Jonathon.- Sascha Bailey, de 30 años, hijo modelo del famoso fotógrafo británico David Bailey, anunció el nacimiento de su hijo el 7 de septiembre en Instagram. Hace apenas tres años, Bailey sufría de disforia de género y planeaba «transicionar» a mujer. De haberlo hecho, probablemente habría destruido su fertilidad para siempre.

Bailey y su novia Lucy Brown, exasistente del activista Tommy Brown, le pusieron al pequeño Wolfgang Robert Bailey. «Wolfgang iba a ser mi nombre, pero mi padre lo vetó», declaró Bailey al Daily Mail . «Siempre lo quise, así que ahora lo paso». En una foto de su hijo en Instagram, Bailey escribió: «Literalmente, ya no hay nada más importante en el mundo para mí».

En 2022, lidiando con una profunda depresión y el fracaso de su matrimonio con la abogada japonesa Mimi Nishikawa, Bailey planeaba «cambiar de sexo» y someterse a una terapia de reemplazo hormonal (TRH). Llegó incluso a conseguir una receta de hormonas femeninas tras una consulta de tan solo diez minutos con un médico.

“Me sentí completamente perdido. No quería estar viva”, dijo Bailey. “Me convencí de que debía ser transgénero, de que estaba viviendo la vida equivocada en el cuerpo equivocado. Sentía que era la única salida. Simplemente me detuve y pensé: espera, esto no está bien. Esto es un trauma. No necesito un nuevo cuerpo; necesito entender por qué siento dolor”.

Fue una pregunta de Brown, junto con algunas preguntas directas de su padre, lo que lo hizo cambiar de opinión. «¿Qué pasará cuando empieces la terapia de reemplazo hormonal?», le preguntó Brown. Como lo describió en sus memorias, «Intenta golpear la piscina» :

Junto con mis planes de transición, llevé un estilo de vida bastante saludable. No bebía mucho ni fumaba, pero a medida que el deseo de ser trans empezó a desvanecerse, estos hábitos volvieron.

Hacia la noche, Lucy llegó y todo cambió. Hablamos un rato sobre mis planes y ella me repitió lo que le decía.

“¿Qué pasará cuando comience la terapia hormonal sustitutiva?”

“Bueno, dentro de unos meses, empezarán a crecerme los pechos, mi grasa se redistribuirá y me volveré infértil”.

Como Bailey declaró al Daily Mail: «Lucy me salvó la vida. Me ayudó a sentirme de nuevo enraizado. Como si no estuviera roto». Desde que describió su plan de transición —y su decisión de último minuto de no llevarlo a cabo—, decenas de personas que se han destransicionado se han puesto en contacto con él. Se sometieron a los «tratamientos», sufrieron graves daños como consecuencia y ahora son ignorados por el sistema sanitario, que tanto ansiaba facilitarles la transición.

“Muchos se arrepienten”, dijo Bailey. “Pero el sistema no quiere saber nada de ellos; los tratan como si fueran una molestia”. Si su hijo se declarara trans, añadió, “obviamente estaría totalmente en contra. No puedes hacerte un tatuaje. No puedes cambiar de género. Es así de simple. Los niños no tienen control sobre sus vidas. Así que los cuidamos”.

Preguntas e historias desgarradoras de quienes han comenzado el proceso de «transición» enfatizan lo que Bailey podría haber enfrentado si hubiera seguido adelante con la terapia de reemplazo hormonal. Un usuario, que se había sometido a la castración, preguntaba desesperadamente cuándo sus nuevos genitales sintéticos comenzarían a funcionar como un órgano normal.

Otro usuario se describió como una «mujer trans posoperatoria» que no puede recuperar sus genitales preoperatorios, pero que ahora está «atrapada así» y «buscando consejo porque esto me lleva a menudo al suicidio pasivo». El joven comentó que la cirugía lo ha mutilado tanto que no puede tener sentimientos físicos. Puede que aún no se haya dado cuenta del todo, pero eso será así el resto de su vida. Los procedimientos de «transición» lo han destruido, porque le mintieron, y él creyó a quienes le mentían. Este es el destino del que Bailey escapó por poco, pero al que tantos otros jóvenes se han visto obligados a enfrentarse. No habrá segundas oportunidades ni hijos para muchos de ellos.

Deberían imponerse largas penas de prisión para quienes perpetraron estos crímenes.