Asturias de mis amores, la de siempre
Francisco Alamán Castro.- A Cascos le temen y le huyen, como las cucarachas a la luz, todos los que en Asturias han medrado hasta ahora a la sombra del PSOE, el diario La Nueva España, sangrando a la televisión del Principado, la televisión del Principado sangrando al Principado y así hasta el infinito.Le temen los absolutos inútiles del PP, porque sí alguna vez manda Cascos en el PP, los echará a patadas.Y le temen terriblemente todos, porque lo primero que hace cuando llega a un sitio, ha cogido esa manía, es pedir las cuentas, y esto es lo peor que puede pasar, desde siempre, en nuestra Asturias del alma.
Verbigracia el Niemeyer:Llegó Cascos a Avilés, vio el Centro Niemeyer, le gustó, dijo ¡coño! Que bonito, ¿de quien es? Le dijeron: del Principado.¡Ah sí! Que me echen las cuentas.Y se armó la marimorena, la alcaldesa de Avilés, PSOE, montó en cólera ¿Las Cuentas? ¡Que fascista, pedir esas cosas tan raras entre nosotros los socialistas! Respondieron los socialistas astures a coro ¡¡Fascista!! ¡¡ Fascista!!Les siguieron los de IU gritando, son pocos y tienen que gritar para que les oigan, ¡¡¡Fascista!!! ¡¡¡Fascista!!!
Los el PP, más comedidos, no gritaron nada, pero murmuraron entre ellos, ¡¡¡¡este tío nos larga!!!!Y esa es la historia. Triste historia.
La de siempre a partir de los Reyes Caudillos.