El liberalismo australiano defiende que el testamento entre musulmanes se ejecute mediante la ley islámica
N.D.- El Corán es muy claro. En asuntos legales, el testimonio de un hombre vale por el de dos mujeres. O, dicho de otra forma, el testimonio de una mujer, vale la mitad que el de un hombre. La aleya 282 de la azora 2 ha sido tomada como base por la sharia en otras derivaciones. Por ejemplo, en las herencias. Una mujer debe heredar la mitad que su hermano. En Australia, una joven musulmana se ha rebelado contra el testamento de su madre que la concede la mitad de bienes que a cada uno de sus hermanos masculinos. Busca amparo en la ley civil general frente a la sharia que se aplica en su caso. El Partido Liberal de Australia, de centro derecha, apoya a las organizaciones islámicas que exigen respeto para sus creencias religiosas incluso en asuntos legales como el ahora planteado.
Desde los graves disturbios de 2005, los musulmanes australianos han venido planteando desafíos menos violentos, pero desde luego más ambiciosos. Como en otros lugares, se trata de no hacer demasiado ruido e ir consiguiendo en la sombra tratos especiales para su comunidad por los que esta se rija por sus propias leyes religiosas y no por el derecho común del país.
“Sistema legal paralelo”
Las organizaciones islámicas blanquean el proceso mediante una intensa campaña de relaciones públicas en los medios. Sus líderes aseguran que no se trata de cortar manos, sino de que los musulmanes puedan dirimir asuntos civiles de acuerdo a la ley islámica, siempre que no entren en colisión con los principios generales del país. El caso es que ‘sí’ entran en colisión y hasta en colusión.
Estudios académicos independientes constataban a mediados del año pasado que la sharia se había convertido ya de hecho en un “sistema legal paralelo en la sombra” (ND), de la misma manera que ha sucedido en el Reino Unido, donde los acuerdos de ‘tribunales islámicos’ privados son sancionados por las leyes generales siempre que las partes se hayan puesto de acuerdo en someterse a su ‘jurisdicción’. Una vez conseguido este objetivo, el siguiente entre los musulmanes australianos es el de la defensa de la ley islámica ‘incluso’ para asuntos civiles donde se da una clara colisión con las leyes generales, quizás con la vista puesta en próximos objetivos, como la aceptación de la ley islámica en determinados asuntos penales como también sucede ya en el Reino Unido.
El Tribunal Supremo de Australia se encuentra viendo el caso de una joven musulmana que se ha rebelado contra el testamento firmado por su madre, una mujer anciana, ya fallecida, que nunca supo leer ni escribir ni tan siquiera el kurdo, su idioma materno. Y, por supuesto, tampoco el inglés, a pesar de haber vivido décadas en Australia tras emigrar desde Turquía.
La mitad que nosotros para vosotras
En 2002, dos de sus hijos, Mohamed y Mustapha, descubrieron que su madre no había testado. Pidieron una plantilla de testamento a un imán local que se la entregó redactada de acuerdo a los principios islámicos por los que una mujer hereda la mitad que cada uno de sus hermanos masculinos. Los dos hijos se las arreglaron para que, también de acuerdo a la ley islámica, un testigo -un hombre, el propietario de un restaurante árabe- estuviera presente mientras la madre firmaba el documento, redactado también en árabe, idioma que tampoco leía la mujer y que hablado entendía de forma muy fragmentaria. Más tarde, fue ingresada en una residencia tras mostrar lo que sus hijos aseguran eran claros signos de demencia senil y allí terminó muriendo años después.
Una de las hijas de la mujer exigió entonces que la herencia -una casa familiar y algunas otras propiedades financieras, que son las que se encuentran en el centro de la batalla legal, se repartiera en partes iguales entre los hermanos, fueran estos hombres o mujeres. Esta mujer se rebelaba contra un testamento que la concedía a ella la mitad de los bienes que a cada uno de sus hermanos masculinos. Estos argumentaron que, incluso si la madre no hubiera rubricado el testamento, la herencia debe ser dividida de acuerdo a los principios islámicos. La hermana respondió entonces que eso debería ser cierto en un país confesionalmente islámico, y Australia no lo es. ¿O si lo es?
