Julio Liarte, diputado autonómico en Melilla: “El señor Bohórquez quiere dinero y nada más”
A.R.- Nuestro entrevistado se ha enfrentado siempre a los inmorales hampones que se aprovechan del miedo ajeno para pescar en el río revuelto de los presupuestos públicos. Eso le convierte en un personaje de alta talla moral que merece ser defendido y ponderado públicamente. Hablamos de Julio Liarte Parres, economista y diputado autonómico en Melilla por el partido Populares en Libertad (PPL), un edificante soplo de aire fresco en medio del sórdido y asfixiante clima de corrupción y tancredismo político que impera en la ciudad norteafricana. Entre las virtudes políticas de Liarte, hoy queremos destacar una: la de no arredrarse ante los turbulentos que, dependiendo del dinero o no que se les dé, truenan con ira, relampaguean con rabia y llueven con furor.
A través de Liarte conocemos más y mejor los entresijos de una ciudad que transita al compás de la música chillona y estridente que marcan las megasubvenciones. Además, nuestro interlocutor tiene el cuajo cristiano de llamar a las cosas por su nombre. Hay que ponerse duro con los sinvergüenzas. La desbordada vitalidad de Julio Liarte, su intencionada y leal memoria, su rectitud sin tacha, me van a dar la ocasión de conocer a fondo unos años que en buena parte perdí, si no por la cuenta del diez, al menos por la del nueve. El golfo ya me entiende.
-Para empezar, ¿le está sorprendiendo la buena acogida dispensada por los lectores de AD a sus dos primeras entregas sobre sus “experiencias con Bohórquez”, editor del diario Melilla Hoy?
Pues sí. Me está sorprendiendo. Pensaba que era una historia muy centrada en asuntos locales de Melilla y, por tanto, que no interesaría fuera de la ciudad.
-¿Qué deberían saber los lectores peninsulares acerca de la figura de Enrique Bohórquez?
Pues que es un “empresario mediático” que llegó a apoderarse de un medio de comunicación de Melilla sin ni siquiera ser su fundador ni promotor, aunque alcanzó el puesto de consejero delegado de la empresa editora del periódico Melilla Hoy, y desde ahí pudo ir transfiriendo activos a otra empresa de su propiedad hasta quedarse con el medio. Desde el principio descubrió que el gran “filón” del mercado mediático melillense estaba en el Ayuntamiento de Melilla, luego reconvertido en Ciudad Autónoma, que disponía y dispone de una elevada capacidad financiera y, sobre todo, de unos políticos dispuestos a pagar lo que fuera necesario para influir a su favor en la opinión pública de Melilla y, principalmente, para evitar las “jugadas” mediáticas del editor capaz de hundir la más solvente de las reputaciones aunque tuviese que abonar, años más tarde, jugosas indemnizaciones a base de pleitos perdidos debido a la defensa del honor de los agredidos; y todo ello, fundamentalmente, cuando no existían medios alternativos ni, por supuesto, internet y las redes sociales.
-Nos preguntamos cómo un periódico de tan ínfima calidad puede haberse convertido en un instrumento de presión capaz de intimidar a políticos, empresarios y representantes de todas las fuerzas vivas de Melilla? Eso dice muy poco de su ciudad.
Yo también me lo pregunto y creo que la respuesta entraría de lleno en el ámbito de lo psicológico y lo sociológico. Hay que tener en cuenta que Melilla es una ciudad pequeña, ahora de 80.000 habitantes y 14 Km2, que todos nos conocemos, y que la gente quiere vivir tranquila, sin que nadie se meta con ellos. Para los políticos, además, ha sido, a mi juicio, una especie de impuesto revolucionario que han pagado generosamente, por supuesto con dinero público, con tal de no tener problemas y poder dedicarse a sus cosas.
-¿Cuánta parte de las informaciones del diario ‘Melilla Hoy’ están condicionadas por las generosas subvenciones que recibe de la Ciudad Autónoma?
La línea divisoria entre la opinión y la información es casi inexistente. En las informaciones se traspasan todos los límites de la ética periodística: se introducen opiniones en la información; se intercalan respuestas de la otra parte en caso de conflicto; se acentúa cualquier aspecto marginal o anécdota dentro del “todo” de la información concreta para trastocar la percepción del lector; se censura a quienes no son del agrado del editor, que están vetados por el medio; se eligen fotografías del aludido al que se quiere denostar que sean de lo más desfavorables, etc. La ética general de la línea editorial es “págame lo que te pido, y tendrás lo que quieras”, con someros toques de atención, en la forma de un editorial contra un político determinado; y otros sorpresivos cuando quiere algo, bien aumentos de la subvención o bien algún otro capricho.
