El laicismo de Rubalcaba
La decisión del candidato Rubalcaba, de consolidar el voto en las denominadas políticas de progreso y de alentar la movilización electoral de los sectores más radicales ha tenido sus primeras consecuencias en las Resoluciones de la Conferencia Política, celebrada el pasado fin de semana. El epígrafe titulado “Más laicidad para una mejor convivencia en la diversidad”, representa la síntesis de una concepción laicista, que parte de una serie de supuestos que no se corresponden con la realidad, ni se sostienen con un análisis sereno del hecho religioso en España y de su contribución a una sociedad más rica y vertebrada.
La repetición del mantra de que las religiones son sistemas impositivos de concepciones morales y pretenden sustituir a los Parlamentos elegidos democráticamente, sólo existe en el prejuicio de quienes lo dicen. Rubalcaba se proclama orgulloso de leyes como la que suprimió las señas de identidad del matrimonio y la del aborto libre. Pero aparte de su carácter moralmente disolvente, no debiera olvidar el hecho de que se promulgaron con la imposición y no con el consenso social.
Reivindicar ahora una nueva Ley de Libertad religiosa o una nueva orientación en el desarrollo de los contenidos de los Acuerdos Iglesia- Estado es un malabarismo electoral innecesario, alejado de las propuestas de laicidad positiva que priman en Europa.