El Barça ganó tres puntos de oro para mantener a cinco de distancia al Madrid en la cabeza de la Liga. Sufrió en una amplia fase del encuentro pese al gol madrugador de Villa, incluso el fantasma de la remontada del Arsenal apareció cuando Iraola empató de penalti, pero unos minutos finales repletos de ímpetu y genialidades de Iniesta y Messi sirvieron para que el argentino lograra el 2-1.

No se puede negar que Pep Guardiola prepara los partidos y no le importa cometer el sacrilegio, para algunos entrenadores puristas, de cambiar algunas cosas en función del rival. Recicló a un centrocampista de envergadura como Sergio Busquets a la posición de central para que ayudara a Piqué en el control del gigante del Athletic, por altura y calidad, Fernando Llorente. Fu casi una defensa de tres, con Abidal, y más libertad ofensiva para Alves en la banda derecha. Y en ataque, centró a Villa en posición de ariete para explotar su racha goleadora, con Messi en la media punta.

Sólo un par de retoques, pero suficientes para sorprender de inicio al Athletic. Apertura de Xavi para la entrada de Alves en posición de extremo y quizás en fuera de juego por milímetros, dejada del brasileño y remate con la izquierda de Villa. 1-0, minuto 3, y tercer gol consecutivo del asturiano tras los logrados en Gijón y Londres.

El ‘Guaje’, con Messi muy espeso, fue el delantero más incisivo y a punto estuvo de lograr el 2-0 con una vaselina idéntica a la que marcó en El Molinón, pero esta vez con la izquierda. Sin embargo, el balón besó el travesaño en el miknuto 25.

Mandaba el Barça, pero con esa velocidad menos de los últimos días no acabó de matar a un Athletic que se vino arriba para buscar el empate. Pinto, sustituto del lesionado Valdés, lo evitó en el minuto 36 con una mano prodigiosa a cabezazo de Llorente.

Susto al Barça

Joaquín Caparrós vio que era un día propicio para intentar puntuar en el Camp Nou y dio entrada a Toquero por Iturraspe tras el descanso. Su valentía tuvo premio inmediato. La defensa del Barça dudó ante la presión arriba del equipo rojiblanco, Abidal le regaló el esférico a Llorente y Busquets le hizo un claro penalti que transformó Iraola en el minuto 49.

Iniesta dio entonces ese paso al frente que dan los cracks para echarse al equipo a la espalda en un mal momento. De sus botas comenzaron a salir acciones de peligro continuas, como la que Iraizoz detuvo a Villa, y contagió a Messi, que desperto a tiempo para lograr el 2-1 con la derecha y a bocajarro en un acción calcada a la del 1-0: Xavi vio el desmarque de Alves y el brasileño asistió al argentino en el minuto 77.

El Barça acabó desmelenado de la mano del resucitado Messi, más próximo a su mejor versión, aunque no supo sentenciar y sufrió hasta el final.