Las penas leves a la trama corrupta del ‘Caso Malaya’ contrasta con otras fuertes sanciones por pequeños hurtos y robos
La sentencia del ‘Caso Malaya’ ha dado la sorpresa. El juicio en la Audiencia Provincial de Málaga a la trama de corrupción que saqueó durante años el ayuntamiento de Marbella se ha saldado con penas, cuando menos, insólitas; incluso inferiores a lo que pedía el fiscal.
El cerebro de la conjura, el ex gerente de urbanismo marbellí Juan Antonio Roca, ha sido condenado a 11 años de cárcel y a pagar una multa de 240 millones de euros por delitos continuados de blanqueo y cohecho, prevaricación y fraude. Y eso que el fiscal pedía 30 años.
El resto de condenados de la trama –surgida durante el mandato de Jesús Gil como alcalde de Marbella- también han salido bien parados. A la exalcaldesa Marisol Yagüe ha sido condenada a seis años de prisión (la Fiscalía pedía 16) y una multa de más de dos millones.
Los dos estrechos colaboradores de Roca se van casi de rositas: Pedro Román ha sido condenado a cuatro años de prisión y multa de 2,5 millones y Montserrat Corulla, a cuatro años y multa de 30 millones. El exconcejal de Deportes Tomás Reñones ha recibido una pena de cuatro años de cárcel y multa de 30.000 euros.
Estas leves penas para grandes delitos de corrupción que han saqueado millones de euros contrastan con otras condenas muy duras para pequeños delitos como hurtos y robos de pequeñas cantidades. Uno de los casos más recientes es el de la valenciana Emilia Soria, de 27 años, culpable de robar 500 euros para comprar comida y pañales para sus hijas en 2007.
Un tribunal la condenó a dos años de prisión y estuvo a punto de entrar en la cárcel a principios de este año. Su caso saltó a los medios de comunicación y suscitó una gran polémica sobre la dureza de las penas de cárcel para delitos menores. Finalmente fue indultada por un juzgado.
Un caso similar ocurrió a finales de 2006 en Logroño, cuando un joven de origen paquistaní fue detenido en la capital riojana cuando llevaba un centenar de copias ilegales de cedés y otros tantos deuvedés para venderlos por la calle. Al final, un juzgado de lo penal de Logroño absolvió al joven porque consideró que la pena de cárcel era una condena excesiva para un delito de venta callejera de cedés.
Gran revuelo generó también la reciente reforma gubernamental del Código Penal para sancionar con penas de cárcel la piratería informática. El nuevo texto, que previsiblemente entrará en vigor la próxima primavera, contempla penas de cárcel de hasta seis años para quienes vulneren los derechos de autor, entre otras medidas.
De este modo se agravan las penas por delitos contra la propiedad intelectual. La reforma incluye, por primera vez, sanciones a los dueños o administradores de páginas de enlaces. Con todo, muchos juristas avisan de las muchas lagunas que contiene el texto y recelan de que se aplique adecuadamente.
Decía el rey en su perorata navideña, que la “justicia en España, es igual para todos”.
Queda claro entonces, que los grandes chanchulleros (su famiiia incluida), no son como todos; y que, por tanto, vivimos en el estado de derecho más torcido del mundo.
Ahora me surgen unas dudas, penas de prisión aparte, que si fueran proporcionales a lo robado deberían significar cadena perpetua: ¿pagarán esas multas millonarias? ¿Qué pasaría si no las pagaran? Lo normal en estos casos es que los condenados sigan disfrutando de su ritmo de vida y sus propiedades aunque no tengan ninguna cuenta a su nombre. Un caso, no el único, pero sirva como ejemplo, es el de Mario Conde. En otros casos, aun robando más que éste, pasa lo mismo. ¿Hacienda solamente sirve para investigar y condenar a la plebe?
Esta es la INJUSTICIA española. Por el mismo delito unos van directamente a prisión por ser de familia humilde y no poder pagar una fianza y otros, podridos de dinero, pagan lo que haga falta por no pisar la trena. Pero es que ademàs, los pobres recluidos por vez primera sufren en la cárcel todo tipo de aberraciones, mientras que los ricos pueden pagar protección carcelaria. Aunque no acaba ahí la cosa. Un pobre y sin color político por ejemplo de Albacete, cumplirá su condena en Alava, Canarias, Ceuta o Melilla. Por el contrario un rico por el mismo delito… Leer más »
Pero es que los españoles ya deberian haberse dado cuenta en España si tienes dinero no hay que preocuparse te tratan a cuerpo de rey. Pero ay! de ti que se ocurra robar una barra de pan para dar de comer a tu hijos, ya puede poner pies en polvorosa porque te mandan el ejercito, los perros, la guardia civil etc. y si te pillan te meten como poco 10 años en el talego.
Es que para estas cosas los jueces son muy suyos.
¿Que esperabais de donde 6-9 años se convierten en meses? y sin demasiado bombo… no se porque, si fuera justo habria sido el campanazo de la justicia, pero callaron por algun motivo.
A ver en que quedan las sentencias tras su paso por los estamentos superiores por alegaciones y revisiones.
¡¡¡¡¡¡ Es más fácil salir de la cárcel que de la pobreza ( la cita no es mía ) !!!!!!!!
Aquello era la venta del tio sopapo, que de abrazos, besos y risas entre los reos,
ningún respeto por la Sala de Justicia y un notorio cachondeo hacia todos, a los
que nos la han vuelto a dar con queso. Se vislumbran tambien serias dudas de que
las millonarias multas se satisfagan. Esto ha sido el parto de los montes.
¿Se ha recuperado lo que robaron? …una cosa es una multa que es un “castigo” y otra recuperar aquello de lo que se han apropiado por la jeta.
Consulté este caso con un amigo que es abogado de oficio y estuvo siguiéndolo y se sorprendió de que los entonces acusados fueran permitidos por el juez para contar historias sobre sus vidas para darle pena, parace que con efectividad dada la sentencia; mientras que en ninguno de los casos que él lleva, de gente sin recursos, el juez los corta al mínimo desvío sobre las preguntas a responder.