-¿Qué otras actividades ejerce Bohórquez extramuros de las periodísticas?
Tiene concedida a dedo la gestión de un campo de golf público de la Ciudad Autónoma de Melilla. Le entregan anualmente para ello una subvención de 240.000 euros para cubrir los gastos de gestión deportiva del campo, porque, además, la Ciudad Autónoma tiene contratado a otra empresa los gastos de mantenimiento por un coste anual aproximado de 500.000 euros. Lo esperpéntico del asunto es que estaba previsto que la gestión del campo la llevara la Federación melillense de Golf en base a un convenio que la Ciudad suscribió con la RFEG en el cual esta última le abonó a la ciudad una subvención de 300.000 euros para la financiación parcial del campo, condicionada a que la gestión posterior la llevara la Federación de Melilla. Bohórquez se presentó a las últimas elecciones a la Federación y, a pesar de estar apoyado claramente por el aparato de la Ciudad Autónoma, perdió sorpresivamente.
La respuesta de la Administración Pública fue retirar inmediatamente a la Federación de la gestión del campo, y otorgárselo inmediatamente a un club de golf privado presidido por Bohórquez. Hace unos meses la RFEG y la CAM han acordado la rescisión del convenio anterior y la devolución de los 300.000 euros mediante cuatro pagos anuales consecutivos de 75.000 euros, cuyo primer plazo se ha pagado el pasado mes de abril. Todo lo que ha ocurrido, a mi juicio, podría constituir un presunto delito grave.
-‘Melilla Hoy’ cuenta con el único musulmán que dirige un periódico en España, ¿qué papel desempeña el chico?
Ese señor merece mis respetos. No tengo nada contra él. Es un empleado de Bohórquez y hace lo que este le ordena. No le responsabilizo de la línea editorial del periódico. Se llama Mustafa Hamed y lleva muchos años trabajando en el medio, anteriormente como redactor. Cuando lo nombró, editorializó que era por sus méritos y no por su condición de musulmán. Sin embargo, después, en varias ocasiones, se ha vanagloriado públicamente de lo que significaba el anterior nombramiento en una ciudad como Melilla. Es más, cuando El Barkani fue nombrado delegado del Gobierno por el PP, Bohórquez dijo que él había sido el pionero en este camino hacia la convivencia y multiculturalidad de Melilla.
-¿Se puede llevar a cabo ningún proyecto serio y de envergadura en Melilla si todo pasa por la anuencia de un personaje que, pese a su raquítico bagaje intelectual, parece dominarlo todo?
En mi opinión, en Melilla no sobra nadie, a diferencia de la de este individuo en la que sobramos algunos “malos melillenses”. Ahora bien, lo que hay que hacer es dejar las cosas en su justo término. Es indignante que el periódico perciba unas subvenciones anuales de la Ciudad Autónoma de unos 500.000 euros, a los que habría que unir otros emolumentos adicionales menores, a través de unos convenios de colaboración que se van renovando cada pocos meses, con la finalidad oculta de pervertir el derecho de los ciudadanos a obtener una información veraz, todo ello en beneficio político del gobierno de la ciudad, que controla qué, cómo y sobre quién se informa en Melilla. La publicidad institucional debe restringirse a lo mínimo imprescindible, es decir: anuncios obligatorios o convenientes para los ciudadanos.
-¿Quedan periodistas rectos y serios en Melilla?
Por supuesto. Tengo que decir que la mayoría de los periodistas de Melilla son rectos y serios, pero ellos están empleados, normalmente mediante contratos temporales y con poca antigüedad, en los medios de Melilla, cuyos editores ejercen, en mayor o menor medida, una presión sobre los mismos que llega a la censura, elección de titulares y fotos, etc. Existe un control absoluto de lo que se publica o emite, tanto por los editores como por la propia CAM. Es una regla sabida que si alguien se sale del tiesto sería despedido fulminantemente o relegado a funciones menores. Esa es la triste realidad del sector en Melilla.
-¿Ha tenido la solidaridad de los melillenses ante la campaña brutal de ataques por parte del señor Bohórquez?
Muchos melillenses sí. Otros no, al menos abiertamente. Así es la vida, porque creen que así les beneficia en su relación con el poder. Este segundo grupo es cada vez menor y es una señal de esperanza de cara al futuro de esta ciudad.
-¿Que parte de responsabilidad tiene el PP en esta abracadabrante situación?
Mucha. No hay que olvidar que el PP gobierna la ciudad desde el mes de julio de 2000, y desde junio de 2003 con mayoría absoluta.
-¿Conoce usted el patrimonio aproximado de Bohórquez?
No. Ni me importaría siempre y cuando lo hubiera conseguido honradamente.
