Jorge Sanz Casillas- La Policía Nacional detuvo este miércoles a un aficionado del Real Oviedo por dedicar gestos racistas al delantero del Real Madrid Kylian Mbappé. Este hombre, que imitó los sonidos y el movimiento de un mono, está a disposición judicial y fue propuesto para sanción por infringir la Ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte, que prevé multas de 60.000 a 650.000 euros para las faltas muy graves. Si sale condenado, además de un picotazo en la cuenta corriente, este ‘aficionado’ será oficialmente un delincuente, que es lo que ocurre cuando te saltas la ley, te pillan y no eres separatista catalán y tienes siete votos para Sánchez.

Viene esta digresión a cuento de lo que llevamos días viendo en La Vuelta a España. Lo primero que hay que decir es que no todas las formas de protesta son respetables, de la misma forma que no todas las opiniones lo son. Lo que yo pueda decir sobre el funcionamiento del cigüeñal de un tractor no es respetable porque no tengo ni puñetera idea de cómo funciona el cigüeñal de un tractor. Pues lo mismo ocurre con todo este tinglado: si tus principales hitos son mutilar tres etapas y provocar el abandono por caída de un ciclista manchego (que pedalea para un equipo navarro) permíteme decir que tu protesta es completamente fallida. Ni has conmovido a Netanyahu (risas enlatadas) ni seguramente hayas sumado partidarios a tu causa, que ahora te verán como lo que eres: un asaltante de caminos fácilmente denunciable porque tu delito está grabado (como el del aficionado del Oviedo). Eres una golosina para cualquier abogado con ganas de crujirte vivo.

Seguramente pensarán que han tenido mucha repercusión, motivados por esa tiranía de los likes y las views en la que vivimos, pero La Vuelta terminará e Israel seguirá dejando Gaza como un solar. Netanyahu reventará mañana la casa de algún inocente y en tu haber tendrás un eucalipto partido y los muslos en carne viva de Javier Romo, al que uno de tus agitadores tiró al suelo al demostrarse incapaz de caminar sobre dos piernas, lo que da buena medida de las capacidades de tu cuadrilla. Has utilizado la masacre de Gaza como excusa para delinquir. Y nada más. El derecho de manifestación pacífica (importante el adjetivo) no está por encima del derecho de La Vuelta a celebrarse. Y el que no entienda esto es un totalitario, empezando por el Gobierno de España, que en vez de garantizar la ley y el orden (su deber) ha dicho a los judíos que se piren.

Ahora dirán que en mi conciencia me llevo los niños muertos y las familias hambrientas. Pero es que no va de eso. No se trata de elegir entre ciclistas heridos o niños asesinados, como pretenden que hagamos. No hay por qué hacerlo. Se trata de discernir si tu método de protesta está siendo útil (no) o delictivo (salta a la vista).