rumbas sicodélicas sobre un burro-taxi

1976. Manolo Escobar encarnaba a un limpiabotas metido a guía turístico de Mijas en ‘La mujer es un buen negocio’.
Las películas tenían su argumento, pero eso era lo de menos. Ya fuera limpiabotas, guía turístico a lomos de un burro-taxi o curtido pescador, a los pocos segundos de aparecer en pantalla se iba de la lengua y se ponía a cantar. Y no eran ni una ni dos ni tres, sino una decena de temas por película. Tenía buena planta, desparpajo, simpatía y sobre todo una voz que lo había hecho famoso y que el cine trataba de convertir en taquilla. Desde que en 1963 protagonizó ‘Los guerrilleros’, Manolo Escobar hizo una película por año hasta completar una filmografía de 19 títulos. Filmó por todo el arco mediterráneo y en Málaga se detuvo un par de veces. La primera, de la mano del televisivo Valerio Lazarov en un extraña mezcla de copla y estética sicodélica en un título que hoy se antoja imposible: ‘La mujer es un buen negocio’ (1976).
El tiempo no ha respetado este metraje, el primero y único filmado por el televisivo director rumano, que fusionó su revolucionario estilo visual con el carisma de Manolo Escobar. Extraña mezcla de la que salió un filme sobre un limpiabotas metido a guía turístico de burro-taxis que recorría la costa y entretenía a sus clientes con sus coplas, mientras el moderno Ballet Zoom de la pequeña pantalla danzaba a su alrededor con vestuarios chillones. Según confesó el propio Lazarov, la película se basaba en una historia real protagonizada por un vecino de Tolox que organizaba safaris en burro y cantaba coplillas a las turistas. Por exigencias del guión –lo firmaban el humorista Tono, Rafael J. Salvia y Alfonso Paso–, la acción se trasladó a Mijas, donde Escobar callejeaba canción a canción. Unos paseos musicales que vieron 1,2 millones de espectadores, cifra hoy reservada para pocos filmes españoles.
Ese mismo éxito repetía cada año Manolo Escobar en Tivoli, donde fue un asiduo durante décadas gracias a sus habituales llenos. El cantante repitió además rodaje en 1978, aunque esta vez cambió las calles empinadas de Mijas por el puerto de Estepona en ‘Donde hay patrón’. Arropado por la televisiva Mayra Gómez Kemp y Gracita Morales, este filme de Mariano Ozores fue muy deudor de su época y se contagió del cine del destape. Pero el protagonismo lo seguía teniendo Manolo y sus canciones. Entre ellas, el archiconocido ‘Porompompero’. Una escena para la que reclutaron de urgencia a los guitarristas de El Jaleo de Torremolinos que, tras el corten, siguieron tocando. Y así el rodaje derivó en una juerga flamenca.
La mejor de todas:
“Todo es posible en Granada”.