La Secretaría de Universidades de la Generalitat estudia dejar de subvencionar gradualmente la carrera a los estudiantes repetidores en aquellos casos en los que está “poco justificado” que el alumno pase demasiados años en el sistema. La propuesta se enmarca en la política de contención presupuestaria que aplica la Conselleria de Economía -de quien depende Universidades-, y que pasará también por el reajuste del mapa de másters, que está “sobredimensionado”, al contar con casi 500 títulos.

“Debemos afrontar si se sigue subvencionando, que yo creo que no, la mayoría de los estudios de los alumnos que no dan un rendimiento completo”, ha explicado el secretario general de Universidades, Antoni Castellà. “La idea sería que aquel que está muy poco justificado que está demasiados años en el sistema, no es posible que la Administración, con impuestos de todos, subvencione al máximo estos ámbitos”, ha concretado.

Esta medida, en la que el Govern está “reflexionando sin ninguna propuesta firme”, comportaría que se dejara de subvencionar la carrera de forma gradual hasta ir perdiendo esta ayuda. De media, las carreras en universidades públicas están sufragadas casi en un 90%, lo que supone que los estudiantes pagan 1.121 euros de cada curso -que vale 11.210 euros reales-, y que al final, cada alumno haya gastado 4.485 euros en una carrera que cuesta 44.851 euros a la Administración. De hecho, la penalización a los repetidores es un procedimiento que aplican las universidades al ir aumentando el precio del crédito conforme se repite una asignatura.

Menos másters

Sobre la reordenación del mapa de másters (con 500 en la actualidad), la intención es no programar nuevos y “racionalizar la oferta”, ha avisado Castellà. Universidades estudiará si se pueden ofertar másters no subvencionados -el 80% está sufragado- siempre y cuando haya una buena política de becas que históricamente Cataluña estudia gestionar, ha sostenido.

Desde que es secretario general, Castellà se ha reunido dos veces con delegados del Ministerio de Educación para abordar el traspaso de las becas. Aunque las negociaciones avanzan, la discusión se disputa ahora entre los costes de gestión de las becas, que Cataluña cifra en un millón de euros frente a los 170.000 euros que calcula el Gobierno. En este marco de contención, la financiación variable que la Generalitat adeuda a las universidades -en total, 154,6 millones de euros del Plan de mejora 2007-2010- no será satisfecha íntegramente, ha avanzado Castellà.

“El antiguo Govern prometió algo que no existía presupuestaria mente y esto es lo que nos hemos encontrado en este momento”, ha criticado el secretario general, quien ha lanzado la advertencia de que en política nunca se debe prometer lo que no se tiene. El Govern repartirá entre los centros en función del presupuesto, que aproximadamente alcanzará los 900 millones de euros a repartir en todo el ámbito de universidades, ha avanzado. Precisamente, ha asegurado que diseñará un nuevo modelo que tenderá hacia la financiación por objetivos en una parte “importante”, más allá del actual 10%, y que supondrá que cada universidad perciba una cantidad diferente en función de sus objetivos de eficiencia y equilibrio presupuestario.