Un video, que se hizo viral en redes sociales, muestra una escena que recuerda a las ejecuciones en manos de extremistas islámicos. En ella se observan a cinco hombres armados, mientras que otras tres personas están arrodilladas y encapuchadas. “Tenemos un mensaje para Estados Unidos”, dicen. Acto seguido, revelan que uno de los “rehenes” es un turista, quien exclama sonriente: “¡Bienvenido a Afganistán!”. El clip audiovisual supera las 192.000 vistas en el canal de Youtube llamado @afghanarabc y revela la necesidad urgente de conseguir turistas.

Los talibanes quieren atraer visitantes por distintos motivos, entre los que se incluyen ingresos económicos y reconocimiento internacional. No es un secreto que el país atraviesa una profunda crisis que hasta fines de 2022 sumía al 85 % de los afganos en la pobreza, según estimaciones de la ONU. Aunque el video en cuestión no parece estar vinculado directamente a alguna institución oficial, la cuenta que lo difunde sí podría estar relacionada con medios alineados con el régimen talibán. Además, coincide con la urgencia de los extremistas por recibir turistas extranjeros.

El viceministro de Turismo, Qudratullah Jamal, pronunció estas palabras: “El pueblo afgano es cálido y acogedor y desea recibir a turistas de otros países e interactuar con ellos”, en junio pasado durante una entrevista a Associated Press.

La afirmación resulta irónica cuando las violaciones a los derechos humanos están a la orden del día, especialmente contra las mujeres del país, quienes perdieron acceso a la educación secundaria y universitaria. No pueden ingresar a parques o gimnasios, al mismo tiempo que los salones de belleza quedaron prohibidos y el uso del velo islámico es obligatorio. Por ende, aún con la difusión del video que apela al humor, vale la pena preguntarse ¿es seguro viajar a Afganistán? ¿Se trata realmente de una apuesta turística o de una maniobra desesperada por mejorar su imagen?

El turismo como herramienta de propaganda
Desde que regresaron al poder en el año 2021, tras la apresurada retirada estadounidense que ordenó la Administración de Joe Biden, los talibanes tomaron decisiones que afectaron la productividad económica. Por ejemplo, apartar a las mujeres de sus trabajos, restando mano de obra calificada. Por otro lado, quedaron aislados ya que ningún país reconoció formalmente al nuevo régimen como gobierno legítimo.

Entonces, es acá cuando el turismo aparece como fuerte maquinaria de propaganda. De hecho, lo hacen otros regímenes, como el norcoreano, que construye ciudades fantasmas y un balneario para lavar su imagen. Como resultado, los talibanes permiten la difusión de este video, mostrando a un hombre haciendo dominadas desde el cañón de un tanque destruido y a otro nadando en el imponente Parque Nacional Band-e-Amir, mientras porta un rifle de asalto. Son “ganchos” para mostrar los atractivos naturales y turísticos del país.

El Ministerio de Turismo talibán no esconde que el turismo es un “motor económico”, pero en sus palabras está el objetivo intrínseco de proyectar una imagen más positiva y “normalizar” su régimen ante el mundo.

Incidente en Bamiyán contra turistas españoles

El número de turistas que llegaron a Afganistán en 2024 ascendió a casi 9000 visitantes. Este año la cuenta apunta a 3000 entre enero y marzo, según fuentes oficiales. Hay un leve repunte, pero países de todo el mundo temen que sus ciudadanos aterricen en este territorio.

Y es que además de todos los factores negativos provocados por los talibanes, tres ciudadanos españoles murieron en la ciudad de Bamiyán el año pasado por el ataque de una filial del Estado Islámico. Aunque los visados para entrar a Afganistán se volvieron más sencillos de tramitar, paralelamente abundan las alertas. El Departamento de Estado de Estados Unidos mantiene desde el 13 de enero una alerta nivel cuatro para “No viajar”. El Foreign Commonwealth & Development Office (FCDO) de Reino Unido actualizó su alerta en junio. Una decisión similar tomaron Finlandia, Alemania, Australia, Canadá y Nueva Zelanda.Recetas estadounidenses

Es decir, a los talibanes les queda recorrer un largo trecho entre ataques por terrorismo, secuestros, pobres condiciones sanitarias y falta de ayuda consular a extranjeros.