Enrique de Diego.- Los votantes del Partido Popular de la Comunidad Valenciana y Murcia son bobos de remate o, por lo menos, el PP les trata como tal y por ahora se ha salido con la suya. Ya veremos de ahora en adelante (los descensos en las encuestas oscilan entre 16,5 y 20 puntos). El que siga votando al PP en esas autonomías quedará como el más bobo del mundo, un bobo consumado y absoluto.

El Ebro ha vuelto a desbordarse. Este año de lluvias y frío ha sido una constante. El egoísmo que llevó, con la excusa de la ecología políticamente estúpida e insolidaria (perdón por utilizar esta palabra tan fea), a oponerse al Plan Hidrológico Nacional lleva a estas consecuencias. Decía el refrán clásico que en el pecado está la penitencia. Por el hecho de que se ha negado, en esta sociedad decadente y degradada, la existencia del pecado por eso la penitencia es tan fuerte y dura. Robar o corromperse, por ejemplo, es pecado. En tiempos en que eso estaba claro la gente y los políticos eran mucho más honrados. Los políticos franquistas, por ejemplo, fueron de una honradez acrisolada y ejemplar frente a la cloaca pestilente de esta mierdocracia, en la que el PP es el partido más mierda (por eso gana las elecciones) y el que más mierda tiene; la mierda le rebosa por Génova en forma de sobres y sobresueldos, comisiones, mordidas, dinero B, comuniones gratis total, cohechos y todas las patrañas imaginables para una organización corrupta. Ya ni tan siquiera Federico Trillo o Juan Cotino, dos compulsivos pecadores en términos de escándalo, y dos presuntos corruptos incorregibles, son conscientes de que robar es pecado y los directores del Opus Dei, acomplejados adoradores del poder, ni son capaces de recordárselo.

El trasvase del Ebro fue una idea brillante, que en aras del rigor, fundamental para la salud mental de las sociedades (su ausencia, hace que ésta sea tan degradada), que propuso el gran alcalde (entonces ex) de Benidorm, Pedro Zaragoza, que en gloria esté, un caballero cristiano, falangista cabal, honrado al cien por cien; que hizo grande a Benidorm perdiendo dinero (los corruptos peperos hubieran montado mil tramas Gürtel y otras mil Bárcenas con el Benidorm virgen que cogió Pedro Zaragoza, patriarca del turismo español, un hombre de bien que hizo el bien). La idea la lanzó desde la Edición alicantina de ABC, que me honraba en dirigir yo.

Es cierto que los corruptos peperos querían convertir a la Comunidad Valenciana y a Murcia en un gran campo de golf y se frotaban las manos con los pelotazos que iban a dar. Verbigracia, José Antonio Peral, esposo de la alcaldesa pepera de Elche, Mercedes Alonso, se hizo con dos grandes fincas, que surgieron colindantes a dos grandes proyectos de golf en la comarca de la Vega Baja y en Novelda. También de un solar colindante al proyecto de instalación de un macrocentro de Ikea en Alicante, en la zona de Rabasa, pelotazo que el Tribunal Superior de Justicia ha echado abajo dos veces ya.

Pero también que el Plan Hidrológico Nacional hubiera sido una oportunidad para dos zonas agrícolas con muchas posibilidades. En torno al victimismo del “agua para todos”, el PP montó un negocio político, y lucrativo (estos corruptos roban por sistema, si sale como si no sale, porque sale y porque no sale), con el “agua para todos” con el que hizo furibundas campañas en las tres provincias valencianas y en Murcia, lo que sirvió para consolidar, con la patraña, esas zonas como feudos de votantes bobos de baba (¿o es tontos?).

Por ejemplo, el 23 de febrero de 2008, el Partido Popular celebró un acto bajo ese lema atorrante de “agua para todos” en la sede de la Institución Ferial Alicantina, en el que estuvieron como oradores Francisco Camps y Ramón Luis Valcárcel. El acto costó la friolera de 109.928 euros, más otros 17.884 que hubo que ampliar. ¿Quién lo organizó y se lucró? Fácil: Gürtel, la Gürtel valenciana, Orange Market, de Álvaro Pérez, el Bigotes. Se acarreó a los agricultores y a sus familias desde los pueblos en autobuses gratis, pagados por el contribuyente; se les facilitó bocadillos; se les repartieron banderolas con la carroñera gaviota, un ave que ama la corrupción y no hace ascos a los desperdicios por muy putrefactos que sean (símbolo muy bien elegido para los de Aznar-Botella-Rajoy).

Ese es uno de los miles de actos con el que los devotos hicieron fiesta con el dinero de otros; se movilizó a todos los lacayos y a todos los pelotas; a las cajas de ahorro que ya no existen y a las patronales subvencionadas: una orgía de dinero público con fondos del contribuyente. Con esa histeria, abusando de la confianza y de las buenas intenciones de la gente, el PP se fue al 60% en Murcia y al 50% de votos en la Comunidad Valenciana.

Era sólo un engañabobos, porque la cuestión es que ahora el PP gobierna con mayoría absoluta tanto en el Congreso como en el Senado y podría sacar, sin dificultades parlamentarias, el Plan Hidrológico Nacional, una parte importante de cuya infraestructura ya está construida, con fondos europeos. Y el PP, engañabobos de valencianos y murcianos, no dice ni pío. Ni está ni se le espera. Del “agua para todos”, nada de nada”.

Así que quien, de ahora en adelante, voté al PP en la Comunidad Valenciana o Murcia al PP será el mayor bobo del mundo, sin parangón en la historia de la bobería.