La violencia contra los docentes se ceba con profesoras jóvenes de Secundaria
Profesoras jóvenes, generalmente en situación de interinidad, que dan clase en un instituto de Secundaria. Son las víctimas más comunes de acoso escolar contra los docentes en las aulas malagueñas, según la estadística del curso 2009-2010 que acaba de publicar el Defensor del Profesor del sindicato Anpe. Un perfil que pone por fin cara a quienes más sufren la violencia por parte de los alumnos y que también confirman desde la Federación de Enseñanza de CC OO y desde la propia Delegación de Educación.
Los datos, obtenidos a través de las llamadas de los profesores para solicitar ayuda, también revelan un incremento de situaciones de acoso y amenazas por parte de los padres de los estudiantes y un crecimiento de un 3% de los problemas denunciados en Primaria. Aunque la mayor parte de las denuncias provienen de Secundaria, con un 45% frente al 38% de Primaria.
Según explica Juan Francisco Manzano, responsable en Málaga del servicio de Anpe, los resultados muestran que la conflictividad en las aulas, lejos de disminuir, se está convirtiendo en crónica y que muchos docentes acuden a sus puestos de trabajo «como si fuese un campo de batalla». «Cuando empiezan a sufrir esta situación, entran en una dinámica en la que ya solo intentan pasar el día desapercibidos para evitar más problemas», dice.
En este sentido, el 65% de los usuarios del teléfono del Defensor del Profesor (952 27 63 48) son mujeres. Los principales problemas con el alumno son problemas para dar clase (28%), acoso y amenazas por parte de los menores (22%), insultos (17%) y conductas agresivas del joven hacia el docente o los compañeros (14%). Las llamadas por agresiones físicas suponen un 9% y se mantienen con respecto al curso anterior.
En cuanto a los conflictos con los padres, crecen los casos de amenazas por parte de los padres. Cuatro maestros llamaron el pasado curso al Defensor del Profesor por este motivo, aunque solo uno lo hizo por una agresión física. Todo esto pasa factura a los profesores. El 78% de los usuarios malagueños reconocieron sufrir ansiedad, mientras que el 14% tenían una depresión causada por su situación en su puesto laboral.
Para Manzano, estos datos reflejan la pérdida de autoridad del docente debido a una «falta de valores» del alumnado y de las familias. No en vano, ocho preceptores denunciaron que sufrían constantes faltas de respeto en el aula. «Las cifras demuestran una subida de agresiones por parte de los padres, y si los padres no tienen respeto por nuestro trabajo, sus hijos van a aprender lo mismo», señala.
Descenso de casos graves
La Federación de Enseñanza de CC OO cuenta con su propio servicio de atención al profesorado. El teléfono de ‘CC OO te escucha’ (902 10 46 38) ofrece apoyo pedagógico y psicológico. Aunque no tienen aún cifras, indican que el número de llamadas descendió el curso pasado. «Lo que sí percibimos es una caída de los casos más graves, y creemos que es por el efecto disuasorio que tienen las últimas sentencias por la vía penal», afirma José Blanco, secretario de la Federación de Enseñanza a nivel andaluz.
Según estas sentencias, el profesor ya no está desprotegido, sino que se ve como una figura de autoridad pública en el ejercicio de su trabajo. Por eso, se juzgan las agresiones como delitos, y no como faltas, con lo que las condenas son mayores. Pero para Manzano, esa recuperación del papel de autoridad no debería recogerse solo en los tribunales, sino estar «tipificada por ley».
Durante el curso escolar 2009/2010 CC OO atendió cinco casos en Málaga de agresiones al profesorado que llegaron a los tribunales, como ya publicó este periódico. De ellos, uno fue por ataques físicos por parte de un alumno; otro, por ataque físico de un familiar del escolar; dos, por insultos, injurias o trato vejatorio de los estudiantes; y uno, por daños materiales a bienes del maestro. Mientras, en lo que llevamos de curso, el número de agresiones se limitan a dos, una por insultos e injurias de alumnos y otra por acoso por parte de los familiares.
Prevención de conflictos
Desde la Delegación de Educación el responsable en Málaga de Red Andaluza ‘Escuela: Espacio de Paz’ cree que el camino para reducir este tipo de casos es la prevención. «Existe un gabinete provincial de asesoramiento para la convivencia escolar y en los centros contamos con diferentes estrategias para solucionar pacíficamente los problemas», explica. Las figuras del alumno ayudante, la tutoría compartida y la mediación en la resolución de conflictos, dice, ya están dando resultados en los 292 colegios e institutos que forman parte de esta red.
Para atender a los docentes, Educación cuenta con un servicio para ayuda psicológica y jurídica. Pero, para Binaburo, se trata de un problema de educación en el que deben intervenir padres, profesores y alumnos. «Además, es imprescindible que los futuros profesores adquieran en las facultades herramientas para enfrentarse a estas situaciones y para saber gestionar el aula», indica. Unos cambios necesarios para educar a los ciudadanos del futuro.