El último informe PIRLS confirma el deterioro de la comprensión lectora
Santiago Prieto Pérez.- El pasado 16 de mayo se daba a conocer parcialmente el último informe PIRLS (Progress in International Reading Literacy Study)[1] derivado de las pruebas realizadas en 2021 a alumnos de 4º de Educación Primaria –de 8 a 10 años– en 500 centros educativos españoles. Publicado un avance de los resultados, se espera el documento completo para el próximo 29 de mayo.
Por lo pronto, los datos constatan un empeoramiento de la comprensión lectora en edades tempranas. Algo que, más allá de darnos una imagen puntual en un momento concreto, confirma una tendencia tan triste como lógica; a saber: el progresivo deterioro, agudizado en las últimas décadas, de todo lo relacionado con la lectura, la escritura y la comprensión de textos.
Obviamente, la causa principal de la deficiente comprensión lectora de los niños es que leen poco y, además, no ponen atención en lo que leen; pero es que tampoco en el hogar se inculca el hábito de la lectura y ya es habitual que padres “con estudios” no tengan libros en casa y no compren libros a sus hijos. ¿Se han fijado en que el modelo arquetípico de vivienda del “triunfador” moderno es el loft minimalista sin una maldita estantería? Mucho “estilo”, mucho “concepto abierto”, cocina y grifos “de diseño”, iluminación LED, carísimos equipos de sonido, amplios vestidores, domótica y todo tipo de señales que denoten un “gusto” sofisticado… pero libros, ni uno. Basta ver cualquier serie, película, anuncio televisivo o videoclip de los últimos veinte años ambientado en la actualidad o en un futuro próximo, y fácilmente se advertirá esta escandalosa ausencia.
Por supuesto, sabemos que la pérdida del hábito de la lectura está ligada al uso constante del teléfono móvil y a la omnipresencia de pantallas a nuestro alrededor; que la necesidad de una estimulación audiovisual permanente conlleva una merma de la capacidad de concentración, y que por falta de uso se debilita la memoria. Pero, aparte de factores ambientales como los citados y la “falta de tiempo” en nuestro acelerado mundo moderno, la pérdida de la sana costumbre de leer también se debe, en gran medida, a unas leyes educativas que –presuntamente, en aras de una sociedad mejor– han desplazado los contenidos en favor de la innovación metodológica. Donde se tiende a hacer desaparecer los libros y donde el foco de la Educación no se centra ya en el desarrollo de las capacidades del alumno con miras a una vida adulta independiente, sino que se dirige al adoctrinamiento sensiblero de unos futuros “ciudadanos” ignorantes, inseguros y dóciles, eternamente sometidos a la tutela del Estado[2].
A todo ello ha contribuido notablemente la introducción y asentamiento en el ámbito educativo de determinados mantras pseudopedagógicos[3] que, ajenos a la adquisición de conocimientos, han contaminado por completo el medio docente, socavando la labor del profesor y pervirtiendo la función de la escuela.
¿Seremos capaces algún día de liberarnos de los políticos y neopedagogos que, con un enfoque cortoplacista y utilitario de la Educación, sólo ven en ella la herramienta para formar peleles indefensos y adeptos a sus consignas?
[1] El “Estudio Internacional de Progreso en Alfabetización Lectora” es un estudio internacional sobre el rendimiento en lectura en niños de 9 a 10 años realizado por la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro Educativo (IEA). Se lleva a cabo cada cinco años desde 2001. España participa en este estudio desde 2006.
[2] “La literatura es peligrosa para quienes desean una sociedad mansa y manipulable. El hombre, en cuanto razona, es más difícil de manejar”. (Javier Gómez de Liaño, Libertad Digital, “A propósito del Día del Libro”, 24 de abril de 2023).
O, como diría el gran humanista Vicente Gómez Martínez Espinel: “Los libros hacen libre a quien los quiere bien”. (Relaciones de la vida del escudero Marcos de Obregón, Madrid, 1618).
[3] Desde la jerga buenista de la “empatía”, “inclusividad”, “sostenibilidad”, “igualitarismo”, “visibilización”, “empoderamiento”, etc., a la “perspectiva de género” y ciertas agendas que hoy impregnan “transversalmente” todas las materias en todas y cada una de las etapas educativas. ÑTV España
Excelente artículo. Totalmente cierto.