El Congreso de los Diputados ha vivido este martes un conato de bronca en pleno debate para penalizar el supuesto acoso a las mujeres que acuden a clínicas a abortar. La sesión fue suspendida durante diez minutos después de que el diputado de Vox José María Sánchez llamara «bruja» a su homóloga del PSOE Laura Berja y se negara a abandonar el hemiciclo. El orden del día continuó con normalidad una vez que Sánchez García rectificó y retiró el insulto, aunque sin dejar la cámara.

El episodio ha tenido lugar en el marco de un debate que ya hacía presagiar el intercambio de reproches y críticas entre los diferentes bloques ideológicos, en torno a la proposición de ley planteada por los socialistas para castigar penalmente el acoso que, según han expuesto y han apoyado posteriormente las fuerzas de izquierdas en el Congreso, sufren las mujeres que acuden a clínicas para interrumpir su embarazo.

«Recen ustedes cuanto quieran, pero dejen a la mujer ejercer su derecho», dijo Berja a Vox mientras defendía la proposición, momento en el que Sánchez se dirigió a ella desde su escaño en el citado término. El vicepresidente primero del Congreso, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, que ejercía de presidente en ese momento, interrumpió el debate para llamar al orden a Sánchez por el insulto. Así, dado que no lo retiró, le instó a abandonar la cámara, algo que tampoco ocurrió pasados unos minutos de alboroto generalizado. Si bien el reglamento de la Cámara Baja señala que un diputado puede ser expulsado si es llamado al orden en tres ocasiones, lo ocurrido guarda un matiz, y es que no se cumplió con el requisito de que en el segundo aviso se advirtiera de las consencuencias que conlleva la negativa.

La posición de la presidencia del Congreso es que Sánchez «interfirió el debate» con su exabrupto. Finalmente, el diputado de Vox, que minutos antes se cambió de sitio para situarse junto a Iván Espinosa de los Monteros y Macarena Olona, aceptó retirar el calificativo a regañadientes y se retomó la sesión.

«Arbitraria y sectaria»

Desde Vox consideran que la actuación del presidente de la Cámara Baja ha sido «arbitraria y sectaria». «No se puede llamar al orden y expulsar en consecuencia a quien no altera el orden, sino que a preguntas del presidente se niega a retirar una expresión», han señalado. En ese sentido, la formación que idera Santiago Abascal defiende que lo más adecuado habría sido eliminar la expresión del diario de sesiones.

Fuentes del partido, en segundo término, han recriminado que la decisión ha sido desproporcionada y muestra una «doble vara de medir», al tomar como referencia el ataque verbal que la diputada de ERC Marçia Carvalho profirió contra Olona antes del verano, gritándole «fascista» cuando pasó a su lado, sin consecuencias.

Si bien el pleno continuó, la polémica no quedó zanjada del todo y cuando Sánchez intervino nuevamente en el punto sobre la reforma del Poder Judicial aprovechó para hacer otra alusión a las «brujas», que fue tajantemente interrumpida por Rodríguez Gómez de Celis: «Le ruego se atenga al punto y no reabra más debates y más tensión». El propio diputado de Vox se quejó entonces, ante los aplausos de su bancada, de que otros diputados sí ahondaron en el tema sin recibir corrección alguna.