Jonathon. – Mientras los grupos progresistas denuncian la purga continua de la ideología de género de la administración federal y el creciente empuje contra la agenda transgénero en el Reino Unido, las medidas de represión contra la disidencia de la ideología de género continúan en otros países.

En Brasil, una administradora de la universidad y una conserje femenina se enfrenta hasta cinco años de cárcel por el delito ficticio de racismo social después de ser denunciada a la policía por transfobia por un estudiante que se identifica como artista llamado «Odara- Moraes», furioso después de que le pidieran que usara el baño masculino el 14 de octubre de 2022 en la Universidad Federal de Paraíba.

Moraes entró en uno de los baños femeninos del campus, claramente identificable como hombre, con una camiseta y una minifalda. Moraes fue interpelado por una conserje que se fuera. A pesar de que se le pidió educadamente sin cometer ningún delito, Moraes acudió rápidamente a la policía para quejarse de sufrir transfobia.

Como Reduxx informó: “Ese día, yo era refuerzo. Tenía un departamento fijo, pero había pedido que me colocaran en reserva técnica como personal flotante para poder trabajar en diferentes áreas del campus y hacer nuevos amigos, explica Luiza. Trabajé en la Universidad durante casi nueve años, y nunca había experimentado un problema como este antes. Siempre fue el baño de mujeres y el baño de hombres.

“No quería ofender a nadie o herir a nadie. Le hablé cortésmente, pero me sentí molesta. Porque era un espacio femenino, no uno masculino. Simplemente estaba hablando de un hecho, de un derecho, de mi derecho como mujer a defender nuestro espacio, un espacio femenino. Nunca había visto algo así antes, un hombre usando un baño de mujeres”, dice. Pero Moraes se volvió inmediatamente combativo, sacando su teléfono para empezar a filmarla y llamarme «transfóbica». También le exigió que se refiriera a él con pronombres femeninos.

Morales exigió hablar con la administración del campus y fue llevado a la oficina de Luiz Adripaulo, director administrativo de la universidad; en el camino, Moraes continuó acusándola repetidamente de transfobia. El encuentro con Adripaulo no hizo más que aumentar su enfado:

Adripaulo intentó desescalar la situación, pero Moraes se negó y en cambio afirmó repetidamente que llamaría a la policía y presentaría cargos contra Luiza por «transfobia» -un delito en Brasil. Inseguro de qué hacer, Adripaulo le preguntó a Moraes si tenía algún documento legal que probara que era una mujer, pero Moraes respondió que su palabra debería ser simplemente suficiente. Después Moraes salió de la oficina gritando que había sido discriminado.

El 18 de octubre de 2022, tanto Adripaulo como Luiza fueron informados por la policía que estaban siendo investigados por transfobia. En mis 41 años, nunca había puesto un pie en una estación de policía en mi vida. Era la primera vez. Y estaba preocupado – pensé en mis hijos, mi familia. Era el tipo de preocupación que cualquier padre tendría. Nunca imaginé que algo así me pasaría a mí, le dijo Luiza al medio Reduxx.

Adripaulo coincidió. “Llegué al trabajo sintiéndome desanimado, casi enojado, luchando para evitar la depresión y no transmitir la presión psicológica y emocional que estaba experimentando a mis subordinados. Me distraí de mis actividades de trabajo y me retrasé en muchas tareas. La amenaza de ramificaciones legales simplemente por afirmar la verdad observable y biológica era desconcertante y desorientadora para ambos”.

Las acusaciones de Moraes se convirtieron en el catalizador de una campaña más amplia de acoso, con activistas Trans en el campus, probablemente bajo la instrucción de Moraes, difundiendo la acusación de que Adripaulo era fascista y pintando spray fuera de su oficina. Luiza también sintió la reacción. En realidad vi a mucha gente empezar a distanciarse de mí. Ningún compañero de trabajo me apoyó para no decir que estaba bien o mal, nada. Todos los que se me acercaron dijeron que estaba equivocada. Que no debería haber hablado, que no debería haberme involucrado, que hubiese dejado usar el baño a el o ella.

A principios del año siguiente, el contrato de Luiza no fue renovado por el tercer empleador con el que trabajó. Por primera vez en casi 10 años, de repente se quedó sin trabajo.

“No lo sé. Realmente no sé si eso es por qué todavía estoy desempleada. Incluso he solicitado el desempleo, pero todavía nada. Y también tengo una hija de cinco años. Es difícil encontrar un trabajo porque sólo puedo trabajar durante las horas que ella está en la guardería de 7 a.m. a 4 p.m. Y no hay muchos trabajos con esas horas, dijo Luiza. De lunes a viernes es especialmente difícil. Mi marido trabaja, mi hijo también trabaja. No tengo a nadie que cuide a mi hija.

“Emocionalmente, mi familia y yo estábamos devastados, no sabíamos cómo reaccionar. Mi esposa llora en las primeras horas de la mañana; Un día me desperté, ella estaba llorando en el sofá. Adripaula le dijo a Reduxx. Hice un tremendo esfuerzo para no dejar que mis hijos y mi esposa noten en qué estado emocional estoy ahora mismo”.

Ambos fueron acusados en octubre de 2024 de los prejuicios agravados y el racismo social. Reduxx señala que es un delito creado por la Corte Suprema de Brasil en 2019 cuando determinó que la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género estaba de hecho cubierta por leyes antidiscriminatorias ya preexistentes relativas a la raza o al origen nacional. Su juicio comenzó en marzo de 2025; se espera una decisión pronto. Como se señaló anteriormente, su «transfobia» podría dar lugar a penas de prisión de dos a cinco años. Los dos están siendo asistidos actualmente por la organización de derechos de la mujer MATRIA Brasil, que busca defender los espacios segregados por sexo.

Los grupos progresistas y las principales organizaciones de medios de comunicación, mientras tanto, no se han expresado sobre estos procesos políticos. CNN recientemente lamentó el hecho de que la administración Trump está adoptando un enfoque «gubernamental» para erradicar la ideología de género. No se menciona, por supuesto, el enfoque «gubernamental» para implementar la ideología de género, engañando y perseguiendo a la gente bajo las nuevas reglas de una ideología de la que casi nadie había oído hablar hace dos décadas.