Centro de menores inmigrantes de Hortaleza en Madrid

No quiere dar la cara ni que se conozca su nombre. Está llena de angustia y temor. Jamás se imaginó que se enfrentaría a algo así. Le faltan herramientas para manejar la situación y aliviar los terrores que persiguen a su hija. La menor, a sus escasos 14 años, ha vivido en primera persona un intento de violación. Todavía nota en su garganta las manos del salvaje que además intentó ahogarla.

La adolescente no quiere salir de casa y cuando lo hace tiene que ser acompañada y mira hacia todos los lados. Desconfía de cualquier hombre, más si es joven. «Ella todavía no está para hablar del tema. Ella me ha contado poquito. Poco a poco me va contando lo que pasó», explica por primera vez la madre en una entrevista a Código 10. Este individuo se la llevó detrás de un arbusto».

Ella no le acompañó de forma voluntaria: «La cogió del cuello, le hizo el mataleón para dejarla inconsciente y hacerle lo que él quisiera hacerla. Se tumbó encima e intentó abusar de ella bajándole los pantalones y ahogándola. ¡Ahogándola! La niña está viva de milagro. Porque se defendió. La niña llegó a morderle el labio y él no pudo penetrarla».

La madre de la joven explica que salvó la vida de milagro, porque gritó pidiendo ayuda. «Una vecina al escuchar los gritos llamó a la Policía. Mi madre, su abuela, la empezó a buscar. La llamaba a gritos para ver dónde estaba. Él, supongo que al oírlo todo, se escondió detrás de un arbusto. En seguida se presentó la Policía Nacional y lo cogió».

El menor inmigrante, de 17 años, se justificó ante los agentes y aseguró que la relación sexual era consentida. Esa es su defensa. «¿Consentido va a ser?», se queja llena de indignación la madre. « ¿Y lo intenta haciéndole un mataleón? ¿Consentida y la intenta ahogar? ¿Y le baja los pantalones sin permiso? ¿Cómo va a ser consentido? Que mi niña es virgen, eh, aparte que tiene 14 años».

El asalto ha tenido graves consecuencias en el plano mental: «Ella está psicológicamente mal. No quiere volver al instituto. Está en casa metida todo el día. Tiene miedo de salir a la calle porque vive enfrente del centro. Se siente, encima, avergonzada aunque es muy luchadora. Está mal, está hundida. Mi madre, su abuela, sigue en shock. Ella no hace más que llorar y ella se lo guarda todo también para no hacer sufrir a la niña. Y yo estoy muerta en vida, esto me ha pillado a mí que me ha matado en vida».

La madre de la menor de 14 años se queja de lo sucedido y lo hace con toda la razón: «Este individuo ya venía con antecedentes de agresión sexual. Le cambiaron de centro y le trajeron aquí. ¿Qué hacía este personaje rondando por ahí libre? El dolor que yo estoy pasando y que mi hija está pasando no tiene precio. Yo quiero que este hombre cumpla, cumpla lo que tenga que cumplir. Que esté en prisión y luego expulsión. Pero que no vuelva nunca».

Su voz es una más entre los vecinos de Hortaleza, hartos de la inseguridad del barrio que según dicen tiene como epicentro el lugar donde están internados los menores extranjeros no acompañados. «Han robado, han pegado, han presuntamente violado. Han robado a ancianitas, roban teléfonos, se ponen en manadas, aspiran pegamento… ¿Qué más? ¿Qué más tenemos que esperar? Nosotros, si vamos a pasar por la zona para cruzar, tenemos que rodear porque hay un grupo ahí que a ver lo que te hacen. Que es que te rodean, se esconden y salen todos a la vez y siempre a por las mujeres. A ver, ¿qué culpa tiene la niña? Mi hija se tiene que esconder, no puede ir ni por un sitio ni por otro… ¡Pero bueno! ¿A dónde hemos llegado? Yo lo que quiero es buscar una solución para que esto no vuelva a pasar. Quiero que este centro se vaya del barrio, que se lo lleven fuera, que estén controlados. Que no se lleven a otro barrio y los quiten de un barrio a otro, no. Que se vayan fuera. A una zona descampada o como ellos quieran pero fuera, fuera de la ciudad y de los colegios. Quiero recoger firmas y que este centro lo cierren y se lo lleven a otro lado».