“¿Por qué se atreven con España?”
PD.- Cuando peligra el negocio o el plan de pensiones, la burguesía catalanista saca la bandera española como la sacó la familia Maragall para recibir a los nacionales en Barcelona.
La Vanguardia ha tenido siempre una interesante sección de Internacional. Este hábito explica las columnas que encontramos dedicadas a la confiscación de YPF: cuatro, una de ellas de Pilar Rahola, más un editorial que compite en dureza con los de La Razón: “cabe decir que la vuelta de Argentina al tercer mundo sin duda ha comenzado de manos de Cristina Fernández de Kirchner.” ›
Manel Pérez habla de que lo que la Kirchner quita con una mano dará con la otra a un afortunado: “vamos a asistir a un tortuoso proceso de nueva privatización de la compañía petrolera argentina. Es decir, a la sustitución de un socio/propietario/gestor de YPF, en este caso Repsol, por otro cuya nacionalidad no se conoce, a lo mejor algunos ya sí, aunque son pocos los candidatos: chino, estadounidense o, muchos menos probable, británico”.
Jordi Barbeta es el autor de una columna cuyo título hace que nos lancemos sobre ella: “¿Por qué se atreven con España?”. “El CNI no ha suministrado la información suficiente o no se ha sabido utilizar para hacerle ver a Cristina Fernández que la expropiación conllevaría inexorablemente su perdición”.
“Bruselas reaccionó una hora después de conocerse la expropiación. ¿Para qué sirve Europa? Ahora se entiende por qué Artur Mas sueña con Massachusetts”.
Vale, Mas quiere colarse en la mansión de los Kennedy, ¿pero le quieren los Kennedy a él?
En El Mundo John Müller afirma que la incompetencia y el patrioterismo peronistas harán inútil para los Kirchner la expropiación de YPF y añade que el exministro López Murphy anunció hace un año que un nuevo corralito es inevitable en el país ante la fuga de divisas y el fracaso del modelo económico aplicado en los últimos años.
Sobre el asunto que colea y trompea desde el fin de semana, Paloma Barrientos, la directora de Vanitatis, publicó el 17 de abril de 2012 una pieza en la que afirmaba que “ahora ni la reina parece querer guardando las formas de cara a la opinión pública”.
Y cuando hasta la Reina abandona al gran cazador blanco, siguen llegando alabarderos a palacio. Hoy destaca el embajador Inocencio Arias, en Republica.Com: “Su trayectoria, sin embargo, de defensa tenaz y entusiasta de todo lo que huela a España, un contrato en Estados Unidos, una reivindicación política, la consecución de la celebración de un acontecimiento importante en nuestro territorio, el apoyo discreto y eficiente a la candidatura de un español han sido una firme constante en estos treinta y siete años”.
Doy una calada al cigarrillo y recuerdo que el Rey firmó la ley de la memoria histórica y el estatuto catalán, que dijo a un parlamentario de ERC que “hablando se entiende la gente”, que nos confesó que Zapatero sabía adónde nos llevaba, que en sus visitas al País Vasco no ha ondeado jamás ni una bandera española…
HENRY KISSINGER PUBLICA JUNTO A FORGES
El País, que ha publicado tribunas al golpista polaco Jaurezlski y al especulador George Soros, amplía su catálogo de gente poco recomendable con Henry Kissinger, ese ministro de Exteriores de Estados Unidos al que el juez Garzón quiso interrogar por la Operación Cóndor y luego cenó con él en Nueva York. En ella nos da las claves de lo que espera Washington para el norte de África: Gobiernos islamistas. Glub. “Estados Unidos debe estar preparado para dialogar con Gobiernos islamistas elegidos democráticamente”.
En Europa, entre cuyos países sólo España tiene territorio en África, sólo los tontos no sentirán un estremecimiento en la espalda al pensar en Egipto, Libia, Túnez y quién sabe si Argelia y Marruecos gobernados por los Hermanos Musulmanes. El título de la tribuna también provoca el erizado del vello del cuerpo: “Estados unidos y la Primavera Árabe: una llamada a la creatividad”.
Recomiendo sinceramente la lectura de la novela de Graham Greene El americano impasible y la lectura del blog en PD de Carlos Ruiz Miguel, que ha denunciado la colaboración de Washington con los nuevos regímenes islamistas que están sustituyendo a dictaduras laicas.