Demoledor. Como atinadamente apunta mi amigo Armando Robles, el sistema ha dado ‘luz verde’ a la caza y captura de Plataforma per Catalunya. Los excelentes resultados logrados en las autonómicas catalanas y, consiguientemente, la conversión de la PxC en la principal alternativa de cambio al sistema partitocrático es algo que los adalides de la cleptocracia española (vuelvo a hacer mía una expresión de Robles) no están dispuestos a consentir.

Hace unos días, dentro de esa bien orquestada campaña de demolición contra Plataforma, la edición catalana del diario ‘El Mundo’ informaba falsamente a sus lectores de la falta de pago de un local por parte de nuestro partido. La realidad es otra bien distinta a la expresada por el diario de ‘Perro’ Jota Ramírez. El local de marras nunca fue arrendado por la PxC sino por un militante de base que, voluntariamente, lo cedió al partido por espacio de unos meses. La disputa, por lo tanto, no es entre la propiedad del local y el partido, tal y como recoge ‘El Mundo’, sino entre el arrendador y el militante de la PxC que alquiló el local para fines distintos a los posteriormente utilizados. Es de suponer que si el arrendatario se hallase en posesión del carné de socio del Barça, el periódico de ‘Perro’ Jota nunca hubiese titulado a cinco columnas: “El Barça, denunciado por impago de un local”. Como se ve, la manipulación en asuntos que afecten a Plataforma alcanza niveles sublimes.

Dicho lo anterior, hay que señalar a los inductores de estas falsas informaciones, que no son otros que Xavier Oms y Jordi Ribalaygue, periodistas vinculados a la extrema izquierda catalana y firmantes de un manifiesto contra la PxC en plenas elecciones. Como se ve, dos típicos arquetipos catalanes de la objetividad informativa. También deben saber los lectores que ambos mamarrachos están vinculados a una extraña empresa barcelonesa de informes telemáticos, “It Global”, de la que hablaré algún día.

Sorprende de cualquier forma que, para estos dos caraduras extremistas, lo más relevante informativamente con relación a Plataforma sea el impago de un local por parte de un particular y no por ejemplo los 75.000 votos obtenidos, a pesar del ‘apagón’ informativo sufrido, ni las amenazas y agresiones padecidas durante todos los actos de la campaña electoral por parte de islamistas, nacionalistas furiosos, ultraizquierdistas y otras gentes de mal vivir.

Es curioso que para estos fascistas disfrazados de progres, las restricciones a la libertad de un partido político en campaña, similar a las que sufrían algunas formaciones democráticas durante la dictadura de Pinochet, no sea un asunto que merezca su solidaridad o al menos su público reconocimiento. Me pregunto qué habrían dicho estos farsantes de la izquierda radical si los actos de campaña de CiU, PSC, ERC, ICV o incluso el PP se hubiesen visto enturbiados por grupos de energúmenos dispuestos a impedir el ejercicio de la libertad de esos partidos e incluso a linchar a sus líderes. Por desgracia, existen en Cataluña dos varas de medir en lo tocante a garantizar el ejercicio de los derechos constitucionales partiendo del discurso político y no del principio democrático de que todas las ideas son igual de legítimas y defendibles.

En cualquier caso, lo que no han impedido ni unos ni otros es que la Plataforma per Catalunya de Josep Anglada se haya convertido en la octava fuerza política catalana, pese a no recibir un sólo euro en subvenciones y al boicot de todos los medios catalanes y nacionales, salvo nuestro queridísimo Alerta Digital.

¿Dónde está por tanto la verdad? La que yo percibo es el ataque frontal a Plataforma, con todos los medios ilegítimos que sean imaginables, a cargo de los representantes de una casta ladrona y corrupta que está herida de muerte y que pretende arrastrar a todo bicho viviente antes de que los catalanes certifiquemos su defunción en las próximas citas electorales.

*Dirigente de la Plataforma per Catalunya (PxC) y alcaldable por Vilanova i la Geltrú.