Reunión de los “placeros” de Elche

Fernando Soler.- Fuentes de los “placeros”, varias y contrastadas, del Mercado Central de Elche temen que el empeño de la alcaldesa Mercedes Alonso en tirar el Mercado Central para edificar un uno nuevo, para el que ni tan siquiera exista financiación, se debe a que quiera dar un pelotazo sobre su ruina. Apreciación que comparten también comerciantes de la zona centro para los que el proyecto sería lesivo y con los que ha hablado Alerta Digital.

El proyecto en el que están empeñados la alcaldesa y el equipo de gobierno del Partido Popular significaría por de pronto que el Mercado Central dejaría de funcionar durante dos años como mínimo. Los placeros consideran que, en las circunstancias actuales, eso representaría la ruina irremisible. El traslado a una sede provisional que ni se ha concretado haría perder la clientela en elevadas proporciones. “Con la crisis que estamos padeciendo, eso no tiene ningún sentido”, apuntan fuentes de los placeros.

El Mercado Central se encuentra en pleno centro de Elche y la imagen de poner el centro patas arriba resulta aterradora, con tuneladoras y camiones entrando y saliendo por una zona angosta durante dos años. “Eso es la muerte del centro y de la ciudad”, señala un perito judicial experto en cuestiones urbanísticas. Además, el Mercado Central se encuentra en una zona rica arqueológicamente, por donde pasaba la muralla de la ciudad. Ponerse a hacer obras ahí es arriesgarse a una paralización que extendería mucho más los perjuicios para los placeros.

Además, el edificio ha sido declarado Bien Protegido por los técnicos de la Generalitat valenciana, por lo que no puede ni retranquearse ni mucho menos demolerse, algo que ni Mercedes Alonso ni el Ayuntamiento están teniendo en cuenta, sino que lo están pasando por alto, lo que puede tener consecuencias judiciales.

Lo absurdo del caso es que, y ello muestra la torpeza de la alcaldesa del PP, incursa en graves acusaciones de presunta financiación irregular de ese partido, que ni tan siquiera existiría fiscalmente en Elche, es que el concesionario, el Grupo Árbol SA, carece de financiación para el proyecto y ha afirmado que la está buscando.

El proyecto, del que no se ha informado suficientemente a la ciudad, resulta también demoledor para los comerciantes de la zona centro de Elche, que se verían acosados en sus negocios por unas obras, con lo que ello significa de ruido, polvo y congestión del tráfico. “Ni tan siquiera se nos ha informado de algo que puede afectarnos hasta el punto de tener que cerrar”, señala a Alerta Digital la propietaria de una tienda en la calle Corredera, la principal de la ciudad.

Quien ha destacado en las críticas sosegadas y razonadas, con alternativas, ha sido el Foro de Elche, del que es presidente Miguel Picher, quien ha presentado alegaciones en tiempo y forma, y al que se están dirigiendo numerosos placeros y comerciantes. No se entiende que el Ayuntamiento no haya abierto un concurso de ideas que en el que participaran todos los arquitectos de la ciudad y del que se informara a los ciudadanos, pues representa cambiar la fisonomía de la ciudad.

El proyecto, según diversos placeros, recuerda la época de la “cultura del pelotazo” y de los proyectos megalómanos como la Ciudad de la Luz y la Ciudad de las Artes y las Ciencias. “Está fuera del contexto actual”, indican los placeros. Se trata de un edificio que, por su fisonomía, ya ha sido bautizado como el “ovni” y que ha concitado el rechazo general. “Lo que toca ahora –indican las fuentes consultadas- es una buena rehabilitación, establecer sinergias con otros mercados de la ciudad y establecer convenios con los párkings cercanos, y desde luego una campaña de promoción y convertir al Mercado Central en el escaparate de los productos típicos de Elche”.

Fuentes municipales califican de “absurdo” el proyecto dentro de la “nefasta” gestión de la alcaldesa y los sitúan en la misma línea de lo sucedido con el barrio de San Antón, que Mercedes Alonso anunció que iba a rehabilitar y “lo único que ha hecho ha sido demoler el Centro Social y las zonas comunes de convivencia y disfrute del barrio, empeorando considerablemente su calidad de vida”.