Las personas que dan prioridad al dinero suelen estar poco satisfechas con su matrimonio, afirma un estudio de las Universidades de Brigham Young y William Patterson.

La investigación publicada por Time revela que los materialistas, es decir aquellos que valoran por sobre todas las cosas el tener dinero y las bienes materiales, no son felices con sus cónyuges, en comparación con aquellos casados que son menos materialistas. Estas parejas son de un 10% a un 15% más estables en sus relaciones y presentan mejores indicadores de calidad en ellas.

El materialismo perjudica al menos en tres formas la vida familiar. En primer lugar, como consecuencia de esa obsesión monetaria se gasta el dinero irresponsablemente, lo que allana el camino para que surjan tensiones.

En segundo lugar, el proceso de ganar y gastar dinero absorbe practicamente la mayor parte del tiempo y la concentración, dejando siempre en segundo término las relaciones personales. Además, en tercer lugar, la pareja materialista presta menos atención a su vida íntima al buscar la felicidad en los bienes y no en las personas.

“El materialismo está relacionado con una comunicación menos eficaz, un mayor nivel de conflictos negativos, una menor satisfacción en las relaciones y una menor estabilidad en el matrimonio”, dijo Jason Carroll, el autor principal de la investigación donde participaron más de 1.700 parejas. “Esto significa que dedican menos tiempo y energía a tener éxito en su matrimonio”, concluyó Carroll.