La alimentación es uno de los factores de los que va a depender nuestro rendimiento en todo tipo de acciones físicas. Y, por ese mismo motivo, no resulta sorprendente que su importancia en el campo del deporte sea elevada. Durante mucho tiempo ha sido un aspecto un tanto descuidado por puro desconocimiento, aunque cada vez se sabe más acerca de esta disciplina. Veamos, a continuación, los motivos por los que la alimentación juega un papel tan relevante a la hora de practicar deporte, tanto para optimizar el rendimiento como para mejorar el bienestar del individuo, y las fases que debemos tener en cuenta.

La nutrición deportiva, una disciplina a considerar

Cuando hablamos de nutrición deportiva, estamos haciendo referencia a un aspecto de la alimentación que se centra, especialmente, en aquellas personas que practican un deporte con de forma habitual o con cierto nivel de profesionalidad. De este modo, el deportista en cuestión puede ser guiado para que sepa qué alimentos debe ingerir en determinados momentos, y el motivo de ello.

Quien practica un deporte, después de todo, requiere seguir un entrenamiento adecuado y pautado, pero también una alimentación concreta. Esto servirá para potenciar el metabolismo y mejorar el rendimiento físico. Además, esta alimentación también debe adaptarse a las fases de descanso.

La suplementación como aliado de la nutrición

Por supuesto, una correcta alimentación suele tener en cuenta alimentos frescos y deja de lado los procesados para dar prioridad a la ingesta de determinados nutrientes. No obstante, cada vez es más habitual recurrir a diferentes suplementos para facilitar el consumo de vitaminas, minerales y otros elementos. Lo más recomendable, si vamos a ayudarnos de este tipo de suplementos, es contar con una marca dedicada a crear suplementos específicos para deportistas de confianza, ya que será a través de ella donde podremos adquirir productos de calidad que realmente nos ayuden

Diferentes fases de la alimentación deportiva

A la hora de planificar la nutrición para practicar deporte, hemos de diferenciar en qué momento nos encontramos, ya que los alimentos necesarios serán diferentes. Por eso, podemos hablar de dos fases diferenciadas: la de alimentación precompetitiva y la postcompetitiva.

La alimentación precompetitiva, como su nombre indica, será la que seguiremos cuando nos preparamos para competir. Por eso, debe ser una dieta rica en líquidos y en carbohidratos. Estos últimos deberían estar especialmente presentes durante los períodos más intensos del entrenamiento, sobre todo si hablamos de hidratos complejos, como la pasta, el arroz o las legumbres. El objetivo, por supuesto, será mantener llenos los depósitos de glucógeno, lo que nos aportará la resistencia que necesitamos.

La alimentación postcompetitiva, por otro lado, será la que nos permita recuperarnos del esfuerzo realizado. Hay que tener en cuenta que habremos acumulado ácido láctico y radicales libres, así que los vegetales serán nuestros aliados. Las verduras, la fruta fresca y los zumos serán excelentes opciones durante esta fase. Por supuesto, la hidratación también será crucial, ya que habremos perdido mucha agua. Además, las frutas y las verduras contienen micronutrientes antioxidantes que ayudarán a revertir el deterioro físico.

La alimentación, pues, será un elemento que nos ayudará a prepararnos para la práctica del deporte, pero también contribuirá a la recuperación tras haber competido. Por eso, este aspecto es cada vez más tenido en cuenta en ámbitos profesionales, aunque los deportistas amateurs no deberían dejarlo de lado.