Hora de tinieblas
(Nuevo articulista de AD) En memoria de la Kristallnacht, atentado feroz contra la dignidad humana.- Tal parece que las sociedades libres, en nuestro tiempo, se están auto inmolando. Como si se propusieran debilitar aun más la situación de la democracia en el mundo contemporáneo, quizás exterminarla en una suerte de delirio demencial. En países hispanos, aparentemente democráticos como España, la izquierda más extremista pugna por imponerse.
Recuerdo la imagen del actor español Javier Bardem junto a su madre Pilar, desfilando y gritando por las calles de Madrid como salvajes, con expresiones groseras e improperios, con sus rostros transfigurados en un rictus de odio. Pero, cuando de cobrar se trata, olvidan su defensa callejera de los humildes: Javier Bardem buscó con afán ser introducido en Hollywood y afianzarse en éste.
Su hijo Leo nació en una clínica muy exclusiva de los Estados Unidos de Norteamérica. Habrá que preguntarse si la izquierda elige al monstruo imperialista cuando le conviene, aunque basta conocer quienes son los mimados de Hollywood, cuya mayoría pertenece a la izquierda norteamericana.
Parece que el gremio de los actores está especialmente dispuesto a acciones similares: puede citarse el caso del mediocre Willy Toledo, prescindible por su labor “artística”, pero con sus 15 minutos de fama asegurados por sus acciones a favor de la extrema izquierda, entre las que pueden citarse su participación en el movimiento de flotillas con supuesta ayuda humanitaria a Gaza–en realidad parte del constante acoso contra Israel—y su infame labor como “piquetero”, destrozando un bar humilde que tuvo la osadía de abrir sus puertas durante una huelga y fue reprimido por Toledo en persona. Por cierto, el gobierno español (del PP, es decir, la derecha moderada) acaba de concederle una subvención de 12, 000 euros, en medio de la crisis que vive el país. Vivir para ver.
Por cierto, ese adalid del proletariado que destroza a un trabajador el humilde bar que constituye su medio de vida, es hijo de la burguesía. En todos los casos se trata de ex niños ricos—o actuales, o aspirantes a ricos– acomplejados que hacen catarsis defendiendo a los “desposeídos”.
Me pregunto por cierto qué se supone que poseían y les quitaron: ¿se tratará de los dueños de edificios y empresas expropiados por Fidel Castro y su discípulo Hugo Chávez? ¿Se tratará quizás del actor y “director de cine—así se presenta– Sean Penn, quien tuvo la desfachatez de pedir una subvención para rodar una película a Hugo Chávez, cuyo pueblo sufre de mil carencias? Va a resultar que el pobre actor era un “desposeído” y no nos habíamos enterado. Esa izquierda que presume de no tener fe pero venera a dictadores y asesinos se inclina ante ídolos como Castro y Chávez o el asesino y terrorista internacional Ernesto Guevara, éste último siempre rodeado de la aureola mística que la foto de Alberto Korda le confirió.
Pero es no es más que la herencia de los que celebraban cada día un culto idolátrico a Lenin, a Stalin, a Mao Zedong, a Pol Pot y hasta a Kim Il Sung y sus sucesores. ¿Recuerdan cuando el inefable Jean Paul Sartre defendía los incontables crímenes cometidos en la extinta Unión Soviética y viajaba a Cuba con el objetivo de presenciar algún fusilamiento? ¿O cuando Solzhenitzyn visitó España en 1976 y, además de cambiar de hotel cada día—para quien pretenda ignorarlo, a causa de la persecución de la KGB–, debía soportar los ataques de la progresía española, alguno de cuyos voceros (para más señas, Juan Benet, que escribía en una revista clerical…
¡Toma ya!) proclamaba los campos de concentración quedaban justificados con la existencia de individuos como aquel y otras lindezas? Como dato pintoresco, en la arriba mencionada serie de enemigos de la humanidad se cita a la estrafalaria dictadura coreana porque existe un español que se ha convertido en uno de sus ministros de culto, llamado Alejandro Cao de Benós. A esto se une la actitud timorata de Europa con respecto a la población islámica, que los ha llevado a no discriminar entre ellos ni a tomar medidas contra los radicales, de modo que en poco tiempo los países europeos se han llenado de una población en la que—pese a contarse con trabajadores honrados–sobresalen los desclasados, los fundamentalistas, los terroristas y los captables por los anteriores.
Junto a las izquierdas nativas, claman contra las tradiciones religiosas y culturales, contra el statu quo y contra cualquier intento de control legal. Francia e Inglaterra son buenos ejemplos.
En Francia, la izquierda sembró todo el descontento posible junto a los errores de Sarkozy para ganar las elecciones. Ahora claman contra Hollande y añoran a Sarkozy, pero por el momento las leyes impiden hacer algo al respecto. No hace mucho se conoció la demencial noticia de que el Primado de la Iglesia anglicana en el Reino Unido se proponía incorporar a sus normas elementos de la Sharia o ley islámica. Los antiguos inmigrantes por su parte—hoy ciudadanos—pregonan por doquier que con su alta natalidad, en pocos años convertirán a Europa en un conjunto de republicas islámicas bajo la ley de la Sharia.
Contra esto clamó durante años, en libros y artículos memorables, la insigne Oriana Fallaci, a la que los bienpensantes respondieron denostándola con toa clase de epítetos.Entre tinieblas vivimos, aunque no ha sido la única etapa de la historia contemporánea en la que esto ha sucedido. Todo aderezado con las dosis oportunas de antiamericanismo. Quienes tratan de destruir a los E.U. influyen sobre la inmigración, en especial la proveniente de Iberoamérica.
