Los evacuados por el terremoto de Lorca (Murcia) serán trasladados previsiblemente hoy a una nueva y única zona de acampada, a la que no podrán acceder los intrusos que han tratado de aprovecharse estos días de la asistencia social prestada sin ser realmente damnificados por el seísmo.

Técnicos municipales y efectivos de Protección Civil, Cruz Roja y la Unión Militar de Emergencias (UME) trabajaban pasada la medianoche en el Puesto de Mando Avanzado instalado en el Huerto de la Rueda, la principal zona de acampada, en la organización del operativo de traslado de los evacuados, que en su inmensa mayoría son extranjeros.

En previsión de que el traslado pueda efectuarse hoy mismo, la UME ha trabajado a lo largo de la jornada en la instalación de carpas en la nueva zona de acampada, ubicada en las instalaciones deportivas de la Torrecilla.

El traslado será aprovechado para discriminar a aquellas personas que no resultaron damnificadas por el terremoto pero que han acudido a la principal zona de acampada para tratar de aprovecharse de la asistencia social, especialmente del reparto de comida, mantas y camas dentro de las tiendas de campaña instaladas por Cruz Roja y la UME.

Entre el domingo y el lunes se ha realizado un proceso de filiación de cada una de las cerca de 4.000 personas que permanecen en la principal zona de acampada, con el que se han repartido unas pulseras numeradas e intransferibles a aquellos que realmente residen en Lorca y que han resultado damnificados por el seísmo del pasado miércoles, que causó nueve muertos e importantes daños en las edificaciones.

Adiós a los intrusos

El boliviano Richard Márquez, que reside con su mujer y su hijo en Lorca desde hace siete años, y que ha obtenido su pulsera, ha asegurado que en el campamento hay personas de municipios vecinos como Puerto Lumbreras o Totana, en su mayoría extranjeros, “que no necesitan” la asistencia social “y se meten en el campamento”. El ecuatoriano Olalla Morán lo ha corroborado, al afirmar que hay “mucha gente que viene de otros lados”, algo con lo que se ha mostrado en desacuerdo porque considera que la ayuda debe ser para los vecinos de Lorca. Su cuñada, Elsa Barzola, ha mostrado orgullosa su “manilla”, que le da derecho a los “alimentos, las mantas y las camas en la carpa”, aunque ha expresado su incomodidad ante el nuevo traslado del que ha oído hablar, ya que “no es una situación para vivir” con hijos pequeños.

Otros evacuados, que han preferido no dar su nombre, se han mostrado muy satisfechos con la idea de expulsar a los intrusos extranjeros, puesto que han asegurado que, en las últimas noches, se han visto “cosas raras” y se han producido “situaciones incómodas”.

Fuentes del Ayuntamiento han explicado que el principal objetivo del traslado es contar con una zona de asistencia con un carácter menos provisional en el que los damnificados puedan estar mejor atendidos y, además, cerca de un hospital, el Rafael Méndez.

Mientras tanto, las primeras horas de la sexta noche tras el terremoto discurren con tranquilidad en la zona de acampada del Huerto de la Rueda. Ya han quedado atrás los nervios de algunos evacuados ante la dificultad de noches anteriores para encontrar plaza en una de las numerosas tiendas de campaña instaladas por Cruz Roja y la UME.