Marcelo Duclos.- Si de algo se habla por estas horas en los medios de comunicación de Argentina, además del permanente desastre económico y las elecciones de este año, es de los escándalos de pedofilia.

Recientemente, un joven denunció públicamente al músico y conductor televisivo Jey Mammon por un supuesto vínculo sexual entre ambos, cuando éste era menor de edad. Una vez más, en todos los canales se rasgan las vestiduras y repudian al acusado (que ya hasta perdió su programa en Telefé), pero siguen mirando para otro lado con los pedófilos Diego Armando Maradona y Juan Domingo Perón.

Cabe destacar que existió una denuncia penal contra Jey Mammon, que para la justicia ya prescribió. Es decir, que lo que está pasando ahora, no es más que el escarmiento del mundo del espectáculo, que busca separarse de lo que es sin dudas un comportamiento aberrante. Pero mientras la moral dice presente en un caso, cuando los que deberían «cancelarse» son Maradona y Perón, lo único que hay es doble vara.

En 1953, luego del fallecimiento de Eva Duarte, quien fuera la segunda esposa del fundador del Partido Justicialista, el expresidente tuvo una relación con una niña. Aunque muchos historiadores aseguran que no habría sido la única, Nelly Rivas tuvo un vínculo no solamente sexual con Perón, sino también amoroso. Ella tenía tan sólo 14 años. Incluso existe documentación fotográfica que comprueba que el expresidente argentino hasta iba acompañado por su niña-amante a varios eventos sociales de la época. La relación entre ambos se terminó tras el golpe de 1955, cuando Perón abandonó el país. Ya en el exilio, conoció en Panamá a María Estela Martínez, que sería su esposa legal y vicepresidente de su último mandato iniciado el 12 de octubre de 1973. Tras la muerte del viejo caudillo meses después, la viuda se hizo cargo del Poder Ejecutivo, hasta el golpe del 24 de marzo de 1976.

Hasta el momento, la historia del hombre que a sus 58 años tenía un vínculo amoroso con una niña de 14, es un tema tabú para el mayor partido político de Argentina, actualmente en el poder.

Otro indultado culturalmente es Diego Maradona, del que se supo que era pedófilo cuando todavía estaba con vida. Claro que nadie jamás lo indagó por esto. En su estadía en Cuba, cuando tenía 39 años, un grupo de allegados le «llevó» literalmente a una niña de 16. Se trata de Mavys Álvarez, que hasta se había negado en un principio a ser introducida en el hotel donde se hospedaba el exfutbolista.

Ambos iniciaron una relación, que en todo momento tuvo el visto bueno del régimen de Fidel Castro. Cabe destacar que en Cuba no existe el delito de pedofilia y el sexo con menores es legal, siempre y cuando no se corrobore un caso de abuso. El dictador en varias oportunidades hasta les brindó salones especiales para diferentes eventos. Uno de ellos fue el cumpleaños de 18 de Álvarez, cuando ya tenía dos años al lado de Maradona. Por las fotos que trascendieron con el correr de los años, se demostró que Maradona tuvo varios vínculos con menores de edad en la isla, además de su relación con la joven que conoció cuando ella tenía 16.

Claro que a Fidel Castro tampoco nadie lo señaló con el dedo como el corruptor de menores que fue en vida.

Es auspicioso que no haya tolerancia alguna con estas cuestiones y que los que participaron de estos hechos repudiables tengan que rendir cuentas ante la justicia y la sociedad. Claro que es muy hipócrita elegir la gravedad del hecho por el apellido del abusador y el cariño que le puede tener un sector de la opinión pública argentina.