GT.- Atenas está a punto de renunciar a su condición de única ciudad capital de la UE sin una mezquita. La mezquita se construirá con un costo estimado de 1,1 millones de dólares, a expensas de los problemas de liquidez que sufren los contribuyentes griegos por las medidas de austeridad a que se ven sometidos.

El ministro de Relaciones Exteriores griego, Dimitris Avromopoulos ha confirmado que los planes para una mezquita en la capital de la nación están avanzando. Turkey Hurriyet Daily informó que el ministro griego admitió que “no deberíamos habernos demorado tanto tiempo”.

El viceministro de Relaciones Exteriores, Constantinos Tsiaras, admitió que la falta de una mezquita en Atenas “estaba poniendo a Grecia en una situación comprometida debido a las críticas de los países extranjeros”, según Balkan Space.

La crítica ha llegado de muchas partes. Un diplomático turco llegó a decir que “la construcción de una mezquita en Atenas es una cuestión de derechos humanos y de libertad de culto”.

Grecia ha sido objeto de una creciente presión externa para gastar fondos en proyectos que no benefician a los ciudadanos griegos. El ministro de Fomento, Stratos Simopoulos, declaró ayer a la BBC que “la crisis financiera es un problema” y pese a reconocer que “el gobierno tiene otras prioridades por ahora”, afirmó rotundo que “la mezquita debe construirse”.

Antonis Samaras rechazó una reciente oferta hecha por el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan, quien planteó la construcción de una mezquita en la capital griega a expensas de Turquía. Durante los 10 años que ha estado Erdogan en el poder, las construcciones de mezquitas en Turquía no han hecho más que crecer.

En total, 17.000 nuevas mezquitas se han construido en Turquía, pese a la oposición secular, que acusa a Erdogan de pretender “reislamizar” el país. En una reciente conferencia en las Naciones Unidas, Erdogan llegó a declarar: “Como en los casos del sionismo, el antisemitismo y el fascismo, la islamofobia se debe considerar un crimen contra la humanidad”.

Tsiaras informó que una vez que se haya construido la mezquita de Atenas, ésta pertenecerá al Estado griego. Sin embargo, gran parte del estado griego está en venta al mejor postor, con el fin de atraer fondos para pagar a los acreedores del país. No es por tanto disparatado pensar que la mezquita de Ateas, una vez finalizada a expensas del pueblo griego, podría convertirse en un activo para ser puesto a la venta y acabar en manos de un gobierno islámico.

Muchos sectores de la sociedad griega dicen no entender que, pese a los recortes que padecen, el Gogierno heleno se embarque en una operación urbanística que no traerá beneficios a ningún ciudadano griego. Algunos incluso sospechan que la operación urbanística habría sido sufragada por algún país islámico para la posterior compra del templo.