Los conductores de Torrox (Málaga) que residen en la zona más rural del municipio parecen tener su propio código de circulación. Si hace sólo tres meses se percataban de la presencia de señales de peligro advirtiendo de la presencia de elefantes y cerdos volando en la zona de Manzano Alto, una nueva señal ha hecho estos días su aparición, para sorpresa de propios y extraños. Se trata de una nueva señal de peligro advirtiendo en este caso de la existencia de vacas voladoras.

De su autoría nadie sabe nada. Como tampoco se conoce su objetivo o si responden a algún tipo de protesta. Aunque una cosa está clara, no pasan desapercibidas para nadie, primero por su originalidad y segundo por la simpatía que despiertan entre los visitantes que circulan por los caminos y carriles en los que se encuentran instaladas. De hecho su presencia no ha motivado la presentación de ningún tipo de queja ni denuncia ante la Policía Local.

Todas tienen en común el hecho de tratarse de señales de peligro de gran tamaño, de las que existen en las autovías, y no de las que hay en los tramos urbanos, que son más pequeñas. Y además, todas parecen pintadas por el mismo autor.

El Ayuntamiento insiste en que no tiene nada que ver con la iniciativa. El Consistorio torroxeño señala que no instala señales en los caminos rurales, salvo que se trate de un punto especialmente conflictivo. La zona en cuestión no destaca por una densidad de tráfico excesiva ni por ser un lugar por el que los conductores circulen de manera alocada o temeraria. De hecho, el Ayuntamiento desconocía la existencia de este tipo de señales en su municipio.

Quienes se tropiezan con alguna de estas señales por primera vez tienden a pensar que se trata de una broma y que son obras de alguien de la zona que maneja bien el pincel y que tiene dotes artísticas, ya que no parecen haber sido pintadas de manera apresurada.

Para tranquilidad de los que se quieran adelantar por la zona de Manzano Alto, por fortuna hasta ahora ningún conductor se ha topado de bruces circulando por la zona con ninguna vaca ni con ningún elefante o cerdo volando, de manera que no hay nada que temer.