Explotan los problemas reales y los ficticios para sumar a los suyos a las nuevas generaciones y convertirlos en punta de lanza de sus propósitos partidistas. No resulta muy comprensible que personas que aspiran a ingresar en los Estados Unidos (o en cualquier otro país) sólo sepan quejarse de todo cuanto encuentran, se nieguen a aprender el inglés o el idioma del país en cuestión, pretendan conservar costumbres que chocan claramente con las nacionales (como las fiestas al aire libre en el jardín de las casas con música de salsa a todo volumen y en horarios inadecuados) y repetir incansablemente todo tipo de lugares comunes contra los Estados Unidos, sin mostrar un ápice de gratitud hacia el país que los saca de la miseria, y a veces, inclusive, a los parientes que se quedaron en la patria.
Al adquirir la nacionalidad norteamericana y el derecho al voto, suelen hacerlo por aquellos más proclives a criticar las características que posibilitaron que los Estados Unidos tuvieran el suficiente poder económico como para admitir cada año elevadas cantidades de inmigrantes. Deberían plantearse una pregunta: ¿qué pasaría si los Estados Unidos cumplieran todas esas expectativas? Es bueno recordar el insensato afán de las izquierdas—y del Islam radical–por “poner de rodillas” a lo que valoran como imperio del mal. Y el gobierno norteamericano debería tener todo esto en cuenta de forma más racional. Esos sectores parecen estar convencidos de que obtendrán las riquezas de los EU o de Europa destrozando su identidad y su modo de vida. Habría que ver qué dirían si se vieran de pronto en una réplica de sus propios países, de los que la miseria o la persecución los hicieron salir.
Algunos ya piensan que con España ha sucedido. El caso de los cubanos es singular, porque sufren la dictadura más larga del continente americano. Los exiliados cubanos han sido demonizados durante décadas. El siguiente paso fue hacer callar a aquellos que desearan viajar a Cuba a visitar a sus parientes, a veces moribundos a base del chantaje: primero, de hacerlos viajar al país natal con pasaporte cubano, lo cual permite a la Seguridad del Estado poseer una ficha completa de las personas; segundo, proponiéndoles trabajar para ellos haciendo propaganda positiva del régimen tiránico de Cuba a cambio de permisos para entrar y salir del país a voluntad. Eso, a quienes se marcharon porque esa dictadura atentaba contra sus principios y sus vidas.
Por el contrario, la mayoría de los cubanos de las últimas generaciones, llegados recientemente al exilio, cuando se hacen ciudadanos americanos, empiezan a quebrar la unidad del exilio y a tomar posturas acomodaticias: no atacar nunca al régimen del que huyeron y regresar como visitantes lo más pronto posible. Sin embargo aceptan y aun reclaman todo tipo de beneficios otorgados por los E.U. a las victimas de la dictadura, pero no creen tener obligaciones con el país que los acogió ni les importa el futuro ni la seguridad de esta gran nación.
El partido Demócrata ha terminado por dividir la nación bajo la dirección de Obama abriendo profundas brechas en la estabilidad americana. El futuro es muy incierto para el pueblo americano, puesto que este partido ha explotado las demandas de diversos sectores sociales que reclaman prebendas y leyes que premien con la legalización las violaciones que han cometido reiteradamente en contra de los códigos de inmigración. Demagogia para con los jóvenes que ingresaron a los E.U. ilegalmente cuando eran menores de edad, llevados por sus padres. Parece que todo tiene que ser “políticamente correcto”.
El ‘laisser faire’ es la consigna de la hora. Obama ha ganado. Se especula con que, ante la inminente jubilación de Hillary Clinton, se maneja el nombre de John Kerry, incapaz y fanático enemigo de la verdadera democracia, según ya demostró congelando durante largo tiempo los fondos de ayuda a las organizaciones que luchan porque Cuba sea libre. Israel también está en espera. Siempre esta ejemplar democracia ha estado en un difícil equilibrio y necesita interlocutores inteligentes y bienintencionados, lo que Kerry no ha demostrado nunca ser. Hace décadas, un 9 de noviembre, un pueblo considerado culto y civilizado en alto grado permitió que se perpetrara un atentado demoledor contra la dignidad humana y los valores del mundo civilizado: la Kristallnacht. Esto, mal que nos pese, puede repetirse. No se tomen estas páginas como muestra de teoría conspirativa a destiempo ni de misticismo desenfocado. Simplemente es hora de tinieblas.
Por cierto.
Hispanoamerica,siempre fue mucho mas avanzada y desarrollada social y economicamente y con diferencia,que la parte de Norteamerica,que luego conformaria USA.
Siempre,hasta que España se fue,fue expulsada, y sentaron por alli sus reales,el capital y el ser anglosajon sionista,sin nadie haberles invitado ni llamado,hasta dejarla como un solar y miseria.
Y si no lo cree,enterese o estudie la verdera historia,lo tiene facil.
Perdon amigo.
Pero el idioma del pais USA,que usted dice,el español,fue y es antes que el ingles,los hispanoamericanos,estan en su tierra en su casa USA y hablan en su idioma el español,o en que crean conveniente.
O hablamos si quiere tambien de las Islas Filipinas.
Y dice usted,el pais que les saca de la miseria;miseria provocada por el pais USA,con su intervencionismo,despojo y saqueo secular de Hispanoamerica.
Habla de desenfoque,pues nosotros mismos,tengamos vision con mas espectro real,aceptemoslo, y seamos mas realistas y objetivos.
Que tenemos la mania de ver solo con un ojo,cuando tenemos dos.