De inmediato, las organizaciones islámicas aparecieron para exigir que se respetaran las normas y costumbres musulmanas también en asuntos de reparto de herencias. Pero, sobre todo, volvió a aparecer el espectro de lo que, en realidad, ya se sabía: desde hace años, la comunidad musulmana arregla sus asuntos legales de acuerdo a la sharia. Los abogados -musulmanes- que apoyan -y se lucran- de esta práctica también la defienden a muerte. ¿Y cómo justifican que una hija herede la mitad que su hermano?
“Coexistir con el derecho general”
Los hombres heredan el doble que sus hermanas porque ellos tienen la obligación de sostener financieramente a la familia, mientras las hijas solo tienen que cuidarse a sí mismas. Esto es lo que decía uno de los principales despachos ‘especiales para musulmanes’ que algunas grandes firmas legales han abierto. Imran Khan, uno de estos abogados de la sharia, admite que sí, que “hasta cierto punto los hombres se llevan más que las mujeres, pero eso es debido a que también tienen ellos responsabilidades adiccionales”.
La fiscal general, Nicola Roxon, apareció entonces declarando que “no hay lugar para la sharia en la sociedad australiana”. “El gobierno australiano rechaza con contundencia cualquier propuesta para su introducción, incluyendo asuntos relacionados con los testamentos y las herencias”. Y entonces, como cabía esperar, las organizaciones musulmanas redoblaron su campaña de relaciones públicas para sostener que la sharia “puede coexistir” con la ley occidental en Australia. Con la lección ya bien aprendida, de nuevo insistieron en que no se trata de cortar manos, sino de que los musulmanes arreglen entre ellos sus asuntos de matrimonio o herencias de acuerdo a sus principios religiosos. Se trata de admitir el “pluralismo legal”, esto es, la multiculturalidad jurídica.
Las cartas de los lectores comenzaron a llegar a los periódicos exigiendo que no se abra espacio en Australia para la ley islámica. Pero la oposición liberal no se manifestó de acuerdo con estas exigencias. Para George Brandis, portavoz en temas legales del Partido Liberal -en la oposición del gobierno laborista encabezado por la primer ministra, Julia Gillard-, sí hay sitio para la sharia en el país porque la ley islámica sería “compatible” con el derecho general de la misma forma que son compatibles temas como las prácticas alimentarias o de vestuario.
Un liberal del multiculturalismo jurídico
“Nuestras leyes se basan en la presunción de que las personas tienen derecho a escribir su testamento de la forma que deseen, aunque sometidos a ciertos requerimientos formales”, declaró Brandis. Las declaraciones del político del Partido Liberal se producían precisamente pocos días después de que las autoridades de Nueva Gales del Sur intentaran una vez más forzar mediante nuevas normas que las mujeres musulmanas que porten velos completos se descubran a requerimiento de agentes de policía para su identificación.
Pero, en todo caso, el liberalismo australiano -cuyo partido político es de alternancia en el gobierno- ya ha dicho su última palabra sobre el caso de los testamentos y las herencias, sin duda receptivo a las exigencias de la comunidad musulmana para que también se respete su derecho al “pluralismo legal” que, por otra parte, ya se ejecuta en la sombra de los despachos halal abiertos por las compañías jurídicas fundadas por infieles a todo menos a las minutas.
“Una mujer debe heredar la mitad que su hermano” y las feministas no ven en ello ningún “recorte” en sus derechos, es más no las he oido ni dar la noticia en el Telediario, pero sí (y con cara seria) la del cura que osó hablar del problema de Exc y su promoción de la homsexualidad entre menores heterosexuales.
También dan las noticias de los robos de niños durante el felipismo (ellos le lalman franquismo, saben que la gente no se entera)