Menuda, dulce, simpática… Y con un asombroso parecido a su difunto hermano, más por cuestiones plásticas que genéticas, La Toya Jackson (Indiana, 1956) reinó ayer en Sevilla como madrina de honor del XX Salón Internacional del Caballo (Sicab). Se vistió de flamenca, bailó sevillanas y sonrió hasta la parálisis. Pero se mostró implacable al referirse a la muerte de Michael Jackson: «Lo asesinaron».

– ¿Qué le lleva a esa conclusión?

– Se habla de un homicidio. Pero el homicidio no es intencionado y a él lo mataron intencionadamente.

– ¿Conoce el móvil del crímen?

– Por dinero. Ellos sabían que valía más muerto que vivo. Y él sospechaba que querían matarlo. Me lo dijo.

-¿Ellos? ¿Quiénes son ellos?

– …

– ¿No quiere decirlo?

– No debo porque la investigación todavía está en marcha. Mi hermano era un ser extraordinario para el que el dinero carecía de importancia. De hecho, figura en el libro Guiness como el mayor donante benéfico de la historia. Él dio, de su propia cuenta personal, 400 millones de dólares a la caridad. Yo quiero seguir su ejemplo y pensar que sigue aquí conmigo. Es demasiado doloroso aceptar su pérdida.

– ¿Es usted religiosa?

– No. Pero soy una persona muy espiritual y creo que es importante tener una especie de conexión con Dios.

– Creo que la educaron como Testigo de Jehová.

– Sí, sí. Mi madre lo es. Y Michael y yo hemos ido muchas veces juntos de puerta en puerta predicando esa doctrina. Y no solo de niños, sino hasta los treinta años.

-¿Está su familia unida?

– Todos estamos bien, muchas gracias. Pero cada uno tiene una opinión distinta. Cuando algo así te pasa en la vida, cada cuál lo aborda como puede. Hay quien no quiere darle más vueltas, pero para mí es muy importante saber qué le pasó a mi hermano y cómo ocurrió todo. Creo que tenemos que conocer la verdad porque se lo debemos a sus hijos, nos lo debemos a nosotros mismos. Y se lo debemos a sus fans.

– Ha participado en ‘realities’ televisivos tipo ‘Gran Hermano’. ¿Era necesario exponerse tanto?

– Para mí sí era importante convivir con mucha gente porque antes estuve recluida y quería superarlo. Lo hice para ayudarme a mí misma. Durante tiempo no me mezclé con gente que no fuera de mi familia.

– ¿Crecer en la familia Jackson fue sano?

– Cuando creces en una familia tan famosa hay cosas estupendas asociadas a eso y otras que no lo son tanto, pero eso es parte de la vida.

-Pronto lanzará un disco titulado ‘Starting Over’. ¿Empieza de nuevo?

– Sí, de ahí el título del álbum, y espero que mi ejemplo ayude a muchas mujeres maltratadas. He tenido que renacer porque mi anterior manager y ex marido abusó de mí de una forma terrible. Me tenía encerrada en el armario.

– ¿Habla en sentido figurado?

– No, no. Hablo en el sentido real. Me metía en armarios durante horas y echaba el cerrojo.

– ¿Nunca se defendió?

– No sabía cómo. Y no es que estuviera enamorada. Nunca fue un matrimonio por amor. Ni siquiera me enteré de que me estaba casando. Pero después de años de haber sido encerrada en armarios, torturada… Un día di el primer paso. Y una vez que lo haces, la libertad está ahí, esperándote.

– ¿Cómo lo dio?

– Él me quiso forzar a hacer pornografia, intentó obligarme a firmar un contrato millonario para enriquecerse él. Pero agarré el teléfono y llamé a uno de mis hermanos.

– ¿A Michael?

– No, a otro. Somos nueve.

– Dice que Michael no se suicidó. Pero, ¿la vida que llevaba era sana? ¿No le habría acabado matando?

– No creo que la vida de nadie sea sana mientras haya drogas de por medio, es cierto. Pero en su caso no era algo que él estuviera haciéndose a sí mismo. Alguien se lo estaba haciendo a él. Y de no haber sido así, Michael todavía estaría vivo.