Londres 2012.- España no falla ante Francia (59-66) y jugará ante Rusia las semifinles de baloncesto
Cuarenta minutos de caras largas. Ni una sonrisa. Ni cuando Marc Gasol anotó la canasta definitiva que daba la diferencia definitiva, ni siquiera cuando acabó el partido con el pase a las semifinales en el bolsillo. España batió a Francia (59-66) pero las señales que envió de cara al nuevo enfrentamiento con Rusia no son precisamente halagüeñas. La espesura en ataque es preocupante, y solo la mejora en defensa y la fijación por agarrarse al partido dejan abierta la puerta a la esperanza.
España parece no haber aprendido de los errores que ha arrastrado en la primera fase del torneo olímpico y comenzó el choque con la habitual inconsistencia defensiva. Es cierto que los franceses tienen jugadores de calidad, pero cuando se sienten cómodos en ataque y tienen espacios para hacer lo que saben les resulta más fácil poder mostrar su potencial. Y los dos hombres más importantes de Francia, Parker y Diaw, movieron el partido a su antojo en los dos primeros cuartos. El alero sumó desde todas las posiciones, y el base dirigió con maestría la ofensiva de los galos, que manejaron una diferencia que llegó a los nueve puntos en algunas fases de la primera mitad.
Mientras, ‘La Roja’ volvió a mostrar una preocupante falta de puntería desde larga distancia -el único triple en el primer cuarto fue el que abrió el marcador, y ni siquiera entró, ya que Turiaf interceptó el balón en trayectoria descendente cuando se veía claramente que no entraba (luego vendrían uno más de Llull). Todo lo contrario que su rival, en el que hasta un Pietrus afinadísimo se sumó a la fiesta del triple francesa.
No es bueno fiar todo al poderoso juego interior, más si los vecinos muestran la dureza que habían adelantado en el amistoso que disputaron antes de los Juegos en París. Con la ayuda del escaso acierto exterior hispano, la presión sobre los postes se intensificó y ni Pau ni Marc se sintieron cómodos. Ibaka, con rivales con una potencia física similar a la suya, tampoco pudo aportar algo diferente y, de hecho, la intimidación llegaba del bando contrario con los tapones de Batum o Pietrus.
Los tiros libres, otro castigo donde los ÑBA se habían mostrado más fiables antes del torneo, arrastraron a España en el marcador. Aún así, por solo tres puntos de desventaja se fueron los de Scariolo a los vestuarios tras la primera mitad (37-34).
Pero cuando los de Scariolo se ponen serios las cosas mejoran. A igualdad de intensidad, la calidad manda, y en eso ‘La Roja’ apenas tiene rival. Los españoles volvieron a la pista con otra actitud. Sabedores que, esta vez sí, la competición no daba otra oportunidad, se aplicaron en defensa. En ataque las cosas seguían igual y cada canasta suponía un dolor, aunque logró recuperar el mando que había perdido tras la primera canasta. El cuarto fue transcurriendo de manera agónica para ambos contendientes. Cada posesión tenía que madurarse y solo la iluminación de algunos desatascaba los ataques. La diferencia, sin embargo, la marcaba Tony Parker.
El de los Spurs se crece cuando el defensor se pega a él y sacó su repertorio de fintas y entradas para llevar a Francia al último cuarto con una pírrica diferencia (53-51).
No era el juego de España. Sin apenas contraataques ni transiciones rápidas sufría ante un rival que se sentía seguro en una batalla de desgaste en la que se sabía beneficiado. Scariolo intentó parapetar en ocasiones a su equipo tras una zona que los franceses también supieron descifrar. A base de secundarios- de Llull y, cómo no, San Emeterio- se mantuvieron viva a la selección. El atasco de ideas y el nulo acierto de cara al aro no hacía más que sumar dramatismo al choque. Un parcial de 7-4 en ocho minutos era fiel muestra de la ofuscación por la que pasaban todos los que pasaban por la pista. Cada punto, una agonía. Pero los españoles sumaron en la desgracia y Marc Gasol dio cinco puntos a falta de 45 segundos. Un océano en un desierto de puntería.
Los franceses perdieron los papeles al verse perdidos y dos agresiones de Turiaf y Batum acabaron por poner el broche más horrendo a un partido de pesadilla que dejó a Rudy Fernández lesionado. Ni al final España pudo sonreir.
¿Peor hay algún francés que se pueda sentir representado por esta tropa de africanos nacionalizados?
Y ojo , que en España nacionalizaron de manera express a nuestro primer negrito, el tal Ibaka.
Dentro de 10 años las selecciones y equipos españoles estarán parecidos a los franceses, más que nada porque los equipos alevines ya están llenos de extranjeros.
Es curioso este equipo “francés”: todos negritos y el único blanco se llama De Coló. Será para no desentonar…
Espero que esta vez no fallen ante Rusia y aseguren la medalla de plata. Espero equivocarme, pero me parece que la de oro ya tiene dueño.
Menudo equipo de sucios monos tiene Francia, en las últimas jugadas de partido no haciendo más que golpes con la idea de lesionar a los españoles que jugarán las semifinales.