Ariza es el problema
Enrique de Diego.- Un buen periodista me espeta: te están haciendo caso en Intereconomía y se están tomando las decisiones en la línea de lo que tú has propuesto. En efecto, para el lector de mi libro “Dando caña” (Ed. Rambla) decisiones como el nombramiento de Juanjo Aizcorbe como consejero-delegado y la destitución fulminante de Marcial Cuquerella como director general de Intereconomía TV, no le resultarán sorprendentes pues las señalaba como urgentes y obligatoria profilaxis.
Son decisiones tomadas muy tarde, en situación terminal –ni se paga, ni se sabe cuando se pagará, porque no se pagará nunca- y que deberían haberse adoptado hace años cuando –como cuento en “Dando caña”- se las indiqué a un Julio Ariza autista y efangado.
Han pagado justos por “arizas” y muchos males personales se podían haber evitado si Ariza no se hubiera dejado llevar por su megalomanía cateta y su servilismo a la casta: por su incompetencia y su corrupción moral. No se pagan las nóminas, no se paga a los proveedores a los que se ha estafado, lisa y llanamente.
Ni Radio Intereconomía ni Radio Inter se escuchan porque se les han cortado las antenas por no pagar. Intereconomía Bussiness ha desaparecido. La Gaceta galopa hacía la nada. Y hace tiempo que en Intereconomía no se hace una cosa que se llama periodismo y que pasa por dar una noticia. De hecho Ariza ha inventado el antiperiodismo y exhibe por docenas a los inútiles que ha coleccionado como la marca de la casa, con entrevistas estúpidas, en falsete, de hinojos, con sonrisas lelas y preguntillas para indigentes mentales.
A la postre, el problema es Julio Ariza y su peculiar filosofía de pelotazo ppepero que ha hecho quiebra y pertenece al pasado. Ariza es pura casta parasitaria. Ese es su estigma y eso es lo que le convierte en mercancía inservible y a Intereconomía en empresa inviable. Dije dos cosas y el tiempo m eha dado la razón porque responden a condiciones objetivas: 1) que lo mejor que puede hacer Ariza es irse de España, fugarse; 2) que Interconomía ha dejado de existir, ya sólo es un fantasma aburrido y tedioso que continúa, como un pollo sin cabeza, a base de no pagar y de no saber cuando pagará porque no pagará nunca.
Odiar no es sano, de verdad. ¿Has hecho el esfuerzo de no odiar? Hay ejercicios para ello. Entra en internet y seguro que encuentras maneras de intentar comprender a tus enemigos, primer paso para erradicar el odio. Ponte en su lugar alguna vez. Te digo todo esto porque con odio es jodido vivir. Y odiar a España, tu patria, la de tus padres y abuelos, el lugar donde has nacido y te has criado y educado es síntoma de enfermedad. Espero que encuentres remedio para mejorar su salud física y mental. Te lo deseo de corazón.
Pero no me negaréis que la sintonía del “Gato al agua” es una pasada. Retrospectivamente creo que era esa cabecera con el gato huyendo en la noche solitaria de la brigada anti-gatuna, y con aquella vibrante música de jazz de fondo, lo que en realidad me atraía del programa. Atractivo “subliminal” al que debo el “descubrimento” del valiente periodista de Diego, a la sazón contertulio regular del “Gato”.
Julio Ariza es gilipollas.
Fue la primera cadena que suprimí de mi televisión, y también la primera radio. ¿Sabe por que? Porque sabía que cuanto más los escuchase y viese, más odiaría a España.