-¿Qué papel debería jugar el PP nacional para revertir una situación que está crispando la convivencia de una ciudad ya de por sí marcada por los casos de corrupción y las actividades delictivas?
El PP nacional debería mirar qué y quienes tienen en Melilla dirigiendo su franquicia. No vale venir cada cierto tiempo en olor de multitudes previamente escogidas para dejarse llevar por una falsa euforia, luego una comilona de langostinos, y hasta la próxima. Eso es una falacia. En Melilla, el PP de Imbroda está desarrollando una política que no se parece en nada a la definida por el PP nacional. Cualquier parecido es pura coincidencia. La política del PP de Imbroda se parece más a la socialista de Andalucía, en cuanto al control de la sociedad mediante la compra de voluntades a través del uso de clientelismo, enchufismo, amiguismo, caciquismo e incluso paternalismo a ultranza.
-¿Por qué cree que el diario ‘Melilla Hoy’ no investiga nunca acerca de las actividades islamistas en la ciudad o las operaciones económicas de un sector de la población que, como todos sabemos, están basadas en el narcotráfico y el blanqueo de capitales? ¿Acaso lo de ser fuerte con los débiles y débiles con los fuertes se cumple a rajatabla en su ciudad?
El señor Bohórquez quiere dinero y nada más le importa. Cualquiera que entorpezca o dificulte sus objetivos es un enemigo a batir y destrozar mediáticamente. Para él la información no es la libertad de prensa, tampoco el derecho de los ciudadanos a obtener una información veraz, sino la materia prima con la que hace un producto destinado a obtener el máximo beneficio, el cual, en una ciudad con poca actividad privada, tiene que provenir de las arcas públicas mediante la presión a políticos. Cualquier político mediocre que esté dispuesto a lo que sea para conseguir beneficios a Bohórquez, gozará de su protección.
-¿Por qué abandonó usted el PP y qué espera lograr con su nueva formación, Populares en Libertad?
Fue en septiembre de 2010. Andaba bastante descorazonado de ver lo que se hacía, y cómo se hacía. Pero, como todo, hubo una gota que colmó mi vaso, que fue ver el día 17 de septiembre de 2010, Día de Melilla, una foto en el periódico de la mesa presidencial de una comida del PP de Melilla con motivo de una visita a la ciudad de Mariano Rajoy. En la mesa estaba, además de Imbroda y varios de sus consejeros, Enrique Bohórquez, que ni era afiliado ni nada por el estilo. Considero que esto fue una encerrona que le hicieron a Rajoy, que entiendo debe elegir mejor sus compañías y las fotos que pueden hacerle. A los pocos días comuniqué mi baja irrevocable.
Con Populares en Libertad, bajo la presidencia de Ignacio Velázquez, antiguo alcalde y Presidente de Melilla con el PP, esperamos gobernar la ciudad, limpiar la institución, dotar a la ciudad de nuevos aires y liderar Melilla hacia un futuro de prosperidad, alejado de la cultura del subsidio y de la sumisión a las que han llevado tantos años de Imbrodato en esta ciudad. Nuestras diferencias con el PP de Rajoy, Cospedal y Soraya Sáenz son prácticamente inexistentes para una gran parte de nuestros afiliados. Sin embargo, nuestras diferencias con Imbroda y sus adláteres son inmensas. En Melilla, el PP no es un partido democrático, aunque formalmente sí lo sea. Sinceramente, era imposible producir el cambio desde dentro.
El señor Liarte es afamado en melilla por su capacidad profesional como funcionario de la administracion y ahora por su integridad como politico.Ehhorabuena.
Si algun lector quiere alucinar con alguna de las cosas que ocurren en esta ciudad podeis ver en la pagina de “el vigia tv” (buscar por google) el capitulo 2 del programa
“KBI liao”. Os vais a divertir
Sr. Liarte a Catalunya també ens faría falta de tenir a homes com vostè. Aqui també hi tenim a molt de mangant que a força de fer creure a la gent en independencies i demés tonteries, ells van omplin les seves butxaques i fen-se rics. Si no li fa rés i li sobra una mica de temps, faci un tomb per Catalunya i ajudin´s.
Moltes Felicitats per esser tan valent.
Animos Sr. Liarte, este pais necesita de gente valiente y sin pelos en la lengua como usted. Hay que desemmascarar a toda esta pandilla de corruptos vividores que se han agarrado al sistema para actuar como los mismos capos de la mafia. El pueblo llano está con usted y con valientes como su persona. Viendole y escuchandole a usted pensamos que algun dia todo esto cambiará y para bien.
Felicidades Sr. Julio, la entrevista es muy buena, ojalá el resto de políticos fueran tan sinceros, y pensaran de la misma manera que usted, la verdad que da pena lo que están haciendo con Melilla, y con el resto de España.