Gilad Atzmon.- El 7 de octubre, Israel sufrió una espectacular humillación militar. Fue tomado completamente desprevenido. Su frente sur colapsó. Sus centros de mando fueron tomados por combatientes de Hamás. Sus batallones terrestres fueron aniquilados, el ejército no defendió los asentamientos en la Franja de Gaza y, por si fuera poco, el ejército aplicó la famosa Directiva Aníbal (*) y es responsable de un número importante de muertes entre civiles israelíes. Todo esto es ahora conocido y ampliamente reconocido en Israel y en el extranjero.

En los Estados organizados modernos, los líderes militares responsables de un error militar tan atroz serían inmediatamente relevados de sus deberes. Desde la mañana del 8 de octubre, Israel debería haber despedido a su jefe de estado mayor, al jefe de los servicios de inteligencia, al director general del Shabak y del Mossad, al comandante del frente sur y a muchos otros militares de todos los rangos involucrados en este vergonzoso fiasco. Naturalmente, el Ministro de Defensa también debería haber reconocido que no era apto para ocupar este cargo y presentar su dimisión.

Nada de esto sucedió. El resultado es un desastre en marcha, no sólo para Israel, sino también para toda la región. Lo que vemos es un grupo de israelíes sin talento presionando para que se intensifique una guerra con implicaciones catastróficas.

El 7 de octubre, Israel declaró el estado de guerra. La élite militar y política responsable del mayor fiasco en la historia de Israel ha prometido “destruir a Hamás militar y políticamente”. Los oficiales de inteligencia y estrategas que no entendieron el movimiento Hamás prometieron destruir aquello de lo que claramente no sabían nada. Lo que ocurrió después fue obvio: en un intento desesperado por salvar su reputación, la élite militar menos talentosa de Israel lanzó una batalla de aniquilación contra la población de Gaza. Casi dos meses después del inicio de la guerra, Israel ha reducido Gaza a cenizas y ha matado a miles de civiles, en su mayoría niños, mujeres y ancianos. Israel ha expuesto su verdadera naturaleza desastrosa, pero no se ha logrado ningún objetivo militar.

De hecho, Hamás ha demostrado ser más resistente y poderoso que nunca. Dominó la escena de los combates en Gaza. El progreso israelí en Gaza ha sido muy lento. Hamás sigue siendo la fuerza política dominante en Gaza, quizás más popular que nunca. Más preocupante para Israel es el hecho de que Hamas en realidad domina la resistencia regional y el ritmo al que se despliega. Sin embargo, mientras la espiral de fracasos israelíes crece exponencialmente, ningún general israelí es relevado de sus deberes, ningún ministro asume responsabilidades y dimite.

El significado de lo anterior es que este grupo de generales y ministros israelíes sin talento continuarán con su intento desesperado de salvar su reputación a expensas de todos en la región, incluido el pueblo israelí.

La pregunta obvia es cuál es el papel de Netanyahu en todo esto. En última instancia, el Primer Ministro israelí es el principal protagonista de este drama. Sin embargo, a diferencia de la elite militar y política de Israel, Netanyahu tiene experiencia y probablemente sea tan astuto como poco ético. Netanyahu cree que, al menos desde una perspectiva histórica, cuanto mayor sea la catástrofe militar, menos responsabilidad se le atribuirá por la destrucción de Israel. A Netanyahu le importa la historia.

Es hijo de Benzion Netanyahu, uno de los mejores historiadores de los inicios del sionismo. Benjamin Netanyahu entiende el pensamiento histórico. Obsesionado con la grandeza y la importancia personal, a su hijo Netanyahu sólo le preocupa en este momento controlar la narrativa de la caída de Israel, siendo su misión principal minimizar su papel a los ojos de las generaciones futuras.

Netanyahu cree que las posibilidades de que Israel (tal como lo conocemos) sobreviva al desastre actual no son muy altas. Entiende que bajo su liderazgo ya se está produciendo un desastre. Creo que Netanyahu cree que cuanto mayor sea el desastre militar, menos gente se preocupará por su propia culpabilidad política. Quizás tenga razón. Hoy, Netanyahu no tiene nada que perder, pero el resto de nosotros (palestinos, israelíes, todos en la región y más allá) corremos el riesgo de perderlo todo.

(*) https://en.wikipedia.org/wiki/Hannibal_Directive

Fuente: https://arretsurinfo.ch/ce-que-vous-allez-lire-est-profondement-troublant/