Ideología wahabí, a caballo troyano
Elvira Huelbes/Cuarto Poder.- Hace un par de semanas, la prensa informó de que dos emisoras de televisión de ideología musulmana –conste que soy consciente de la expresión usada- se han instalado en España sin que se haya producido debate alguno sobre el hecho. Una de ellas, está físicamente en Granada, la otra emite desde Irán y llega vía Hispasat a nosotros. Ambas emisoras provienen de países con la ideología islámica más rigorista y se proponen difundirla en España y América.
Sabemos que uno de los pilares fundamentales de la democracia es el derecho de la información y de la libertad de expresión. La paradoja es que estas emisoras provienen de países que persiguen y castigan con la cárcel y con la muerte esos valores democráticos.
El presidente del IRIB, organismo del que dependen las televisiones públicas iraníes, o sea, todas, Ezatolla Zarqami, ha declarado que Hispan TV, que así se llama el canal, “tendrá un papel fundamental a la hora de reflejar la legitimación ideológica de nuestro sistema político en el mundo”, ya que la América hispana es otro de sus escenarios. De hecho, la reciente visita de Ahmadineyad, primer ministro de Irán, por varios países americanos confirma –por si hubiera dudas- el interés estratégico de la zona para el país chiíta.
En cuanto a la otra, Córdoba Televisión, está promovida por el jeque saudí Al Fwazan, quien posee unas naves en San Sebastián de los Reyes (Madrid) a nombre de la Fundación para el Mensaje del Islam que él preside. Ya te digo. Sostiene, en sus soflamas televisivas, el jeque, que “hay que profesar un odio positivo” hacia los cristianos y desde luego defiende, a chilaba y alfanje, la marginación de esa parte oscura y sucia de la humanidad que son las mujeres. Pues, qué bien. Por otra parte, la elección del nombre responde, claro, al esplendor del Islam que conoció la capital del Califato, en los siglos X y XI, en la península Ibérica, añorada por esta buena gente, que la codicia como si por poseer la tierra de Al Andalus fueran a recuperar esplendores pasados. Lo que nunca dicen estos anhelantes de Al Andalus es que el esplendor de entonces se debía en gran medida a lo laicos que eran los sabios y poetas, los artesanos y médicos, para los que la religión era, como mucho, un asunto privado. Igualico que ahora, vamos.
Said Jedidi, un veterano periodista marroquí, corresponsal de diarios españoles desde el país vecino, que dirige la tele del saudí, defiende este proyecto como un medio de revelar la verdadera identidad “pacífica y pacifista” del Islam, con el conocido discurso de que hay que promover la tolerancia entre las religiones. Asegura lo que todos sabemos, que el 85% de los que mueren en nombre de la ambición islámica de invadir el mundo son inocentes. La cuestión, querido colega Jedidi, es cómo se explica que en Arabia Saudí, de donde proviene la ideología que defiende tu canal, la tolerancia entre religiones se escenifique en la persecución a muerte de cualquiera que profese una que no sea la suya.
La democracia, tan generosa, permite la entrada en las ondas españolas de un caballo de Troya cargado de bombas wahabíes, seguramente la tendencia más rigorista y fanática del mundo mahometano. Y ya sabemos lo que les pasó a los troyanos por confiados.
En cuanto al canal iraní, visto cómo han reaccionado ante la comitiva de Ahmadineyad los jefes de Venezuela, Cuba y Nicaragua con tal de tocarle las gónadas al imperio yanqui, se entiende que allí pueda la TV iraní campar por sus ondas, pero, ¿por qué se le permite en España? Bueno, sí, claro, estamos en una democracia, la libertad de expresión, el derecho de la comunidad musulmana española, etc, etc. Confío en que los servicios de inteligencia hayan mejorado su farsi, ya que, aunque las emisiones son en español, lo más jugoso seguro que se dirá en la bella lengua persa.
Hispan TV tiene corresponsales repartidos por todo el mundo -¡será por dinero!- y Córdoba Televisión ha contratado a un buen montón de periodistas españoles, dicen que a golpe de talonario, aunque tal como está la profesión, puede que no les salgan tan caros. No quiero darles ideas. Sus objetivos: difundir el Islam para convertir a este hatajo de infieles que puebla el mundo hispánico. Sus armas, los informativos que cubrirán sobre todo noticias acaecidas en Irán, Oriente Próximo, España y América. Y pelis iraníes traducidas al español. Seguro que ninguna de sus cineastas encarcelados y exiliados.
Igual habría que estar atentos, a ver.