Anuncio de impacto en el mundo de las baby-celebrities. Nicole Kidman y su marido Keith Urban acaban de anunciar que fueron padres hace tres semanas. El matrimonio ha tenido esta hija a través de una madre de alquiler. Es decir, ellos son los padres biológicos de la criatura pero la que ha estado embarazada ha sido otra mujer anónima

La niña, que se llama Faith Margaret Kidman Urban, llegó al mundo el pasado 28 de diciembre en la ciudad de Nashville, según ha informado la pareja en un comunicado remitido a los medios de comunicación.

“Nuestra familia está bendecida y agradecida por el regalo que supone el bebé”, asegura Kidman. “No hay palabras para expresar la gratitud que tenemos para todos los que han colaborado en este proceso, especialmente a nuestra portadora gestacional”, concluye.
Maternidad polivalente

Con la llegada de la pequeña Faith Margaret, Nicole completa su descendencia recurriendo a todas las variantes posibles: adopción, maternidad natural y vientre de alquiler. Kidman, que estuvo casada con Tom Cruise durante varios años, tiene dos hijos adoptados con el actor: Isabella Jane, de19 años y Connor Anthony, de 15. Con su actual esposo, el cantante Keith Urban, tuvo por métodos naturales a Sunday, de dos años y medio de edad.

La maternidad a través de una madre de alquiler se está haciendo muy popular entre las celebrities. Sarah Jessica Parker tuvo a sus gemelas a través de este sistema de maternidad, al igual que Dennis Quaid and Kimberly Buffington. Los hijos de Ricky Martin también han llegado al mundo a través de este sistema y en España la precursora ha sido la Baronesa Thyssen, Carmen Cervera.

Calladitos y felices en los Globos de Oro

Nicole y su marido irradiaban felicidad en la entrega de los Globos de Oro del pasado domingo. Sin embargo nada hacía presagiar a qué se debía tanta alegría. A pesar de ello, ya daban alguna pista. “Voy a tomarme un descanso en condiciones, quiero centrarme contretamente en las cosas relacionadas con la familia. Estaré ausente seis meses”, anunció Kidman sin que ninguno de los periodistas pudiese sospechar algo más en sus palabras.